Max Römer Pieretti
Viernes, 13 de abril de 2012
Chávez, tan afecto de celebrar y conmemorar fechas patrias creadas por
él mismo, nos ha dejado una serie de días en el calendario que, con el
paso del tiempo, serán ocasión para recordar cómo fue posible que un ser
como ese dominase los destinos de tantos millones de almas.
Si es febrero, destaca su "por ahora" como un triunfo, como el logro de
haberse alzado contra la institucionalidad democrática desde la
trinchera de las fuerzas armadas. Una bestialidad que le mereció cárcel
y de la cual no debió salir indultado.
También hace suyo de febrero las luchas heroicas de la independencia, de
la justa patriótica de José Félix Ribas y el grupo de estudiantes que se
enfrentaron a los ejércitos realistas. Antes de 2006, en marzo se
celebraba el día de la bandera el día 12.
Luego, en una de esos arrebatos de grandilocuencia cambió la bandera y
ahora celebra el día justo el 3 de agosto para que la gente se olvide de
que hay una patria qué venerar y una bandera que arropa, aunque razones
históricas lo amparan para tomar la decisión, una fecha patria en mitad
de las vacaciones escolares es ara que no sepan los niños que tienen
bandera de ocho estrellas y caballo comunista que pintar en sus cuadernos.
Abril, es lo peor para las efemérides. Si recordamos, se montó a
propósito en cadena de televisión para que no se viese que se estaba
matando gente en las calles. Que los canales de televisión se negaron a
seguir en cadena y mostraron al pueblo lo que estaba pasando. Que fue la
Guardia Nacional la que cortó la señal de las televisoras... En fin, fue
a él a quien llevaron ante los tribunales militares y luego, la
oposición encabezada por Carmona metieron la pata al hacer las cosas sin
contar con la institucionalidad...
Son fechas para recordar con luto como fuimos capaces de dejar caer al
país lo más bajo posible. Fue ocasión para verle orar por sí mismo -por
primera vez porque lo ha hecho más veces , la última este pasado jueves
santo-. Abril es para el comandante Chávez mes de celebración por haber
vuelto al poder.
Es un mes para reconocer que los entuertos de hace 10 años dejaron al
descubierto la raza de más de uno cuando se escondieron prácticamente en
los albañales, pero es un mes en el que los chavistas -basta con darle
un vistazo a la prensa- olvidan que vejaron al poder del pueblo y lo que
es peor, murieron unos cuantos abaleados.
Que la responsabilidad del gobierno de entonces que es el mismo de
ahora, no se ha puesto a derecho desde aquel 2002 y que, así como le
gusta recordar a él mismo que tuvo que alzarse en armas en febrero de
1989 contra el pueblo, Chávez también mandó a disparar contra el pueblo.
Chávez olvida que lo que se le obligó hacer un día, lo hace él todos los
días al no controlar la seguridad de los ciudadanos.
El 19 de abril que se había conocido siempre como día de la
independencia, ahora se llama Proclamación de la Junta Suprema
Conservadora de los derechos de Su Majestad Española (1810) y así le da
ese toque de imperialismo a la cosa que tanto le gusta. En mayo no tiene
fechas propias. Ya tiene bastante con hablar de su madre y de su abuela
todo el año para recordar que es hijo de mujer y que debiese ocuparse de
ellas al no dejar que les maten a los hijos…
En junio celebra dos fechas patrias y una comercial. La patrias son el
decreto de guerra a muerte y la batalla de Carabobo y la comercial, como
es tan paternalista, su día del padre bien rodeado de sus hijos nietos…
Todo un pater familia. En julio celebra su cumpleaños y por supuesto, el
de Bolívar, porque sin duda se cree la rencarnación de El Libertador.
Además celebra el día la batalla naval del lago de Maracaibo.
En octubre también cambió el día 12 que era conocido como de la raza,
para el de la resistencia indígena y en diciembre conmemora la muerte de
Bolívar. Pronto se sumará el día que salió de la radioterapia, de la
afeitada de la cabeza por la quimioterapia, de la oración cristiana que
hicieron por su salud, de los bailes de los chamanes también por su
salud, a la barba de Fidel, a los cascos del caballo de Maisanta su
abuelo, en fin, busca un pretexto en el calendario para encadenarse por
televisión y radio y ahí se lanza a celebrar a lo grande con arpa,
cuatro y maracas su corrío de vanaglorias y de fechas patrias que le
sirven para que el pueblo le aplauda y le venere en esa supuesta memoria
que encarna de esa Venezuela seca de esperanza que él mismo ha gestado
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