Publicado el viernes, 03.29.13
Popularidad de Maduro se desploma al disiparse efecto Chávez
Antonio Maria Delgado
adelgado@elnuevoherald.com
La campaña electoral del gobierno explota al máximo el fervor generado
por el fallecimiento del padre de la Revolución Bolivariana y emplea
todos los recursos del Estado para mantener su imagen con vida, pero los
venezolanos parecen haber llegando a una conclusión que podría echar por
tierra los planes del oficialismo: por mucho que se esfuerce en
imitarlo, el presidente encargado Nicolás Maduro no es Hugo Chávez.
Y es un error de cálculo que comienza a verse reflejado en las encuestas
internas del chavismo, que muestran que la brecha entre Maduro y el
candidato opositor Henrique Capriles se ha reducido aceleradamente en
las últimas semanas, lo que está generando alarma dentro del oficialismo.
"Hay mucha preocupación dentro del chavismo. Es una situación muy
distinta a la que se percibía hace tan solo unas semanas, cuando más
bien había mucha tranquilidad y confianza", dijo a El Nuevo Herald una
fuente familiarizada con la situación.
"Esa no es la situación actual porque están detectando mucha apatía
dentro de sus propias filas", añadió.
Esa apatía, que ha estado aumentando con el transcurso de las últimas
semanas, ha recortado la brecha entre los dos candidatos a siete puntos
porcentuales, cuando faltan poco más de dos semanas para las elecciones
presidenciales del 14 de abril, dijo la fuente citando una encuesta
interna del chavismo.
"La intención de voto a favor de Maduro viene cayendo por lo menos nueve
puntos en las últimas tres semanas", dijo.
Otro sondeo de opinión interno, realizado a través de consultas
telefónicas, muestra cuadros negativos sobre Maduro –en los que las
expresiones desfavorables son mayores a las favorables- en diversos
temas consultados.
Según la fuente, estos incluyen el manejo económico y el manejo de la
muerte de Chávez.
"Muchos de los consultados lo ven mentiroso, y en particular creen que
mintió sobre la enfermedad de Chávez", dijo la fuente.
Pero la percepción de falsedad también ronda en torno al propio Maduro.
"Está siendo percibido como un personaje que no es auténtico. Es visto
como alguien que está leyendo un guión, a quien le dicen que diga esto,
y que diga aquello, y él solo lo está repitiendo", comentó la fuente.
Eso no quiere decir que la oposición tiene todas las de ganar. El
gobierno bolivariano aún cuenta con todos los recursos del Estado y
mecanismos para intimidar a la población, bajo amenaza de perder su
acceso a los programas sociales, si no vota a su favor.
También persisten las dudas en torno a la confiabilidad del sistema
electoral venezolano, denunciado reiteradamente como un apéndice de la
Revolución Bolivariana que no garantiza la realización de comicios
libres y justos en el país sudamericano.
Eso dicho, el escenario general de la oposición parece haber mejorado en
las últimas semanas, luego que el retiro del tsunami emocional creado
por el fallecimiento de Chávez comenzara a develar a un Nicolás Maduro
que luce sin carisma, habilidad de liderazgo y políticamente inmaduro.
"Maduro no tiene luz propia. Es un personaje que no tiene carisma y su
oratoria es muy débil", dijo el analista político, Rafael Revilla.
"Estos elementos en teoría podrían ser compensadas por un candidato con
una gran capacidad intelectual, pero Maduro tampoco tiene eso. Por el
contrario, Maduro muestra una gran carencia en ese sentido", expresó
Revilla.
Lo que sí ha tenido a su favor es la conexión emocional que mantenía
Hugo Chávez con parte importante del electorado, situación que Maduro ha
tratado de utilizar al máximo para iluminar su camino hacia una victoria
electoral.
Pero el efecto de la imagen de Chávez, aunque intenso al inicio, ha
demostrado ser de corta duración, asemejándose más al flash de una
cámara fotográfica que al constante y confiable brillo de una linterna.
Para el analista Martín Rodil, el chavismo cometió un grave error de
cálculo.
"Sobrestimaron la conexión emocional de Chávez con el pueblo y que eso
se iba a trasladar a Maduro", comentó Rodil.
"Ellos proyectaban que la conexión emocional del chavismo con Chávez iba
a traspasarse a Maduro, y lamentablemente para ello en política, los
liderazgos no son del todo transferibles. Lo que estaban con Chávez
estaban con él porque le veían ciertas cualidades, cualidades que Maduro
no tiene", agregó.
Maduro, quien fue designado por el propio Chávez como su candidato para
unas eventuales elecciones presidenciales, tampoco tiene gran
experiencia como candidato.
El actual presidente encargado ha pasado la mayor parte de su tiempo
dentro del chavismo desempeñándose como burócrata.
Según el analista Esteban Gerbasi, su ascendencia dentro del chavismo se
debió más al servilismo que manifestaba frente a Chávez y a los hermanos
Castro en Cuba, que a una verdadera capacidad de liderazgo dentro del
movimiento.
Su gran habilidad es que siempre se mostró fiel y sumiso ante la
voluntad del líder bolivariano, sin mostrar capacidad de robarle
protagonismo, error que hundió a otros líderes del chavismo, dijo Gerbasi.
"Maduro es un líder accidental. Tiene carrera sindical, no hizo una
carrera política. No llegó al cargo de canciller por carrera
diplomática. No llegó a diputado por sus propios logros. Siempre fue
puesto porque era un hombre leal. No por sus méritos o capacidad", comentó.
Es una situación que no pasa por desapercibida dentro de las mismas
filas del chavismo.
"Hay otras personas que tienen más capacidad, empezando por Adán Chávez
[el hermano del fallecido mandatario], que sí tiene carrera política y
siguiendo por [Francisco] Arias Cárdenas [gobernador de Zulia], y
Aristóbulo Istúriz [gobernador de Anzoátegui]", agregó Gerbasi.
Pero sí bien el oficialismo parece haber cometido un error al
sobrestimar el efecto de la muerte de Chávez, la oposición ha estado
allí para explotarlo.
El analista Orlando Viera-Blanco dijo que la oposición ha adoptado una
estrategia correcta al resaltar lo obvio, que Maduro no es Chávez.
"Maduro, al hacerse depender de manera exagerada, de una manera
existencial, de la figura del presidente Chávez, ha creado un efecto que
no le está generando los dividendos permanentes que necesita para
consolidar la brecha", comentó el asesor político.
"Hay una brecha favorable a Maduro, pero el candidato es débil, tiene un
discurso pesado y de poco contenido, carece de capacidad de debate y no
está generando una percepción de estabilidad entre sus propios
seguidores", agregó Viera-Blanco.
Capriles, mientras tanto, ha sido consistente en un discurso de
confrontación, en un discurso de rendición de cuentas y en un discurso
que le exige al chavismo grandes correcciones a lo que es visto como una
mala gestión del oficialismo, puntualizó.
Siga a Antonio María Delgado en Twitter: @DelgadoAntonioM
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