Saturday, April 19, 2014

Los controles de Maduro convierten los centros comerciales en 'territorios fantasma'

Los controles de Maduro convierten los centros comerciales en
'territorios fantasma'
AGENCIAS | Caracas | 19 Abr 2014 - 1:20 am.

El país está 'sufriendo una pérdida en calidad de vida como consecuencia
de un enfoque equivocado', advierten empresarios.

Vitrinas desnudas, tiendas sin mercancía, horarios reducidos,
instalaciones en deterioro: los centros comerciales en Venezuela
trabajan a medio gas, resultado de numerosos controles gubernamentales
en la distribución de divisas, el porcentaje de ganancias y el
arrendamiento de locales, reporta la AFP.

En el país con las mayores reservas petroleras mundiales y donde el
consumismo fue la norma —incluso bajo el socialismo chavista— hoy los
negocios cerrados abundan en los centros comerciales más lujosos, los
que abren exhiben anaqueles semivacíos y la sensación de "pueblo
fantasma" se refuerza semana tras semana.

"Los centros comerciales son como una fachada del país y quien venga a
Venezuela se dará cuenta de que de 2013 a como estamos ahora ha habido
un deterioro del sector, hay un caos", comentó a la AFP Claudia Itriago,
directora ejecutiva de la Cámara Venezolana de Centros Comerciales
(CAVECECO).

El sector da trabajo a 586.000 personas, por lo que Itriago alertó sobre
el golpe que implicaría el derrumbamiento de este sector para la
economía venezolana, aquejada ya por una inflación del 57% y un magro
crecimiento.

En las últimas semanas, los representantes de los centros comerciales y
de los sectores del calzado y textil se han reunido con el presidente,
Nicolás Maduro, y con representantes de su Gobierno, en un intento por
llegar a acuerdos que les den viabilidad.

La 'guerra económica' de Maduro

La escasez de alimentos y productos básicos es un mal crónico en
Venezuela, pero los centros comerciales habían permanecido funcionando,
con tiendas surtidas de mercancías, incluidas renombradas marcas
internacionales y productos de lujo.

El cambio se aceleró desde noviembre de 2013, cuando Maduro emitió leyes
para controlar el comercio y lanzó operativos para forzar a los
empresarios a bajar los precios hasta en un 70% desde electrodomésticos
hasta tornillos, pasando por ropa y calzado.

Alegando una supuesta "guerra económica" de la oposición y el sector
privado, el Gobierno emitió la llamada "ley de precio justo", que limitó
las ganancias comerciales al 30%.

"Con las rebajas, nos hemos quedado sin nada, sacamos lo último que
teníamos y no tenemos fecha para la llegada de nuevas prendas", comentó
a la AFP la encargada de una tienda de la popular firma Zara. Esta
tienda, ubicada en una plaza del este de Caracas, que diariamente tenía
a clientes de todas las edades haciendo largas filas cargados de ropa,
luce unas cuantas prendas en un rincón mientras los empleados —cuyos
salarios se han reducido al perder los bonos por ventas— matan el tiempo
con sus teléfonos móviles.

Reponer mercancía es una ardua tarea en Venezuela, que importa la gran
mayoría de los bienes que consume, en medio de un control cambiario
impuesto por el Gobierno que entrega a cuentagotas los dólares.

La existencia de tres tipos de cambio oficial, que van de 6,30 a casi 50
bolívares, además del ilegal mercado paralelo, que a mediados se abril
supera los 60 bolívares, complica el panorama.

"Para importar, pedimos dólares, pero no siempre nos autorizan la
cantidad que necesitamos y antes completábamos con dólar paralelo, pero
con esto del control de precios es imposible seguir así", dijo el
encargado de otra tienda, que pidió no ser identificado.

La "ley de precio justo" tiene confundidos a los comerciantes,
especialmente aquellos que importan bienes y mercancías, advirtió
Profranquicias, que reúne a 500 empresas y 12.800 establecimientos.

"Pretender que quien vende hamburguesas tenga la misma utilidad que la
empresa que vende tornillos o ropa o zapatos es imposible. La utilidad
de una empresa tiene que ver con muchas cosas, sobre todo ante una
inflación tan alta", comentó a la AFP José de Martín, presidente de la
junta directiva de Profranquicias.

'No funciona, en mantenimiento, cerrado'

"Fuera de servicio, se requieren piezas importadas", advierte un letrero
en las escaleras mecánicas de un lujoso centro comercial caraqueño, que
también tiene cerrados la mitad de los baños por falta de recursos para
su limpieza.

Y es que, en otro frente de la "guerra económica", Maduro emitió un
decreto que establece en el equivalente a cuatro dólares mensuales (a la
tasa del paralelo) el arrendamiento comercial máximo por metro cuadrado.
También se ordenaron fuertes rebajas en los cobros por mantenimiento a
los comerciantes.

"Todos estos controles han hecho que la operatividad del centro
comercial se vea totalmente afectada y, si esto no cambia, nuestro
sector se hace inviable", comentó Itriago.

El deterioro de los centros comerciales impacta duramente la vida
cotidiana, subrayó De Martín, y evocó la sensación de "seguridad" que
ofrecen en un país con el segundo mayor índice de homicidios mundial.

"Los centros comerciales son un refugio, un lugar seguro donde las
familias se reúnen, hacen sus compras, comen, van al cine. Estamos
sufriendo una pérdida en calidad de vida como consecuencia de un enfoque
equivocado", concluyó el presidente de Profranquicias.

http://www.diariodecuba.com/internacional/1397863229_8207.html

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