Venezuela, réquiem por la ilusión democrática
Publicado el Miércoles, 01 Mayo 2013 08:21
Por Sergio Valdivieso
El grotesco espectáculo ocurrido el martes en la Asamblea Nacional de
Venezuela le está dando la vuelta al mundo, con una evidente conclusión
para aquellos que incluso tratan de mirar equilibradamente el curso del
chavismo a lo Maduro: el oficialismo acaba de sepultar la ilusión
democrática en el país y los golpes a la institucionalidad han dejado de
ser menciones metafóricas para convertirse en trompadas de matones bajo
el camuflaje de diputados.
Al menos nueve diputados de la oposición han resultado golpeados,
pateados, ultrajados por las hordas chavistas, con la anuencia del
principal instigador de este vergonzoso zafarrancho, el señor Diosdado
Cabello, quien de presidente de un Parlamento ha terminado en adalid del
fascismo cotidiano que trata de imponer el gobierno.
Entre los diputados que tuvieron que ser atendidos luego de la andanada
en el hemiciclo están Julio Borges, María Corina Machado, Américo de
Grazzia, Nora Bracho, Ismael García, Eduardo Gómez Sigala, Homero Ruiz,
Luis Barragán y Abelardo Díaz. Borges, Machado y Bracho son visiblemente
los más afectados, con patadas en el piso recibidas por las dos mujeres.
También se reportaron como lesionados en la trifulca los parlamentarios
oficialistas Claudio Farías, Odalis Monzón y Nancy Ascencio.
Maniobras del totalitarismo
En el mejor estilo de las maniobras totalitarias, las cámaras de ANTV
repasaban el techo y el Escudo Nacional del recinto mientras se desataba
la golpiza. Se suspendió el audio y el acceso a internet desde los
teléfonos celulares quedó afectado en la sala de prensa. Las puertas del
hemiciclo fueron cerradas para evitar la salida de los agredidos y en
las afueras del edificio apareció, en la mejor tradición de las
dictaduras latinoamericanas, un cordón de la Guardia Nacional.
Sin embargo, la era de la internet es implacable con los mentirosos y
algunas filmaciones desde teléfonos celulares comenzaron a difundirse
por parte de los afectados.
Está claro que las imágenes no dejan bien parado al oficialismo y al
señor Cabello, que salió del lugar escoltado por agentes policiales.
Solo a un corresponsal cubano de Telesur llamado Rolando Segura se
atrevería a tuitear, a espaldas de lo ocurrido, que "varios diputados
oficialistas fueron agredidos durante la plenaria donde se discutían
cinco créditos adicionales". Así que, si teníamos alguna duda, ya
tenemos claro el papel que jugará Telesur en los días que están por
venir en Venezuela.
Los hechos están sobre la mesa, impresos en los periódicos y difundidos
en la televisión y las redes sociales. Luego de varias jornadas de
amenazas, insultos y bravuconerías de general trasvestido en legislador,
Cabello hizo cumplir su prédica fascistoide. No hablarían los diputados
que no reconozcan al presidente Nicolás Maduro, quien por esas horas
estaba disfrutando de otro circo más sofisticado: una función especial
del Cirque du Soleil junto a la primera dama Cilia Flores y otros 10 mil
de sus seguidores. Una movida de "puro socialismo", según declaró después.
Así las cosas, la sesión parlamentaria citada para las 2 p.m. se inició
casi tres horas después. Al llegar a sus puestos, los diputados de la
oposición comprobaron que la advertencia de Cabello se había consumado.
Les habían cortado los micrófonos de sus curules, una manera muy gráfica
y prepotente de silenciarlos. La bancada del chavismo entró cerca de las
5 de la tarde, con Cabello al frente, luego de acordar lo que sería el
comportamiento en el hemiciclo.
Radicalización forzosa
Los opositores sacaron un cartel con el lema de "Golpe al Parlamento" e
intentaron hacerse oír. Lo que vino después fue la espeluznante reyerta
que pone fin, de hecho, a toda posibilidad de comunicación civilizada
entre el oficialismo y la oposición.
No hay que darle más vueltas al asunto. La radicalización forzosa
anunciada por Maduro horas después del anuncio de su controversial
triunfo en las urnas y el reforzamiento de su alianza con Cuba se
materializa, como ninguna otra ejecutoria gubernamental, en esta
bofetada a la institucionalidad y al respecto de la voluntad ciudadana.
A partir de ahora será muy difícil continuar creyendo en una opción de
diálogo con el gobierno cuando los personeros del régimen incitan a
acallar por la fuerza y desde la impunidad que creen les da el poder.
Eso no tiene otro nombre: dictadura, no importa si se vista de
guayaberas rojas o baila al ritmo de la timba cubana (cualquier
asociación con Los Van Van, que andaban por Venezuela en estos días, no
es pura coincidencia).
Como en otras de sus salidas demagógicas y ambivalentes, Maduro llamó
"provocadores" a los diputados opositores, y llamó a evitar la violencia
y la "sampablera" que se armó ayer en la Asamblea Nacional.
"Eso no puede repetirse. Conversamos personalmente con el compañero
Diosdado Cabello y él va a tomar las medidas de autoridad y disciplina
para que no se repitan hechos como ese porque nosotros tenemos que
buscar la paz, la convivencia, el respeto a la constitución, a las
leyes, a las ideas, la tolerancia, tolerancia infinita", afirmó Maduro.
¿No puede repetirse?
Pero el "no puede repetirse" de Maduro no significa espacio para sus
contrincantes, a los que sigue llamando fascistas, incluso en su
reciente viaje a La Habana para firmar 51 convenios de colaboración con
Raúl Castro. Fue allí, en un discurso que debe quedar como otra prueba
del sometimiento y el entreguismo, que el nuevo presidente evocó a
Pinochet para recordarle a los opositores que los seguidores del
dictador chileno implantaron los cacerolazos contra el gobierno de
Salvador Allende, pero "no atacaban a los colaboradores cubanos" que
estaban en el país.
Lo que atormenta a estos señores y a las viudas del chavismo que
cotorrean en los medios oficialistas -incluyendo la adocenada prensa
cubana- es cómo de la noche a la mañana el oficialismo perdió, según las
estadísticas del Consejo Nacional Electoral, casi un millón de votos en
escasos seis meses. Para la retórica madurista el país tiene 7.2
millones de fascistas y habrá que trabajar fuertemente para
reconvertirlos a las huestes del presidente eterno Hugo Chávez, ese
Morador de la Colina del que cada vez se habla menos entre los
venezolanos de a pie.
El 30 de abril debe quedar fijado desde ya como la fecha en que la
barbarie oficialista se quitó la careta. A los venezolanos les queda aún
la batalla cívica y la defensa de los resquicios de institucionalidad
creíble que perviven en la nación. Pero estos golpes en el Parlamento
son una señal terrible e inequívoca de que la ilusión democrática terminó.
Ojalá y los acordes del réquiem anunciado ayer puedan ser ahogados por
los retumbes de un cacerolazo infinito.
http://cafefuerte.com/mundo/noticias-del-mundo/america-latina/2811-venezuela-circo-y-final-de-la-ilusion-democratica
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