Régimen de Nicolás Maduro: responsable de crisis en Venezuela

Régimen de Nicolás Maduro: responsable de crisis en Venezuela
MIÉRCOLES, 23 DE ABRIL DE 2014 00:11 ESCRITO POR OSCAR SÁNCHEZ MADAN

Cuba actualidad, Cidra, Matanzas, (PD) Quienes lo dudaban, lograron
percibir durante la noche del pasado diez de abril, que el máximo
responsable de la crisis política que vive hoy Venezuela, es el régimen
autoritario de Nicolás Maduro.

Esto se pudo constatar durante un encuentro entre representantes del
chavismo y sectores de la oposición democrática, celebrado en el Palacio
de Miraflores, Caracas.

Dicho evento será el inicio de una cadena de reuniones donde las partes
dialoguen para hallar las imprescindibles soluciones que darían al
traste con el desabastecimiento de productos básicos, el alto índice de
criminalidad, la tortura, las detenciones arbitrarias, el irrespeto a la
constitución, el militarismo, la injerencia castrista y el
desproporcionado uso de la violencia en ese país andino.

Aunque ha pasado ya una semana, es bueno recordarlo, porque la extrema
izquierda latinoamericana tiene muy mala memoria. Sus representantes han
olvidado, con una particular facilidad, lo que ha significado para las
cubanas y los cubanos el sistema absolutista de los hermanos Castro,
principal aliado y protector del modelo socialista venezolano.

Con la firmeza que la caracteriza, la oposición democrática de Venezuela
aprovechó la ocasión para pulverizar las mentiras del oficialismo sobre
un supuesto de golpe de estado arreglado por sectores disidentes, en
especial, los estudiantes.

Quedó bien claro en esta cita que han sido los militares quienes
históricamente han usurpado el poder mediante la violencia en Latinoamérica.

Sin autoproclamarse representantes de los estudiantes que protestan en
las calles, los líderes opositores llamaron a Maduro a escuchar las
demandas de éstos.

Esa y muchas otras son las verdaderas razones por las que la
incompetente oligarquía chavista afirma que los demócratas que se les
oponen, utilizan a los escolares con marcadas intenciones políticas. Eso
es una gran mentira. Las muchachas y los muchachos han demostrado su
independencia y sabiduría a la hora de exigir que se respete la dignidad
de los nacionales y se mejoren las condiciones de vida del pueblo. Las
críticas formuladas por muchos de ellos, a los opositores que asistieron
a este evento, así lo demuestran.

Es la grave crisis político-económica que vive Venezuela la que mueve
las manifestaciones estudiantiles. Eso lo saben muy bien Nicolás Maduro
y sus intolerantes partidarios. Se hacen los ciegos para no ver la
penosa realidad en la que ha sumido a la hermana nación su sombrío
proyecto del socialismo del siglo XXI.

La reunión sirvió para que el mundo observara imágenes fotográficas que
evidencian la complicidad de algunos miembros de la Guardia Nacional
Bolivariana con los grupos paramilitares armados. Según las denuncias
que fueron escuchadas, estos últimos han empleado horribles métodos
fascistas y castristas para coartar el derecho humano a la protesta cívica.

Quedaron sin argumentos los líderes del oficialismo cuando los
demócratas de la oposición denunciaron los ataques de que es víctima la
prensa, tanto nacional como extranjera. Se habló de censura y
autocensura y de miedo para manifestar las ideas diferentes.

Llamó la atención -al menos en Cuba- la original frase del denodado
líder opositor Henrique Capriles cuando dijo: "O esto cambia, o esto
revienta".

El joven gobernador del estado de Miranda recordó cómo le negaron el
derecho a impugnar las últimas elecciones presidenciales. El reconocido
abogado dijo a Maduro, en su propia cara, que para ser respetado, el
mandatario debe respetar a los demás.

Fue casi unánime en la fracción opositora la exigencia de que se respete
a los estudiantes, se libere a los presos políticos, no se criminalice
el ejercicio de los derechos fundamentales, se obedezca la constitución,
se despolitice la labor de los cuerpos armados y se trabaje para
enfrentar la criminalidad y el desabastecimiento. En estos aspectos, el
proyecto oficialista ha resultado ser un rotundo fracaso.

Para colmo de males –así se denunció- existen en el país jueces
chavistas, con mandato vencido, que no han sido relevados de sus cargos.
Esta insólita arbitrariedad permite al régimen garantizar impunidad a
los violentos. Significa esto que los militares abusadores y las
criminales bandas parapoliciales tienen luz verde para insultar, allanar
viviendas, golpear, encarcelar y matar.

No se recuerda ningún otro evento televisado en Venezuela, durante los
últimos 15 años, donde la oposición haya expresado, con tanta claridad y
en tan breve tiempo que los llamados a la paz del autoritario Maduro no
han sido sinceros. No tiene autoridad moral quien invita a la concordia,
mientras incentiva el odio y la violencia entre los grupos sociales.

Haber utilizado el sendero democrático para arribar al poder y después
valerse de este para socavar las bases de un sistema político de
libertades ha sido el más grave error de los inquilinos del Palacio de
Miraflores. No se afianza la libertad si se le pisotea con vulgaridad.

El cobarde ataque del 12 de abril último -con gases lacrimógenos y balas
de goma- a estudiantes que protestaban en las calles de Caracas,
evidencia que con la dictadura chavista no se debe dialogar. Los
regímenes de fuerza, como el de Nicolás Maduro, utilizan la palabra sólo
para engañar. Ni siquiera respetan la Semana Santa. Actúan como las
agrupaciones fundamentalistas que patrocinan el terrorismo internacional.

Pero veamos, en lo adelante, qué le depara el futuro al pueblo
venezolano. Tendrá paz, y se beneficiará de la prosperidad, sólo si el
principal responsable de la actual crisis -el régimen chavista- muestra
voluntad política e inteligencia para restaurar la democracia. Podría
comenzar por liberar a los prisioneros políticos, oír a los estudiantes,
y renunciar a la persecución y la descalificación de sus oponentes.
Para Cuba actualidad: sanchesmadan61@yahoo.com

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