Controles de precios y desincentivos a la oferta de medicamentos
Rafael González
Miércoles, 30 de mayo de 2012
El caso al que hace referencia el portal Web del Últimas Noticas sobre
el hecho que los "medicamentos regulados no se consiguen", podría
constituir una evidencia de mal diseño de políticas públicas,
especialmente en el sector salud.
Cuando no se tiene claro el objetivo de política pública y mucho menos
los distintos instrumentos alternativos de política regulatoria, así
como sus efectos, por lo general la intervención pública termina
generando mayores distorsiones o constituyendo una acción interesada o
capturada por grupos de interés, así como acciones políticas
ineficientes de corto plazo.
El caso al que hace referencia el portal Web del Últimas Noticas sobre
el hecho que los "medicamentos regulados no se consiguen", podría
constituir una evidencia de mal diseño de políticas públicas,
especialmente en el sector salud.
La gestión Chávez ha aplicado a diestra y siniestra controles de precios
sobre cuanto sector se le ocurre, sin que haya existido previamente un
análisis económico técnico que asomara indicios de la existencia de una
falla de mercado o la necesidad del diseño de una política pública o
regulatoria. No todas las alternativas de política son los controles de
precios, porque de existir un problema, podría ser su naturaleza de
acceso, no por el nivel de precios o costos, sino por problemas de
desempleo, inexistencia de ingresos, bajo poder adquisitivo, inflación,
etc.; problemas de entera responsabilidad del Ejecutivo y no del sector
farmacéutico privado.
Más allá, en Venezuela el Ejecutivo Nacional actúa sobre las
consecuencias y no sobre los efectos, especialmente cuando se alude a la
supuesta protección al acceso a bienes y servicios, especialmente los
declarados de primera necesidad.
En el caso particular de los medicamentos no ha existido ninguna
política coherente que eventualmente apunte a garantizar su acceso,
haciendo de la política de controles de precios, una política incompleta
–por decir lo menos-.
Por un lado existe la inconsistente política de intervención directa
sobre los precios, aun cuando nos estamos refiriendo a gasto privado en
bienes privados, como suele ser el consumo de medicinas en Venezuela.
Por el otro lado, se aplican medias basadas en los enfoques e
instrumentos más anacrónicos, como son los "controles de precios basados
en costos".
En una economía inflacionaria como la venezolana este tipo de
instrumentos podría pinzar los márgenes a la par que no se crean
incentivos a favor de un trade-off entre rentas y eficiencias.
Podría resultar preferible políticas de asistencia directa al
demandante, sin distorsionar los precios de mercado, ni crear el
problema que se deriva del hecho que precios regulados no resultan
garantía que quienes posean menos recursos tienen acceso a los mismos.
En la medida que los precios sean administrativa o artificialmente bajos
se incentiva el contrabando de extracción y se desincentiva la entrada
de medicamentos al país.
De igual manera, crear sistemas de comercialización públicos de
medicamentos no constituye una política de salud, mucho menos eficiente
en el sector de los medicamentos.
En el caso de monopolios en tratamiento y/o principios activos, existen
políticas de asistencia cuando el precio del medicamento resulta
catastrófico, sin destruir incentivos a la oferta, ni imponer controles
draconianos de precios que terminan siendo regresivos.
Lo que resulta igualmente alarmante es que en Venezuela ya existe un
fondo público de seguridad social, que no parece ser gestionado
eficientemente, por lo que, para hacer ver que algo se hace en el sector
salud, se imponen adicionalmente controles de precios.
Economista. Master in Competition and Market Regulation. Master in
Industrial Organization and Markets. Especialización en Economía del
Sector Farmacéutico. Profesor universitario de regulación Económica y
Regulación de Competencia.
http://www.analitica.com/va/economia/opinion/7723559.asp
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