Las amenazas de Hugo Chávez
Fernando Ochoa Antich
Martes, 10 de julio de 2012
El acto conmemorativo del 191 aniversario de la batalla de Carabobo y
día del Ejército pasará a la historia como un doloroso ejemplo del abuso
de poder de un presidente de la República que se atrevió a ofender y
amenazar, de manera inaceptable, a sus compatriotas. Varios columnistas
ya han tratado sobre este tema, en particular sobre las ofensas, pero
creo necesario analizar con detenimiento las amenazas realizadas contra
la oposición democrática. Antes de profundizar en dicho análisis
quiero detenerme a comentar y relacionar los artículos de opinión de
Teodoro Petkoff y de Guillermo Cochez titulados: "la última locura" y
"Narcisismo y paranoia en los líderes políticos". La actuación de Hugo
Chávez es tan desproporcionada y fuera de la realidad que obliga a
reflexionar sobre el contenido de estos artículos.
El propio título del editorial de Teodoro Petkoff señala el grave
problema que enfrenta Venezuela: "La última locura". No se puede
justificar de otra manera el contenido del discurso de Hugo Chávez.
Mantener públicamente que sólo "los chavistas son venezolanos" es una
afirmación que no puede hacerse sin que haya motivos para dudar del
equilibrio mental de quien lo hace. El narcisismo y la paranoia, lo
sostiene Guillermo Cochez, son dos enfermedades psicológicas que se
desarrollan con mucha frecuencia en los líderes políticos, más aún
cuando están enfermos. Ejemplos resaltantes en la historia son: Hitler,
Stalín, Mao, Kim Il-Sung, Saddan Hussein e Idi Amin Dada. Todos
valoraron en exceso sus condiciones personales, perdiendo totalmente el
sentido de la realidad, hasta creerse imprescindibles y temer
permanentemente por sus vidas.
Hablemos ahora de las amenazas: Hugo Chávez insistió en su discurso, de
una manera repetitiva, que la oposición democrática estaba organizando
un proceso de desestabilización nacional, dirigido y respaldado por los
Estado Unidos, con la finalidad de desconocer el resultado electoral.
Señaló como prueba de esa conspiración la negativa de la oposición
democrática de reconocer de antemano el resultado de las elecciones.
Esta grave e infundada acusación tuvo por finalidad incitar a la
Fuerza Armada a la violencia contra la oposición democrática al
señalar: "que junta al pueblo harán respetar el resultado de las
elecciones que haga público ese día el Consejo Nacional Electoral e
impedirán cualquier tipo de protesta que pueda ocurrir", negando de
antemano el derecho de nuestro pueblo a protestar si el resultado es
ilegítimo.
Esta arenga debe relacionarse con otros aspectos de su discurso que
incrementan la peligrosidad de lo allí expresado y obliga a vincularlo
con el delicado desequilibrio que, desde algún tiempo, viene
observándose en la personalidad de Hugo Chávez. Teodoro Petkoff resume
a la perfección este asunto: "Hugo Chávez le ha establecido a la Fuerza
Armada el objetivo militar: la mayoría del país, que aspira a sacarlo de
Miraflores a punta de votos. Pero resulta que esa mayoría no es
venezolana, y por lo tanto la Fuerza Armada estaría obligada a
desconocer el resultado electoral si es favorable a la oposición". Pero
eso no es todo: si esa mayoría protesta ese día en las calles por
considerar írrito el resultado hecho público por el Consejo Nacional
Electoral, la Fuerza Armada tiene, según Hugo Chávez, la obligación de
reprimirla porque son traidores a la Patria
Esta prédica muestra de manera descarnada el inmenso reto que tiene la
mayoría institucional de la Fuerza Armada. Estoy seguro que en muchos de
ellos deben surgir profundas inquietudes. No es fácil definir la
conducta personal en medio de tantas contradicciones. Lo normal sería
obedecer las órdenes de sus superiores, pero ¿sería justo cumplir la
orden de reprimir una protesta popular de miles de venezolanos surgida
para defender el resultado electoral de Henrique Capriles, ante la
certeza que todos tenemos de que el abuso de poder y las triquiñuelas
del gobierno pueden configurar un fraude electoral el 7 de Octubre? ¿Va
a permitir la Fuerza Armada que los grupos armados organizados por el
gobierno ataquen a ciudadanos indefensos que se lancen a la calle? Estoy
plenamente convencido de que no…
La campaña electoral comienza este domingo. Las amenazas de
Hugo Chávez van a exigir de una permanente movilización de la oposición
democrática. Henrique Capriles ya le respondió, con admirable entereza,
durante su última rueda de prensa al sostener: "que él sólo respetará la
voluntad popular y no lo que afirme el gobierno", pero es necesario
entender que Venezuela enfrentará muy difíciles circunstancias durante
estos cuatro meses y en particular el día de las elecciones. La prédica
de Hugo Chávez y las arbitrariedades que han empezado a cometerse deben
verse como una muestra de desesperación ante una realidad que empieza a
conformarse de una manera indetenible: el triunfo electoral de la
oposición democrática. La sorpresiva multa a Globovisión es apenas una
de las primeras muestras de lo que nos tocará vivir.
fochoaantich@gmail.com
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/4073763.asp
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