¿Calle contra encuestas?
Simón García
Lunes, 21 de mayo de 2012
No hay duda. Las encuestas se han transformado en armas publicitarias. Y
en nuestro caso operan como un arsenal para favorecer al candidato
continuista
Así lo evidencia la aparición de encuestadoras de ocasión, sin tradición
ni reputación por defender, que ponen por las nubes al oficialismo.
Luego la aplastante hegemonía comunicacional del gobierno difunde esas
chimberías para sembrar dudas y ver si enganchan algún incauto.
Descartando esos resultados prefabricados, las encuestadoras que pueden
merecer credibilidad no son coincidentes. Cinco otorgan ventajas netas
al Presidente y cuatro revelan un empate o una ligera ventaja de
Capriles. Estas últimas son sometidas a duras presiones para no dar a
conocer sus conclusiones o adecuarlas al interés continuista. ¿Qué no
hacer para perpetuarse en el poder?
La conducta gubernamental ha sido reiterativa en el propósito de
sustituir la ausencia del paciente presidencial con cifras destinadas a
demostrar que tiene las riendas en sus manos y es inderrotable. Aunque
no es lo que dicen la recientes votaciones reales, la falsa percepción
es apuntalada desde el twitter, por la ejecución de promesas sociales y
el aumento de operaciones para meter miedo a los electores.
Pero la calle está intranquila. Según el Laboratorio de Observación del
Conflicto se produjeron casi mil protestas entre marzo y abril,
especialmente en materia laboral, reclamo de viviendas, seguridad y
situación carcelaria. El malestar por el costo de la vida y la
evaporación del salario es creciente. Los escandalos de corrupción,
infiltración del narcotráfico en las estructuras de gobierno y
protección de los jerarcas rojos contra la menor investigación revelan
la descomposición en el vértice dirigente del proceso.
¿Miedo o esperanza activa?
La historia arroja suficientes evidencias sobre la naturaleza libertaria
y respondona de la sociedad venezolana. Pero algo ha cedido en ella,
después de catorce años de prédica permanente para convertir el
desacuerdo y la crítica en delitos. Las listas de la infamia para
desconocer, perseguir y excluir a venezolanos por su opinión política
han dejado sus efectos. En algunos sectores reina un silencio impuesto
por el poder y hay gente que se está acostumbrando a callar.
La operación de control y sumisión de la sociedad por parte del Estado
centralista y autocrático busca frenar la resistencia social, activa o
pasiva, y deslegitimar la expresión del malestar con el regimen que
están instalando para sustituir a la democracia. Sus ataques persiguen
generar desmoralización en los electores, desmovilizar a las fuerzas
democráticas y bloquear a como de lugar el avance de la aspiración de
cambio encarnada en Henrique Capriles.
Los demócratas no tienen otra opción que poner un extraordinario empeño
en conquistar un triunfo electoral y multiplicar el titánico esfuerzo de
comunicación y escucha que está llevando a cabo Capriles en los sectores
populares. En ellos se decidirá realmente el triunfo.
Las tarjetas de Capriles
Se repuso el debate en la MUD sobre una o varias tarjetas de Capriles en
la pantalla de la máquina de votación. Se dieron argumentos válidos en
torno a ambas posibilidades. Al final se mantuvo la decisión, adoptada
antes de las primarias, de darle al elector la posibilidad de votar por
Capriles a través del partido que se prefiera o marcando una tarjeta
unitaria.
Las dos vías suman para la victoria, pero una respalda a un partido y la
otra refuerza el camino de la amplitud. Votar por la unitaria reforzará
la convicción de que no se puede gobernar al país aspirando reponer un
sistema unipartidista.
La decisión ocasionará algún ruido transitorio, pero no afectará la
unidad de acción ni comprometerá el objetivo superior de salir de un
gobierno que nos lleva para donde los venezolanos no queremos ir.
El 7 de octubre se bifurcan pasado y futuro, progreso y retroceso. Será
el cruce para pasar del autoritarismo al totalistarismo o para enrutarse
hacia un gobierno de unidad nacional que demuestre que mantener y
profundizar la justicia social puede hacerse brindando oportunidades de
más bienestar, más libertad y más progresos. Para todos y no para una
parte, sean de arriba o de abajo.
simongar48@gmail.com
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/5316495.asp
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