Exequíades Chirinos
Jueves, 29 de septiembre de 2011
Hugo Chávez Frías, hombre, ciudadano venezolano y mortal como todos los
hombres está enfermo y el primero en reconocerlo es él mismo, aunque
muchos desconfíen de su padecimiento
Todas las semanas me preguntan: ¿está Chávez enfermo? La interrogante
surge de gente de todos los sectores y colores partidistas, de
venezolanos, de personas humildes hasta académicos connotados quienes,
en voz alta, dudan sobre el estado de salud del Presidente de Venezuela.
Tienen razón en creer que podría tratarse de una comedia y más bien una
tragicomedia, de un monólogo presidencial, porque sus amigos con cáncer
sufren los rigores del tratamiento y ninguno anda diciendo al otro día:
"estoy completamente curado", "derroté al cáncer", "mis órganos están
perfectos" o toda esa retahíla discursiva que se le ocurre expresar al
primer mandatario nacional después que desaparece por varios días para
someterse a la quimioterapia.
Sencillamente los amigos y familiares enfermos de cáncer de esa gente
preguntona por la salud del Presidente sólo atinan a decir - cuando
mucho – "estoy mejorando" o reiteran su confianza en Dios pero hasta ahí
porque dudan de la Ciencia, dado los peligros del cáncer, cualquiera sea
su modalidad.
Hugo Chávez Frías, hombre, ciudadano venezolano y mortal como todos los
hombres está enfermo y el primero en reconocerlo es él mismo, aunque
muchos desconfíen de su padecimiento. Más allá, sin embargo, un hecho
notorio y evidente confirma el cáncer de Chávez: desde que admitió su
tormento cesaron los programas "Aló, Presidente" y cadenas que irrumpían
en la pantalla chica y la radio para darle paso a una larga perorata
satinada con chistes, canciones y saludos a Fidel Castro, Saddam
Hussein, Muamar Gadafi, Evo Morales, ….y otros connotados dictadores o
aprendices de sátrapa.
De la noche a la mañana Chávez enmudeció literalmente porque el
personaje desapareció de la televisión, de la radio y recurrió a los
mensajes de twitter, a las llamadas esporádicas a Vanessa Davis, Ernesto
Villegas o Mario Silva para anunciar la continuidad de sus políticas
centradas en la expropiación y la Misión Maqueta (perdón, Misión Vivienda).
Partiendo de la más sencilla lógica, si a Hugo Chávez le gusta hablar
por los medios de comunicación y sólo una persona en la condición de
enfermo o incapacitado es incapaz de hablar por los mass media, entonces
Hugo Chávez está enfermo. Y punto, porque no está incapacitado vocalmente.
En el transcurso de estos últimos tres meses Chávez ha tenido
escasísimas intervenciones por cadenas de radio y tv, lo cual indica que
la enfermedad persiste y tiene una cualidad tenebrosa: es grave en dos
sentidos, por su propio carácter y porque logró enmudecer al "Comandante
– Presidente".
Su cáncer es complicado y serio – van cuatro quimioterapias – debido a
que Chávez está hablando muy poco cuando es un hombre que gusta y
apasiona el micrófono, la arenga pública y guste o no sabe como
gobernante a unos u otros, es un político que sabe usar los medios y
posee un don de prometer y mentir sin el menos rubor, sin que se le
atore la garganta o le pestañeen las cejas.
Chávez es ciento por ciento un gobernante mediático. Basta comparar
promesas versus concreciones para notar que no concuerdan y, al
contrario, son dos polos opuestos. La proliferación de los niños de la
calle versus su compromiso de recogerlos y atenderlos; o el anuncio (ene
veces) de puente Nigale en el Zulia vs. la existencia de una única y
sola primera piedra.
O las ofertas de mejor salud, empleo y vivienda que contrastan con el
deterioro de hospitales, cierre de empresas y déficit de casas. Son
obras inexistentes en la realidad pero que cada domingo se observan
hermosas y crecientes en el escenario mediático que nos pinta el
gobierno nacional o en los videítos proyectados en el Asamblea Nacional.
La enfermedad tiene bloqueado al presidente Hugo Chávez en cuanto a
seguir ejerciendo el oficio de periodista, de animador de tv o de
locutor de radio que ha venido desempeñado durante 13 largos años a
través de sus largas cadenas y del "Aló, Presidente" dominguero.
La quimio y el cáncer lo tienen contenido de hacer eso que tanto le
gusta, de meterse sin permiso en nuestros hogares a través de la radio y
tv, y es por ello que, sin necesidad de utilizar la misma y triste
receta prescrita por el régimen y aplicada por el extinto Contralor de
la República, Hugo Chávez Frías está inhabilitado y sin derecho de
recurrir a la Corte.
mailto:exequiades@yahoo.com
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