Publicado el sábado, 04.28.12
Los delfines de Chávez
Pedro Corzo
Quizás una de las mayores pruebas de lo mucho que ha madurado la
oposición venezolana es que en su estrategia política no están
considerados aquellos factores que son ajenos a su propia gestión y en
eso está incluido el estado de salud del presidente Hugo Chávez.
Una fuerza política que apuesta sobre terceros y no sobre sus propios
recursos tiene mucho que perder y más cuando esa apuesta tiene que ver
con la salud del adversario o la intervención de partes ajenas a la
naturaleza del conflicto.
La salud del presidente Hugo Chávez ha generado numerosas expectativas
en la oposición, pero si es verdad que la enfermedad del mandatario es
tan seria como se dice, en el ámbito que más debates, enfrentamientos y
hasta conspiraciones debe generar, es entre sus propios partidarios.
Durante sus trece años de gobierno el mandatario ha tenido numerosos
favoritos, algunos con proyección propia como José Vicente Rangel y Luis
Miquilena, y otros prácticamente desconocidos, como su actual
vicepresidente Elías Jaua.Jaua, un sociólogo que ha ocupado varias
posiciones en el gobierno desde que se unió a Chávez en 1996 para
participar en el Movimiento Quinta República, el embrión de lo que es
hoy el Partido Unido Socialista de Venezuela, algo muy parecido al
Partido Unido de la Revolución Socialista, PURS, 1962, la base del
Partido Comunista de Cuba.Fue de los redactores de la Constitución
venezolana de 1999, uno de los vicepresidentes del Congresillo, alto
funcionario de varias dependencias gubernamentales, incluido
ministerios, hasta que fue designado vicepresidente ejecutivo, posición
que detentará hasta que Chávez lo decida.El otro heredero es Nicolás
Maduro, actual ministro de Relaciones Exteriores, 2006, y vicepresidente
del Consejo de Ministro desde el 2010. Este militante de la Liga
Socialista era dirigente del sindicato del Metro de Caracas cuando tuvo
lugar la intentona golpista de Chávez, 1992, a la que expresó su
respaldo, por lo que se sumó a las fuerzas políticas que se organizaron
para apoyar al futuro presidente.Maduro se vinculó también al Movimiento
Quinta República, fue diputado a la Asamblea Nacional por dos periodos y
electo presidente de la legislatura, 2006, hasta que pasó a ocupar la
dirección de la cancillería. El canciller ha mostrado la flexibilidad
suficiente y una lealtad a toda prueba, lo que ha hecho posible que sea
el funcionario que más tiempo ha detentado tan importante posición en un
gobierno que se caracteriza por una política exterior particularmente
activa, condición que demanda que interprete a cabalidad la voluntad del
Presidente y demuestre una incondicionalidad absoluta.Para sus críticos
Maduro es un hábil operador político, un excelente agitador y un patán
que no duda en recurrir al lenguaje más vulgar y violento cuando le
apetece. También afirman que el ministro tiene excelente relaciones con
la jerarquía del gobierno cubano y en consecuencia con sus funcionarios
destacados en Venezuela, incluido militares, agentes de inteligencia y
seguridad.
Hay que destacar que el canciller está casado con una destacada
dirigente del régimen, Cilia Flores, quien lo sustituyó por varios años
en la presidencia de la Asamblea Nacional y a quien Chávez designó
Procuradora General de la República en enero pasado.
Diosdado Cabello, el tercer beneficiario, es el único que goza de
relativa independencia. Acompañó a Chávez en la intentona golpista de
1992 y también como dirigente del MVR en la campaña electoral que llevo
al barinense a la presidencia. Militar de carrera. Ingeniero y actual
presidente de la Asamblea Nacional.
En su condición de vicepresidente ejecutivo en los confusos sucesos de
abril de 2002, asumió por dos días la Presidencia de la República, pero
la ambición no lo devoró, esperó el regreso de Chávez y le entregó el
gobierno.
Es de suponer que haber sido ministro del Interior y Justicia, 2003, y
director de la Comisión Nacional de Comunicaciones le facultó para tener
un conocimiento de las interioridades del país que ninguno de los otros
potenciales herederos tiene. Una especie de Stalin en lo que respecta al
poder doméstico, lo que se reafirma por su posición de primer
vicepresidente del PSUA.
Cabello es identificado como un hombre ambicioso de poder y riquezas,
pero con agenda propia, y un fuerte sentido de sobrevivencia. También se
le considera un extremista capaz de cualquier exceso por tal de
conservar su autoridad.
Es el tipo de político que sabe identificar a los enemigos y ganarse
fuertes aliados para los momentos difíciles. Es el único de los
herederos que se supone tiene excelentes relaciones con la cúpula
militar, al extremo de que se señala como la alternativa cívico-militar
de los cuarteles en una crisis final del actual modelo político.
Periodista de Radio Martí.
http://www.elnuevoherald.com/2012/04/28/1189638/pedro-corzo-los-delfines-de-chavez.html
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