¡El golpe de Diosdado fue contra Maduro!
JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO) | EL UNIVERSAL
viernes 3 de mayo de 2013 12:00 AM
Antes de meterme de lleno en la materia que hoy quiero analizar;
permítanme puntualizar una cosa. A propósito de mi artículo de la semana
pasada aclaro, para quienes me preguntaron si pensaba irme del país, que
eso nunca ha estado en mis planes. A Venezuela no la dejo, como ya lo he
dicho y demostrado en reiteradas oportunidades, y menos en las
circunstancias por las que atraviesa en estos momentos. De aquí, de mi
país, al que tanto amo, no me voy. Seguiré dando la pelea con mis ideas
y mis palabras.
Aclarado este punto –a petición del público presente y ausente– pasó al
otro que no puedo dejar pasar por alto.
El martes en la noche vi con horror –e incluso con una mezcla de asco,
vergüenza y tristeza– cómo nuestro Parlamento se transformó en una
muestra del odio, la intolerancia, la anarquía y violencia que impera en
todo el país. Esa violencia desenfrenada que ha sembrado este gobierno a
lo largo de 14 años. Lo ocurrido el 30 de abril en el hemiciclo es un
hecho vergonzoso, con precedentes sólo en el desgobierno de Chávez y
ahora en el de sus secuaces. La Asamblea Nacional era un recinto en el
que nunca –por supuesto, antes de la llegada de estos "guapetones de
barrio" – se escenificaban estas escaramuzas propias de un botiquín de
mala muerte. Allí, duélale a quien le duela, las pugnas sólo eran
verbales, se respetaba la institución y lo que esa edificación
representaba. Se debatían las ideas; que es lo que en sí misma significa
la palabra parlamento.
El ataque y la agresión a los diputados de la oposición, un hecho
deplorable desde todo punto de vista, ocurrió ante la mirada
complaciente y alentadora de Diosdado. Casi me atrevo a asegurar que
Cabello disfrutó cada uno de los puñetazos y patadas que recibieron los
diputados opositores al régimen. ¡Pero, qué pena! ¡Qué vergüenza ajena
me dio! Señores diputados del oficialismo: así no se debaten las ideas.
Estas embestidas boicotean y le hacen un flaco favor a su recién
estrenado líder Nicolás, quien ya de por sí no da pie con bola. Si creen
que con su actitud belicosa o con sus reacciones violentas doblegarán el
espíritu de quienes se les oponen, están muy equivocados. Me atrevo a
asegurarles que ayer, después del lamentable espectáculo que dieron, más
de una chavista saltó la talanquera. ¿Es el lenguaje de los puños el
único que pueden esgrimir para sostener esta farsa? ¿Y dónde me dejan la
agresión y los golpes que recibió María Corina? ¡La más condenable de
las bajezas! No merece llamarse hombre quien golpea a una mujer. Esto es
un delito que se paga con cárcel... ¿Qué opina de esto, señora Luisa
Ortega? ¿Lo dejará pasar por alto? No me vengan después con el cuento de
la inmunidad parlamentaria para condonar esta ofensa.
Pero viendo cómo pasan las cosas, sospecho que mi tesis de que Maduro se
estrellará solito se cumplirá antes de lo que había pronosticado. A este
ritmo, y con las diarias metidas de pata de Nicolás y su entorno, le
auguro muy corto tiempo con la banda presidencial puesta. Es más,
Maduro: ¡mosca con Diosdado! Se ve que tiene mucha rabia y creo que
todos sabemos por qué. Diosdado como que quiere serrucharte el puesto.
¡Qué broma con estos chavistas! ¿Será que piensan que todos nos chupamos
el dedo? Porque ¿dónde me dejan las declaraciones de Cabello después de
lo que ocurrió? Esas no se las traga ni el más radical de los
partidarios del régimen. Sabemos quiénes son los violentos. Si Chávez
estuviera vivo, ya habría llevado a Diosdado a su despacho para darle un
buen jalón de orejas; sin embargo, el argumento del presidente de la
Asamblea es tan deplorable como las acciones que permitió: "la violencia
la generó Borges y García; ellos fueron los provocadores". Pues eso no
es lo que reflejan las imágenes que grabó la diputada Nora Bracho, ni
los moretones que luce Borges en su rostro... Insisto: la violencia es
condenable, venga del bando que venga; pero, cuando se esgrime para
imponer la voluntad, sin duda no es más que el reflejo del desespero de
quienes no tienen la razón de su lado.
Este régimen tiene los días contados. Lo están haciendo tan mal que ni
con amenazas, mucho menos con promesas, podrán retener a sus
partidarios. La inconsistencia e incoherencia entre lo que predican y
sus acciones está resquebrajando la base. Hay desencanto y desgaste en
el chavismo. Por eso vendrán acciones más duras: más agresiones, más
despidos de empleados públicos, más exigencias de pruebas de fidelidad
al gobierno. Y cuando las cosas se imponen, pierden la espontaneidad y
las ganas de seguir creyendo en ellas. Razón tenía quien escribió –si no
me equivoco fue Bernard Shaw- que "a los políticos y a los pañales hay
que cambiarlos frecuentemente y por las mismas razones".
La era de Chávez, ahora en manos de los incompetentes que siempre lo
adularon, huele a capítulo final... ¡Así sea!
mingo.blanco@gmail.com
@mingo_1
http://www.eluniversal.com/opinion/130503/el-golpe-de-diosdado-fue-contra-maduro
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