José Guerra
Jueves, 1 de septiembre de 2011
El producto interno bruto (PIB) aumentó 2,5% en el segundo trimestre de
2011, sensiblemente inferior al primer trimestre cuando la economía se
expandió 4,8% después de haber pasado por una recesión de dos años. Ese
crecimiento de 2,5% ocurrió en un contexto donde el precio petrolero fue
superior en 48% a la cotización durante los primeros tres meses de 2010.
Eso debería llamarle la atención, el hecho de que la economía cada vez
responde menos al incremento de los precios del crudo
Señor presidente, espero que desde su lecho de convalecencia tenga la
oportunidad de leer estas cortas líneas, donde trato cinco asuntos de
interés nacional. El primero tiene que ver con las cifras del BCV
relativas a la actividad económica.
El producto interno bruto (PIB) aumentó 2,5% en el segundo trimestre de
2011, sensiblemente inferior al primer trimestre cuando la economía se
expandió 4,8% después de haber pasado por una recesión de dos años. Ese
crecimiento de 2,5% ocurrió en un contexto donde el precio petrolero fue
superior en 48% a la cotización durante los primeros tres meses de 2010.
Eso debería llamarle la atención, el hecho de que la economía cada vez
responde menos al incremento de los precios del crudo. Usted debería
pedirle al gabinete económico que le presente un estudio sobre este
hecho y seguro ello lo hará reflexionar. Por otra parte, con todo y el
crecimiento del semestre, el nivel del PIB todavía esta por debajo en
2,0% del valor alcanzado en 2008, lo que refleja lo débil del
crecimiento de la economía. Sería una tragedia para Venezuela una
disminución de los precios del petróleo. Actualmente, el ingreso por
habitante es inferior en 8,8% al del año 1978, lo que da una idea del
retroceso que el país ha sufrido desde 1983.
En segundo lugar, quisiera llamar la atención acerca de la exacerbada
dependencia de la economía venezolana. Efectivamente al cierre del
primer semestre de 2011, de cada cien dólares exportados, noventa y
cinco provienen del petróleo, en contraste con 1998, cuando esa cifra
era setenta. Es decir, desde el Estado se ha aplicado una política para
favorecer las importaciones y liquidar las exportaciones, al punto de
haber satanizado a los exportadores como contrabandistas.
El resultado es que hoy somos una factoría petrolera y esas
importaciones y el pago de la deuda externa están consumiendo casi todo
el ingreso petrolero. Pero observe este dato: por cada punto que crece
el PIB las importaciones aumentan diez puntos. Exija al equipo económico
del gobierno que le muestre las estimaciones de la elasticidad de las
importaciones al PIB y seguramente ese cálculo le va a llamar la
atención. Todo esto es el resultado de una política que en todas partes
ha fracasado, y si no lo cree pregúntele al presidente Correa que es
economista, y es aquella que pretende bajar la inflación dejando fijo el
tipo de cambio, tal como el ministro Giordani ha sugerido y usted ha
aceptado, al altísimo costo de perder sostenidamente reservas
internacionales.
El tercer punto que trato en esta misiva pública es el de la deuda. A
este ritmo que lleva el endeudamiento, el país, en un futuro no muy
lejano, va a pagar más en el servicio de la deuda de lo que se gasta en
educación y salud, cuadro similar a los nefastos años ochenta y noventa
que tanto mal causó a los venezolanos.
Según el BCV, la deuda externa financiera, es decir, documentada en
títulos, del sector publico, al cierre del primer semestre de 2011 se
cifró en US$ 74.274 millones, frente a US$ 50.584 millones en el
semestre homólogo de 2010, lo que refleja un aumento de 46,6%.
Si a ello se suma la deuda interna y los compromisos con China la deuda
total puede tocar fácilmente la cota de 50% del PIB, si éste se mide
correctamente al tipo de cambio promedio de la economía. No permita que
le presenten cifras que no son. Ahora bien, este endeudamiento, es la
otra cara de los déficit fiscales persistentes que mantiene el gobierno
y esto es muy peligroso y lo es más todavía cuando se ve que la
inversión en lugar de aumentar disminuye y que la producción petrolera
en lugar de incrementarse se contrae. Entonces, ¿para qué se endeuda el
país?
El déficit fiscal se origina no en la insuficiencia de ingresos sino en
un Estado macrocefálico que devora los recursos que toca. Ello hace que
la gestión fiscal sea estructuralmente deficitaria y que el umbral de
precios petroleros que equilibra el presupuesto siga una trayectoria
creciente. Mientras más se invierte en empresas menos gasto se asigna,
proporcionalmente a la salud, educación e infraestructura, hoy
literalmente desecha.
En cuarto lugar quiero referirme a la inflación. De veras, la inflación
no tiene que ver con márgenes de ganancia o especulación porque una cosa
es el nivel de precios y otra diferente la velocidad a la cual aquellos
aumentan. Un país puede tener precios altos e inflación baja, como Japón
por ejemplo. Otros como Venezuela, tiene precios altos e inflación
elevada. Dígale a sus ministros del área económica que le recopilen y
sinteticen todos los estudios económicos sobre la inflación en Venezuela
y va a percatarse del efecto del déficit fiscal, la devaluación, los
ajustes salariales, entre otros.
Ahora la situación de la inflación se ha agravado con la caída de la
producción de alimentos al punto que según el BCV, la producción de
alimentos en el primer trimestre de 2011, es apenas 7,0% mayor que la de
1997. Finalmente, el tema de la educación no puede faltar. La ampliación
de la UNEFA y la creación de la UBV significaron una oportunidad apara
aquellos estudiantes que no encontraban cupo en las universidades
nacionales y no pueden pagar una institución privada. Pero llegó la hora
de revisar la calidad de esas universidades.
Un solo indicador, el 90% de sus profesores son egresado de las tres
principales universidades nacionales, tanto públicas como privadas y no
tienen título de postgrado en universidades de calidad. ¿Qué puede
enseñar un recién egresado que no haya completado estudios de cuarto
nivel? Pero tal vez lo más crítico es la calamitosa situación de la
educación pública media hace imposible que sus egresados puedan ingresar
y proseguir en las mejores universidades. Espero que recupere su salud
lo más pronto posible.
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