La unidad que quieren los marxistas no es la que buscan los demócratas
Jesús Contreras
Lunes, 30 de abril de 2012
Los venezolanos estamos en mejor posición que los demás habitantes del
planeta para adoptar en política una nomenclatura simple, clara,
definidora y definitiva.
(1-a) Es conveniente hacer la distinción no sólo por su importancia
conceptual sino porque debe hacerse para fijar posición de lucha
política y por tanto para que se hagan las demarcaciones que corresponda
hacer en cada una de las actuaciones y específicamente las de los
partidos políticos, especialmente cuando se plasmen en acuerdos escritos.
(1-b) La distinción entre marxistas y demócratas no es entre izquierda y
derecha. Esta última manera de clasificar la afiliación política no sólo
es anacrónica sino acomodaticia y no pocas veces cínica y camaleónica
como decimos en criollo.
(1-c) Los venezolanos estamos en mejor posición que los demás habitantes
del planeta para adoptar en política una nomenclatura simple, clara,
definidora y definitiva, de una vez por todas, bajo el supuesto de que
en octubre próximo el país va a despedir al presente régimen. Por tanto
corresponde hacer el deslinde de modo tal que de octubre en adelante el
marxismo quede como una reliquia.
(1-d) Mientras tanto hay que continuar viendo al marxismo como lo que
es: una quimera viviendo en las mentes de muchos ilusos.
Desgraciadamente la experiencia demoledora no basta para devolver la
realidad a esas mentes.
(1-e) Es evidente pues que la nueva nomenclatura le dé cabida al
concepto de democracia y no se la puede dar al marxismo ni a la
izquierda ni a la derecha. No es pura coincidencia que en muchos países
los nombres de los partidos políticos reflejan las bases programáticas,
que de paso los libera de aquellas caracterizaciones borrascosas que la
inercia ha mantenido tan prolongadamente.
(2-a) Pero este tema es delicado porque Venezuela ha sido víctima de la
astucia de los marxistas. Es bien conocida la táctica de meterse en toda
mesa de "unidad" para manipularla y lograr sus propósitos, que nunca
coinciden con los que buscan los demócratas. Los marxistas son
hegemonías con poco respaldo popular -y eso está demostrado
estadísticamente- pero saben lucirse en la cabeza de esos frentes de
unidad y logran vender la imagen de que representan al "pueblo" en esos
mecanismos.
(2-b) En la infame CD quedó ampliamente demostrada su manipulación. En
la MUD la han llenado con micro partidos y le impregnaron su inefable
programa de gobierno con su fritura ideológica, tal como lo hicieron con
los dos documentos básicos que le hicieron parir a la CD. No hace falta
recordar al MIR, MEP, MAS de adentro, MAS de afuera y el partido que le
facilitó la sinvergüencería a Arias Cárdenas.
(2-c) Los demócratas hubieran podido -en ambos casos, CD y MUD- formar
su propio mecanismo de coordinación para actuar en paralelo con otro
formado por marxistas. Ambos hubieran podido unirse para ciertas
actuaciones. No era necesario ni conveniente que en la CD ni en la MUD
se reunieran en un sólo mecanismo de aparente unidad. Así es la
democracia, pero peor son algunos demócratas.
(2-d) Y que quede claro: yo soy de los que creen que hay marxistas aptos
para participar como líderes de gobiernos venezolanos. Pero es necesario
distinguir a quienes respaldan al chavismo y a quienes respaldan al tipo
de régimen que buscan los chavistas. No es lo mismo, aunque tengan el
mismo cordón umbilical. Y ahí está el problema: no siempre está claro
quiénes son unos y quiénes son otros.
(3) Entonces cabe aclarar que el candidato Capríles está atado a la
promesa que públicamente hicieron él y todos los demás precandidatos en
relación a la unidad dentro del ámbito de la MUD. Pero también hay que
reconocer la importancia de que cada uno de los partidos miembros de la
MUD haga la misma demostración que acaba de hacer AD -en respaldo a
Capríles- actuando como partido individual. Pero Capríles no está
necesariamente atado a la MUD, aunque esto resulte raro, pero es
debatible en otro momento.
(4-a) La MUD no puede ser aceptada como el mecanismo de unidad sino como
UN mecanismo de unidad, en la medida en que sirva para la preponderancia
de los hegemonías marxistas que -por ser tales- no están necesariamente
desprendidos del tipo de régimen que buscan los chavistas.
(4-b) Dentro del debate venezolano actual se ha hecho referencia amplia
a la conveniencia de que haya un avenimiento entre la oposición
democrática y gentes que han sido partidarias del chavismo. Ese
planteamiento es sin duda correcto. Pero no es aceptable que de esa
manera se pretenda lograr un reconocimiento de continuada validez al
chavismo, que implique arrastre de consecuencias prácticas. Y esto es lo
que plantea el problema de duda sobre quiénes pueden caer en esa
posición, si no son precisamente los marxistas y específicamente los que
están dentro de la MUD.
(5) Los demócratas son incompatibles con el chavismo. Lo mismo no se
puede decir de los marxistas. En definitiva, lo que está en el tapete es
que en Venezuela desparezca el marxismo a partir de octubre, de manera
espontanea, de muerte natural. Mientras haya marxistas habrá quienes lo
digan a viva voz, pero también habrá quienes digan que sólo son
izquierdistas, aparte de los bobos aviesos que se dicen aviesistas para
rimar.
je_co@webtv.net
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/2766921.asp
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