Publicado el viernes, 03.15.13
Oposición muy debilitada por años de chavismo
Por FRANK BAJAK
Associated Press
CARACAS, Venezuela -- Los elegidos por Hugo Chávez para seguir adelante
con su revolución socialista parecen estar improvisando nuevas reglas de
gobierno a medida que se encaminan hacia lo que la mayoría de los
venezolanos consideran una victoria segura en las elecciones para llenar
el vacío dejado por el finado presidente.
El preferido de Chávez para sucederlo, Nicolás Maduro, y su círculo
íntimo han pasado por alto reiteradamente la constitución y explotado el
poder que tienen para desarticular una oposición que ya venía muy
golpeada por años de hostigamiento gubernamental.
Las posibilidades de victoria de la oposición son tan escasas que su
candidato Henrique Capriles ha dicho que recibió comentarios de personas
que le advirtieron que lo llevaban "al matadero".
Mucho antes de que Chávez sucumbiese a un cáncer, Capriles y sus
partidarios habían sido denostados y hostigados, legal y
financieramente, por el gobierno, según organismos de derechos humanos y
expertos en la libertad de prensa.
Ahora, acotan, la represión está alcanzando nuevos niveles a medida que
los chavistas incrementan sus ataques para compensar la ausencia del
popular líder, de su carisma y su autoridad moral ante la población.
Liliana Ortega, directora de la agrupación de derechos humanos COFAVIC,
dice que "en Venezuela se va desarrollando una lógica militar, que estás
conmigo leal hasta el final. Una mínima crítica y eres mi enemigo".
El gobierno afirmó que Capriles era un "fascista" que conspiraba con
golpistas estadounidenses contra su patria. Lleva a los líderes de la
oposición a los tribunales acusados de corrupción. Y dificulta su
recaudación de fondos enviándole auditores a los donantes, según
denuncia la oposición.
Los venezolanos se enteraron el lunes de que los propietarios del último
canal de televisión que queda crítico del gobierno iba a ser vendido,
bajo lo que algunos describen como coerción del gobierno. Y el miércoles
el ministro del Interior Néstor Reverol anunció el arresto de una mujer
de 53 años por enviar mensajes "desestabilizadores" en Twitter. No dio
detalles y no fue posible localizar a la mujer.
Todo esto mientras la conducción chavista prepara la sucesión de Maduro,
aprovechando el dinero de las nutridas arcas del gobierno, repletas por
los ingresos del petróleo, y usando una maquinaria propagandística
estatal que toma el control de los medios de difusión a voluntad.
"Se trata de un caso típico de consolidación del poder en una crisis",
comentó Adam Isacson, analista de temas de seguridad de la Washington
Office on Latin America. "Siempre se hizo un esfuerzo por darle siquiera
una semblanza de legalidad a lo que se estaba haciendo. Siempre hubo un
proceso. (Pero) Ahora no hay proceso siquiera".
El portavoz del ministerio de Información Oscar Lloreda dijo que dudaba
que el gobierno fuese a hacer comentarios sobre las críticas a sus
tácticas. "No creo que haya un vocero interesado en responder a esas
acusaciones", señaló.
La improvisación comenzó cuando la Corte Suprema, llena de jueces leales
a Chávez, dijo que el nuevo término presidencial podía comenzar como
estaba programado pese a que el mandatario no podía juramentar el 10 de
enero, como especificaba la constitución. Chávez estaba en Cuba por
entonces, combatiendo una infección respiratoria surgida luego de
someterse a su cuarta operación del cáncer que lo aquejaba.
Tras su muerte el 5 de marzo, Maduro asumió como presidente interino,
siguiendo los deseos que había expresado Chávez después de derrotar a
Capriles en las elecciones de octubre por un margen de 12 puntos.
La constitución estipula que si el presidente muere antes de asumir, la
presidencia la debe ejercer el presidente de la Asamblea Nacional, pero
el hecho de que la Corte Suprema dijese que el nuevo término de Chávez
ya había comenzado despejó el camino para que su vicepresidente lo
sucediera.
Otro dictamen de la Corte Suprema, emitido mientras se desarrollaba el
funeral de Chávez el 8 de marzo, ratificó a Maduro como presidente interino.
La oposición se escandalizó. Y el gobierno la ignoró.
En la juramentación hubo nuevas improvisaciones. Maduro dijo que las
fuerzas armadas le eran leales en medio de tibios aplausos. Agitó su
puño mientras la televisión estatal enfocaba al ministro de Defensa
Diego Molero, quien repitió el gesto.
Un canal estatal ya había dicho vía Twitter que las fuerzas armadas
apoyaban a Maduro, ignorando su mandato constitucional de neutralidad.
El lunes hubo otra manifestación de arrogancia: Maduro registró su
candidatura en la terraza del Consejo Electoral Nacional, supuestamente
un organismo imparcial, en una ceremonia encabezada por una mujer debajo
de un enorme cartel de Chávez que decía "Maduro, desde mi corazón".
El salón estaba lleno de chavistas en camisetas rojas. Capriles no se
registró en persona sino que envió dos representantes.
Capriles se ha quejado de que Maduro está usando el cadáver de Chávez
como instrumento político y su campaña denunció haber recibido un correo
electrónico con una foto en la que aparece una mano que apunta un arma
hacia un televisor con la imagen de Capriles.
Hace tiempo que Chávez comenzó a usar el sistema judicial para hostigar
a sus rivales políticos, de acuerdo con Ortega, de la COFAVIC, quien
desde hace una década es custodiada por guardaespaldas por orden de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Mientras que Chávez podía apelar a sus grandes poderes de persuasión
para consolidar su control, el círculo íntimo de Maduro carece de ellos.
"Hay una nebulosa de mandatos constitucionales en estos momentos", dijo
Miguel Tinker Salas, profesor de estudios latinoamericanos del Pomona
College de California. "Maduro no tiene el carisma ni la conexión que
Hugo Chávez tuvo históricamente con el pueblo".
En febrero las autoridades detuvieron levemente a los pilotos de un
avión privado prestado que había traído a Capriles de regreso de una
visita a Nueva York. Las autoridades inspeccionaron el aparato, de
acuerdo con allegados al candidato que pidieron no ser identificados por
lo delicado del tema.
Y apenas Capriles anunció su candidatura el domingo, Maduro apareció en
la televisión, acusándolo de tratar de provocar hechos de violencia e
insinuando que podría ser enjuiciado por insultar a la familia de Chávez.
Capriles acusó reiteradamente al gobierno de mentir para generar falsas
expectativas de que Chávez se podía recuperar e impulsar así las
ambiciones políticas de Maduro. Incluso insinuó que podría haber mentido
en torno al momento en que murió Chávez.
En años recientes el gobierno obligó a exiliarse a varios opositores,
pero la oposición solo identifica a un puñado de personas como "presos
políticos".
Una de esas personas es la jueza María Lourdes Afiuni, cuya decisión de
liberar a un banquero detenido por supuestas irregularidades enfureció a
Chávez en el 2009. La hizo detener y permanece bajo arresto
domiciliario. Las Naciones Unidas la considera una presa política.
A pesar de la alta inflación, la escasez de alimentos y altos índices de
delincuencia, que ofrecen abundante munición para criticar al gobierno,
la realidad es que la oposición no tiene los recursos de que dispone el
gobierno para ganarse a los votantes, incluidos una cantidad de canales
de televisión estatales que bombardean al público con videos de Maduro
entregando viviendas gratis y rezando por el finado líder.
La campaña de Capriles, por otro lado, no tiene un centavo y arrastra
una deuda de casi un millón de dólares de las últimas elecciones, según
su director de finanzas Rafael Guzmán.
Si bien la ley venezolana permite que empresas e individuos contribuyan
cualquier suma a las campañas, el gobierno lleva a los tribunales a
quienes aporten a los candidatos opositores, como si hubiesen violado
las leyes, sostuvo Guzmán.
"Aquí en Venezuela prácticamente hacer política de la oposición es un
crimen", afirmó.
Apenas una empresa grande hace una contribución, le caen encima las
autoridades impositivas y comienzan auditorías en busca de
irregularidades, señaló. "Por ello nunca hemos recurrido a las grandes
empresas", dijo Guzmán.
Una firma que no tuvo miedo fue Globovisión, el único canal que queda
crítico del gobierno.
El lunes su propietario Guillermo Zuloaga informó a los empleados que
había vendido el canal a un empresario aparentemente amigo del gobierno.
"Estamos acosados por las instituciones del Estado, apoyadas en un TSJ
(Tribunal Supremo de Justicia) cómplice que las ayuda y colabora en todo
aquello que nos pueda perjudicar", escribió Zuloaga.
Los periodistas de Globovisión están dolidos, pero se mantienen firmes.
Delvalle Canelón, conductora del programa dominical "Aló Venezuela",
relata que el constante acoso físico y legal se hizo tan grave que
Globovisión enviaba a sus periodistas a zonas chavistas con cascos y
chalecos antibalas.
Además, dice, costaba conseguir la información.
"No hemos tenido acceso a la fuente oficial hace años", indicó.
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En este despacho colaboraron los reporteros de AP Jack Chang, E. Eduardo
Castillo, Fabiola Sánchez y Christopher Toothaker.
http://www.elnuevoherald.com/2013/03/15/v-fullstory/1431780/oposicion-muy-debilitada-por-anos.html
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