Saturday, December 24, 2011

Amnistía en Navidad

Amnistía en Navidad
Juan Páez Ávila
Sábado, 24 de diciembre de 2011

En la tradición política latinoamericana y venezolana en particular, en
momentos de reflexión o recogimiento cristiano o difíciles de nuestras
naciones, la amnistía y la reconciliación en el mundo político han
estado presentes como símbolos de grandeza humana y de espíritu
americanista de gobernantes y gobernados

Hace algunos días el periodista Leocenis García le hizo llegar al
Presidente Chávez un Proyecto de Ley de Amnistía, en el que aboga por
la libertad de los presos políticos, solidario con su planteamiento me
permito recrear algunas reflexiones formuladas en otro momento, y
relacionarlas con la navidad.

En la tradición política latinoamericana y venezolana en
particular, en momentos de reflexión o recogimiento cristiano o
difíciles de nuestras naciones, la amnistía y la reconciliación en el
mundo político han estado presentes como símbolos de grandeza humana y
de espíritu americanista de gobernantes y gobernados, que buscan crear
un clima de paz y sosiego sin dejar de pensar distinto. La iniciativa
generalmente la toman los gobernantes victoriosos, cuando consideran que
sus regímenes gozan de estabilidad debido a la fortaleza de las
instituciones y a la legitimidad de sus mandatos.

En el caso venezolano de hoy, el Presidente Chávez ha sido
sometido a una operación delicada y ha manifestado estar recuperado.
Antes de viajar a Cuba a continuar su tratamiento insinuó públicamente
que el Poder Judicial podría o debería revisar algunos casos de presos
políticos que sufren de serios quebrantos de salud. De allí que
obedientes algunos jueces decidieron dejar en libertad condicional a
algunos enfermos que desde hace tiempo han estado, según sus familiares,
en peligro de muerte. La decisión presidencial de liberar los presos
políticos y permitir el regreso de los perseguidos, no sólo sería una de
las más sencillas y magnánimas a tomar, sino también la demostración de
su creencia y confianza en la invulnerabilidad de su gobierno,
únicamente amenazado desde adentro, por la pugna entre grupos militares
y civiles que aspiran heredar su poder en el caso de que no pueda
seguir ejerciendo el mando.

El Presidente Chávez no tiene justificación política para
mantener en prisión y en el exilio a centenares de venezolanos que
piensan distinto a él, salvo que piense que su estabilidad no depende de
los votos porque es seguro que pierda las próximas elecciones, sino de
la armas, y que para garantizar su mandato debe mantener tras las rejas
y en el exilio a los más radicales hasta superar sus debilidades. Y
aunque la oposición ha manifestado su firme voluntad de preservar la
democracia, participar en, y ganar, las elecciones presidenciales, sin
amnistía y reconciliación la crisis política podría agravarse por un
tiempo indefinido.

A estas alturas del mandato de Hugo Chávez, después que la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha condenado su política
violatoria de la libertad, del debido proceso y de los derechos
constitucionales que prohíben la tortura y el secuestro, resulta
inconcebible que continúen los atropellos a la ciudadanía, que incluso
ha llevado al Senado de un pequeño país como el Paraguay a negar su voto
para que Venezuela ingrese al MERCOSUR, porque el gobierno no cumple con
la cláusula democrática que se establece como condición para poder
pertenecer al mismo.

Y aunque parece inútil llamar al Comandante Presidente a
observar una conducta humanitaria ante la gravedad que atraviesan
algunos presos políticos con respecto a su salud, creemos necesario
dejar constancia que desde diferentes posiciones ideológicas se le ha
solicitado un gesto de comprensión acerca del sufrimiento de los
familiares y del peligro de muerte que enfrentan varios presos
políticos, la mayoría por órdenes que el propio jefe de Estado le ha
dado públicamente a algunos jueces.

jpaezavila@gmail.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/7882298.asp

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