La libreta de racionamiento del Siglo XXI
A pesar de contar con las primeras reservas de petróleo del mundo, el
régimen venezolano impone el racionamiento de productos de primera
necesidad. En las tiendas de Caracas, para comprar harina o aceite,
marcan en los brazos, como si de reses se tratara
viernes, marzo 14, 2014 | René Gómez Manzano
Mientras corre la sangre, la economía del país sudamericano continúa su
caída libre. Pese a los altos precios del petróleo, el despilfarro
gubernamental ha provocado el control de divisas, que afecta al capital,
al mismo tiempo que sirve como fuente de fáciles ganancias para los
paniaguados del régimen. Éstos logran ingresos millonarios gracias a las
tasas de cambio preferenciales que disfrutan.
El aparato productivo nacional se ha desplomado a consecuencia de las
medidas anti-empresariales aplicadas por el gobierno bolivariano que,
como una especie de nuevo perro del hortelano, ni produce ni deja
producir. El resultado ineludible de ese desastre ha sido la escasez de
productos, que se ha convertido en un mal endémico en la patria de Bolívar.
La propaganda oficial, personificada en las palabras del ex guagüero
devenido presidente, atribuye la gran carestía a "la guerra económica"
supuestamente desatada por la oposición. "¡Nadie tiene excusas para
andar especulando!", bramó el actual mandamás dirigiéndose a los
comerciantes particulares.
Una vez más, los chavistas, en su intento por resolver el desbarajuste
que ellos mismos han creado con su desgobierno, tratan de aplicar las
recetas que sirvieron a sus mentores de La Habana hace más de medio
siglo. Sólo que hay una importante diferencia: mientras que Castro
controló con rapidez todos los medios masivos de comunicación, en
Venezuela, aunque sometida a un fuerte acoso, subsiste aún una prensa
independiente. Hoy, a ello se suman las modernas redes sociales.
En medio de ese cuadro, Nicolás Maduro y su equipo se enfrentan a uno de
los más espinosos problemas que puede tener ante sí un régimen
dirigista. La piedra de toque ante la que fracasan los más sesudos e
instruidos administradores; el dilema contra el que se estrellan los
planes mejor concebidos: La necesidad de distribuir la miseria.
El régimen culpa a la oposición del desabastecimiento y ha comenzado a
nacionalizar los mercados
En medio de la carestía y al amparo del poder arbitrario, surgen
iniciativas demenciales. Ahora mismo, en las tiendas de Caracas, los
parroquianos, para poder adquirir harina o aceite, son marcados en la
muñeca como si de reses se tratara. Las víctimas de esta humillación
exhiben muy ufanos esos signos de infamia ante los dependientes, con tal
de poder realizar las ansiadas compras.
Mientras tanto, el inefable Maduro anuncia muy orondo lo que, en el
paroxismo del descoco, declara ser "un sistema superior" que, siempre
según él mismo, servirá "para aplastar a los especuladores que se
aprovechan". Tras quince años de chavismo, la dirigencia bolivariana ha
descubierto la cartilla de racionamiento.
Eso sí, el método es harto moderno, pues empleará "una tarjeta bancaria
electrónica", según se ha anunciado. Siempre según el ex guagüero, el
invento, que él calificó como "nuevo sistema", tiene "un conjunto de
componentes" dirigidos a fortalecer "el apoyo de la familia que va a
abastecerse". La guinda del pavo es un sorteo de premios para quienes
participen.
En su permanente huida hacia adelante, los "socialistas del siglo XXI"
se las han arreglado para hundir la economía de Venezuela de manera
constante. No hay que asombrarse —pues— de que cada vez sea mayor el
número de los descontentos con ese sistema incapaz y corrupto. Mientras
tanto, la propaganda oficialista cubana silencia o encubre las lacras
del chavismo.
Recuerdo que lustros atrás, bajo el encabezamiento "A pesar de su
petróleo", el periódico Granma publicaba, en tiempos de la llamada "IV
República", una sección consagrada al país sudamericano. Esto se hacía
bajo presidentes con los que las relaciones se mantenían tensas por
cualquier motivo. Allí se examinaban con lupa los más nimios pecadillos
del gobierno venezolano de turno.
¿No sería correcto y oportuno que los plumíferos castristas renovaran la
publicación de esa sección! ¡No me digan que ahora, en medio del
desbarajuste instaurado tras decenio y medio de chavismo, pese a los
precios altísimos del crudo, no resultaría más oportuna que nunca esa
sección intitulada "A pesar de su petróleo"!
http://www.cubanet.org/opiniones/la-libreta-de-racionamiento-del-siglo-xxi/
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