Monday, April 30, 2012

Resistir sin miedo, hasta la victoria

Resistir sin miedo, hasta la victoria
Antonio Pasquali
Lunes, 30 de abril de 2012

El régimen, hoy nervioso y debilitado, concentra sus últimas fuerzas en
construir una matriz de "victoria aplastante".

¡Azarosa ironía la de Esperanza, la última diosa, cuando su metamorfosis
en hechos reales pende de una decisión de indecisos! Pase lo que ha de
pasar de aquí a las presidenciales, tal impredecibilidad pesará en sus
resultados: un alto lote de indecisos, hasta 24%, pudiera decidir el
destino de todos por timorata abstención, instinto de supervivencia ante
los chantajes del régimen o deseos de una democracia nueva. ¡Que el
sentido de la dignidad los ilumine!

En sus intentos por reducir ese nivel de incertidumbre, Capriles le
habla a la parte noble del alma nacional con un discurso de concordia;
Chávez, a la abyecta, buscando exasperar el odio entre venezolanos y
tratando (con indecorosas mises en scène y ataques fóbicos impropios de
un presidente enfermo) de narcotizar un poco más al país desmemoriado
que le dejó edificar en cámara lenta su confuso comunismo. Sí, porque la
vieja estrategia del festina lente, del "apresúrate lentamente", por
ahora le ha funcionado.

Aun bajo protesta, nos hemos venido acostumbrando al horror cumulativo
de su golpismo permanente contra la Constitución, a las 3.000 cadenas, a
su caótico gobernar por misiones, sus acuerdos secretos con lo peor del
mundo, una semántica gubernamental siempre más cuartelera, prostibularia
y emética, el garrote vil para las libertades de la disidencia, los
22.000 asesinatos anuales, el Ramiro Valdés plantando la bandera cubana
en el Panteón, el colosal saqueo del erario público, los 50.000
invasores cubanos invitados por el régimen, la intoxicación ideológica,
la sovietización de las FAN, la destrucción de Pdvsa y otros centros
productivos y la peor inflación del mundo. Su última violación infligida
al país: despachar con gabinete desde La Habana para que nos
acostumbremos a considerarla capital alterna de Cubazuela, con su bota
pisando esta vez el artículo 18: "La ciudad de Caracas es... el asiento
de los órganos del poder nacional".

El régimen, hoy nervioso y debilitado, concentra sus últimas fuerzas en
construir una matriz de "victoria aplastante" que ni él se cree,
mientras conduce una campaña antioposición feroz y soez como pocas, con
aspectos risibles (sugerir que "manipuló los resultados de las
primarias" y organizó el secuestro del diplomático costarricense), y
otros de un siniestro terrorismo de Estado, para demonizar a priori el
menor gesto de la disidencia por conspirador, desestabilizador y
"antesala de su futuro desconocimiento de la victoria electoral de Chávez".

Contaminar la imagen de Capriles e inyectarle a la oposición una toxina
paralizante eran el prólogo apenas de lo que Chávez tenía en la manga:
la creación de un "comando antigolpe de Estado" de composición secreta,
para lanzar "el pueblo y los soldados a la calle si a la burguesía... se
le ocurriera desconocer los resultados del 7-O".

"Ya los tenemos fichados a todos y con expediente" precisa el
vicepresidente Jaua con buen tono KGB. Terror de Estado de molde
castrista: ¡que nadie se mueva aunque el gobierno cometa fraude!,
impuesto por un régimen que sí desconocería, como lo declaró, una
victoria de la oposición.

Henrique Capriles será nuestro próximo presidente si sabemos resistir
sin miedo. Resistir al bastón unos, a la zanahoria otros: a los
insultos, chantajes, listas Tascón, amenazas y mentiras, e igualmente a
los halagos, compra de conciencias y de votos y promesas incumplibles.

Cero miedo a las furias e intimidaciones del comandante y sus
pretorianos; el miedo genuino lo llevan ellos en el alma al imaginar el
día en que honestos tribunales juzguen sus robos y fechorías, sus
narcotráficos y pactos secretos con dictaduras y guerrillas del mundo.
No olvidemos nunca el efecto devastador que sobre el comunismo
internacional tuvo en 1978 el "no tengáis miedo" de Karol Wojtyla, al
que siguió la victoria de Solidarnosc, la caída del Muro de Berlín y el
derrumbe del imperio soviético.

Resistiendo y sin miedo, sí daremos al traste con esta farsa de
socialismo real, deshonra de la izquierda.

apasquali66@yahoo.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/5676792.asp

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