Sadio Garavini di Turno
Miércoles, 28 de septiembre de 2011
Históricamente, no hay ninguna duda que, en el diferendo limítrofe entre
la entonces Guayana Británica y Venezuela, que fue aparentemente
"resuelto" con el Laudo Arbitral de 1899, Venezuela fue despojada
injustamente de aproximadamente 156.890 Km2
En el sistema internacional de la segunda mitad del Siglo XIX, Venezuela
era un país sumamente débil, desgarrado por la guerra civil y la
inestabilidad política y económica, mientras el Imperio Británico, con
la Reina Victoria, alcanzaba el apogeo de su poder mundial.
Históricamente, no hay ninguna duda que, en el diferendo limítrofe entre
la entonces Guayana Británica y Venezuela, que fue aparentemente
"resuelto" con el Laudo Arbitral de 1899, Venezuela fue despojada
injustamente de aproximadamente 156.890 Km2. En el tribunal arbitral
había dos jueces británicos, dos jueces norteamericanos, en
representación de Venezuela y el decisivo juez ruso. "Curiosamente", fue
precisamente en esos años que Rusia y Gran Bretaña llegaron a un acuerdo
para repartirse sus zonas de influencia en Persia. Venezuela considera
el Laudo de 1899 nulo e irrito. En 1962, dada la anunciada inminencia de
la independencia de Guyana, Venezuela reactiva su reclamación sobre el
territorio despojado de la Guayana Esequiba. En 1966, Venezuela, Gran
Bretaña y Guayana Británica, que con la independencia adquirió el nombre
de Guyana, firmaron el Acuerdo de Ginebra, en el cual se afirma que la
controversia debe ser resuelta amistosamente y de forma aceptable para
ambas partes y que hay que buscar soluciones satisfactorias para el
arreglo práctico de la controversia. El Acuerdo tiene el mérito de
reabrir el caso, supuestamente cerrado con el Laudo de 1899. Desde 1966
las negociaciones han resultado infructuosas. Sin embargo, mientras dure
la negociación, Guyana mantiene la posesión del territorio en
reclamación, por tanto el "status quo" es favorable a Guyana, por eso la
diplomacia venezolana mantenía la posición de oponerse a que Guyana
otorgue concesiones y contratos a compañías transnacionales en el
Esequibo. En efecto, la posibilidad de desestimular los proyectos de
inversión foránea en el territorio en reclamación es una de las escasas
herramientas que Venezuela tiene, para deteriorar las ventajas que la
posesión del territorio le concede a Guyana.
Pero en marzo del 2004, el Presidente Chávez declara que Venezuela no se
opone a que Guyana otorgue unilateralmente concesiones y contratos a
compañías multinacionales en el Esequibo, con lo cual acabó con 40 años
de diplomacia venezolana y entregó unilateralmente y, a cambio de nada,
uno de nuestros pocos instrumentos de negociación. Desde entonces,
Guyana tiene una poderosa razón más, para no negociar. Pero, más grave
todavía, en febrero del 2007, Chávez afirmó que la reactivación de la
reclamación venezolana sobre el territorio Esequibo en 1962, fue
producto de la presión de los Estados Unidos, supuestamente interesados
en desestabilizar el gobierno autónomo (pero todavía no independiente)
del Primer Ministro de la entonces Guayana Británica, Cheddi Jagan, lo
cual es una falsedad histórica. Desafortunadamente, estas declaraciones
del Presidente Chávez recogen la posición más extrema del gobierno
guyanés y deslegitima la reclamación misma. Basándose en esa
irresponsable declaración pública, tanto el entonces Canciller guyanés
Rudolph Insanally, como el Embajador en Venezuela Odeen Ishmael,
afirmaron que el Presidente Chávez "debería dar un paso al frente y
retirar el reclamo venezolano".
La Canciller de Guyana, Carolyn Rodrigues Birkett, presentó hace unos
días, una solicitud para extender la plataforma continental, incluyendo
la correspondiente a la Guayana Esequiba, de 200 millas a 350 millas, de
acuerdo a lo estipulado en el artículo 76 de la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Además, la Cancillería
guyanesa, en un comunicado oficial, informa que Guyana, entre 2008 y
2010, ha consultado con los países limítrofes, Barbados, Suriname y
Trinidad Tobago sobre la mencionada solicitud.
Es grave que, al respecto, la Cancillería guyanesa ni siquiera mencione
a Venezuela.
El gobierno de Venezuela debería reafirmar expresa y oficialmente sus
derechos sobre la Guayana Esequiba, de acuerdo a lo estipulado en el
Acuerdo de Ginebra de 1966, en caso contrario nuestro silencio
demostraría aquiescencia con las declaraciones guyanesas y debilitaría
nuestros derechos.
¿Porqué un gobierno que afirma ser el paladín a ultranza de la soberanía
nacional tiene una posición tan "entreguista" en este caso? La primera
razón tiene que ver con la ceguera ideológica marxistoide del Presidente
Chávez, asociada a su "antiyankismo" visceral, que le hace creer en la
falsa tesis de la presión norteamericana en relación a la reactivación
de la reclamación. Octavio Paz decía que "la ceguera biológica impide
ver pero que la ceguera ideológica impide pensar." En Chávez, la
ceguera ideológica le impide pensar correctamente en cuáles son los
intereses permanentes del Estado venezolano. Una segunda explicación se
relaciona con la megalomanía bonapartista de la política exterior del
Comandante-Presidente, que está convencido de que Venezuela es una gran
potencia y que, por tanto, dado que el Caribe es una zona de influencia
venezolana, el país debe estar dispuesto a supeditar algunos de sus
intereses, en aras de lograr el apoyo de los 13 países de la Comunidad
del Caribe (CARICOM).
La reclamación venezolana, para terminar sanamente y no dejar heridas
entre dos pueblos vecinos y amigos, debe ser resuelta a través de la
negociación en el marco del Acuerdo de Ginebra. El gobierno, a este
respecto, debería buscar un gran consenso nacional, a través de la
consulta y el diálogo con los diversos actores nacionales, para negociar
la solución satisfactoria y práctica de la controversia. Los verdaderos
patriotas, oficialistas y opositores, deberían unirse en la defensa de
la soberanía nacional. Una solución que no sea el fruto de una
transparente negociación y que no prevea una compensación para
Venezuela, la parte históricamente agraviada, no será nunca una solución
permanente.
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