Cuba y el socialismo del siglo XXI
Jueves, 23 de Mayo de 2013 10:37
Escrito por Víctor Manuel Domínguez
Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) No hay dudas de que la
revolución avanza como el cangrejo Sebastián en busca de la sirenita
Ariel. Es decir, enrumba hacia las profundidades del Socialismo del
Siglo XXI de marcha atrás. Ya los lineamientos sociales y los linimentos
de los ocambos mandatarios se conjugan para friccionar una economía de
chupa y déjame el cabo, apaga y vámonos o de tentempié.
Hoy las petroarepas venezolanas, unidas con la cocalización de Bolivia,
los huaracheros de Quito, la sambedia de Brasil y los ponchos del Perú,
conforman una cadena socio-alimenticia tan nutritiva e independiente
como TeleSur. ¡Y ay de quienes pongan en dudas esta confabulación cardenal!
Pero entrando en materia, lo del socialismo del siglo XXI en Cuba es un
primor. Más de medio siglo tratando de meter un camello rojo por el ojo
de una aguja revolucionaria y por falta de un dedal petroarepeño, todo
fracasó.
Sin embargo, ahora sí encontraron la fórmula para remendar, poner
parches y zurcir la camisa de fuerza del socialismo ideal, aunque con
hilos de la chaqueta del capitalismo feroz. Las Misiones y los Planes se
encargarán.
Estos mecanismos sociales, diseñados para erradicar las ínfimas
carencias de la población en general, no dejarán desamparados a los que
sin dejar de tener todo lo que tienen que tener, desean un poquito más
de la eficaz y complaciente revolución.
Veamos algunos de los programas a desarrollar.
Misión Nené Obeso.
Como su nombre indica, esta misión consistirá en sanear la gordura de
faquir de nuestros niños, viciados por el consumo de un litro diario de
leche hasta los siete años de edad. Un niño revolucionario debe ser
frugal, anoréxico, distrófico, para estar a tono con la sociedad.
Para ello, y luego del descubrimiento de nuestros médicos de que la
leche de vaca es la causante de la diabetes mellitus 2, se le suspenderá
el excesivo suministro del alimento, y se les cambiará por un litro de
agua de berenjena reforzada con un coctel de junquillo picante,
vita-moringa y atol.
Con el mismo propósito de mejorar la calidad de vida de nuestra
población, las personas de la tercera edad pertenecientes al club de los
120 años, ahora podrán integrarse al de los 250 y seis meses más.
La Misión Vieja Edgarda.
Dirigida contra el tembleque, los soponcios, las sudoraciones y el
concierto musical de unos estómagos cuyas notas agudas de trompetas
desafinadas sólo las calma la sordina del Cerelac.
Habrá nuevas opciones, más allá de su cuota de pan, vita-tembón y
fricandel. Los nutricionistas de la misión, con los cuantiosos recursos
que pone la revolución al servicio del bienestar de la ciudadanía del
país, ya tienen un paquete salvador que les devolverá la energía
(eléctrica), la visión de la felicidad, y las ganas de vivir en
Honolulu, Rotterdam o Katmandú.
Según los expertos de la misión, si las personas de la tercera edad
quieren mantener la salud, deben dejar de comer, y aún más si acumulan
medio siglo de bazofias navegando por el recto, las curvas, el colon y
el porvenir.
Para los nutriólogos de la Misión Vieja Edgarda, la mejor medicina es el
ejercicio corporal. Guerra contra el consumo de arroz, frijoles y pan.
En su lugar: cuclillas, tai chí, flexión del peroné, abdominales y
relajación. Si puede, al final de los ejercicios, ponerse un bistec
sobre la rodilla y un huevo frito sobre la nuez de Adán (o Eva), como se
llame el señor(a), y lentamente, sin apenas degustar, con los ojos
cerrados, empezar a comer.
Pero no sólo la revolución implementará mecanismos para favorecer la
salud a través de una equilibrada, por las nubes y nutritiva
alimentación, sino también concibe Misiones y Planes para el ámbito
social y la seguridad del país. Aquí les van algunos de los más
significativos para la sociedad cubana de hoy.
Como todos conocen, el déficit de viviendas ha generado una promiscuidad
habitacional que en un cuarto de tres por tres metros viven ocho
personas como promedio nacional: dos de 100, un duo de setenta, un par
de treinta,
una pareja de 15, y unos jimagüitas de tres o cuatro años cuando más.
No obstante, y pese a la felicidad y confort de unas familias unidas por
la solidaridad social, el eterno agradecimiento a las bondades de la
revolución, y el deseo de seguir así, como ocho en un sofá, ante el
peligro de derrumbe que presenta sólo el 95 por ciento de las
edificaciones del país, se le dará curso a la Misión Vara en Tierra como
loable solución.
De acuerdo con los especialistas, como esta misión engloba a todos los
sectores del país (recuerden que los mandatarios y sus voceros viven en
otra nación), participarán curas, prostitutas, santeros, académicos,
coroneles, peloteros, artistas, escritores, cuentapropistas, obreros,
ingenieros y doctores entre otras capas vivas (de milagro) de la sociedad.
La Misión Vara en Tierra comenzará con una cadena de oraciones a lo
largo y ancho del país, donde todos, tomados de las manos, elevarán su
voz porque este año no pasen huracanes ni a cinco mil kilómetros de la
capital o a tres mil de la isla, pues el peligro de morir bajo los
escombros es real.
Ante una posibilidad meteorológica de tal envergadura, los talabarteros
de Jimaguayú, los recogedores de bosta de vaca de Caibarién, junto a
carpinteros, diseñadores y arquitectos del Juanete, La Furia, El
Resplandor, Bollo Manso, Luyanó, Calabazar y otras regiones del país,
levantarán un Vara en Tierra frente a cada edificación por si llega el
temporal.
Metidos ahí, juntitos los dos (o diez), cerquita de Dios, serán lo que
soñaron: un oscuro pueblo sonriente a punto de cumplir las Metas del
Milenio, y donde mejor se puede parir, gozar y morir con la guardia en alto.
Y aunque existen misiones como "Ay, Mamá Inés, La Negra Tomasa, El
yerberito llegó, Fumando espero, El atracón social, Tierra en el
trasero, y otras que garantizarán la producción de café, morcillas,
cocimientos, divisas, libertades y desarrollo agrícola integral, sólo
señalaré una que no puede faltar para la supervivencia de la revolución:
El Plan de Machete.
Este plan, diseñado por la Policía Nacional Revolucionaria, las brigadas
de respuesta rápida, el Ministerio del Interior y Seguridad del Estado,
consistirá en dar una ración de plan de machete por la espalda a cuanto
cubano critique, subvierta o se organice contra estas misiones.
Y aunque esta misión comenzó hace años en sus modalidades de tirones de
pelo, patadas, detenciones, amenazas, encarcelamientos y otras fases, el
Plan de Machete está listo para repartir planazos lo mismo al Nené
Obeso, la Vieja Edgarda que a quienes vivan bajo el Vara en Tierra de la
Patria.
Eso se lo aseguro yo, Nefasto "El Misionero"
Para Cuba actualidad: vicmadomingues55@gmail.com
http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/humor/7485-cuba-y-el-socialismo-del-siglo-xxi.html
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