Wednesday, May 23, 2012

Izarra y la revolución cornuda

Izarra y la revolución cornuda
Vladimir Villegas
Miércoles, 23 de mayo de 2012

Es curioso que este análisis de Izarra no se corresponda con los
contenidos de varias encuestas que le otorgan al presidente Chávez una
cómoda ventaja frente al abanderado opositor, y venga a sabotear en voz
alta el triunfalismo exacerbado que evidencia la dirigencia del Partido
Socialista Unido de Venezuela, de cara a las elecciones del próximo 7 de
octubre.

No tienen desperdicio las afirmaciones hechas por William Izarra en el
foro del Consejo de Trabajadores de la Asamblea Nacional, y que fue
reseñado por este diario el pasado sábado, bajo la firma de la colega
Maru Morales. Allí el militar retirado, aliado crítico del presidente
Hugo Chávez, ha reconocido que Henrique Capriles Radonski ha llegado con
su mensaje de reconciliación a 8 millones de venezolanos, mientras que
la revolución sigue teniendo un preocupante contenido clientelar que
pone en riesgo su continuidad.

Es curioso que este análisis de Izarra no se corresponda con los
contenidos de varias encuestas que le otorgan al presidente Chávez una
cómoda ventaja frente al abanderado opositor, y venga a sabotear en voz
alta el triunfalismo exacerbado que evidencia la dirigencia del Partido
Socialista Unido de Venezuela, de cara a las elecciones del próximo 7 de
octubre. A diferencia de otros voceros del chavismo, Izarra, el padre,
por supuesto, no hace concesiones a la incondicionalidad ni actúa como
un felicitador de oficio, sino que se atreve a mostrar las costuras del
proceso. Una de ellas, el clientelismo que caracteriza la relación entre
los que tienen el poder y los menesterosos.

Y una revolución contaminada de clientelismo no es sino una pantomima,
una forma retórica de darle otro nombre a la misma relación de
dominación que se dice haber derrotado en Venezuela. Por eso Izarra pone
en evidencia una gran debilidad del Gobierno cuando manifiesta su temor
de que la base clientelar del chavismo pueda ponerle los cuernos al
proceso y a su líder con alguien que le ofrezca más.

Para dolor de la dirigencia pesuvista, el comandante Izarra admite que
"los actores pragmáticos que responden a la bolsa de comida" son mayoría
con respecto a los actores convencidos. Eso después de trece años de
gobierno no es poca cosa, es la muestra más clara de que se le ha puesto
el nombre de revolución a la misma forma aberrante de relación entre el
poder y quienes necesitan de él para sobrevivir.

Han surgido, ciertamente, mecanismos de participación, se ha producido
una mayor politización en los sectores populares, pero, paradójicamente,
se ha concentrado más el poder en el Gobierno y los canales de
participación han sido confiscados por el PSUV. El objetivo no es la
superación de la pobreza sino mantenerla como nicho de apoyo político
sobre la base de la relación clientelar. La propia guanábana roja.

Cuando Izarra padre llama a hablarles a los no alineados también está
admitiendo que el sectarismo, que la prepotencia en el ejercicio del
poder y el cobro de peaje ideológico no son saludables, que la política
de exclusión, de satanización de la diversidad y la disidencia pueden
hacerle pasar un mal rato al chavismo en octubre e, incluso, en las
elecciones de gobernadores previstas para diciembre. En definitiva, que
si existe un núcleo de 8 millones de venezolanos que no tienen
definición político-ideológica es puro cuento eso de que el chavismo
representa hoy el sentimiento mayoritario y determinante en el país.

Aunque Izarra no ha dicho claramente que el chavismo está derrotado o
corre el riesgo de perder las elecciones, sus palabras ponen de relieve
las graves dificultades que acechan al Gobierno, por sus prácticas
clientelares. Ahora vamos entendiendo mejor a Blanca Eekhout cuando
llamaba a "desterrar el adeco que tenemos por dentro". Y ese "adeco" no
es otra cosa que la materia prima de la revolución. La cepa clientelar
del PSUV deja pálido el clientelismo del pasado. Para decirlo en
términos leninistas, el clientelismo pesuvista es la fase superior del
adequismo.


http://www.analitica.com/va/politica/opinion/8628539.asp

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