'Esclavitud moderna' y control absoluto del castrismo en Venezuela,
denuncian colaboradores y ONG
DDC | Caracas | 30 Mar 2014 - 2:24 pm.
Los cubanos manejan las cédulas de identidad y pasaportes, los registros
mercantiles y notarías públicas, codirigen los puertos y tienen
presencia en los puntos de control migratorio.
Médicos, organizaciones y expertos denunciaron la "esclavitud moderna" a
la que son sometidos los colaboradores cubanos en Venezuela y el grado
de penetración del régimen de La Habana en los asuntos de Caracas.
"Los médicos cubanos son enviados por el régimen de La Habana a otros
países en carácter de esclavitud moderna, son sometidos a muchas horas
de trabajo y la paga es prácticamente mísera mientras que la dictadura
cubana recibe miles de dólares por cada profesional", aseguró Julio
César Alfonso, de la ONG Solidaridad sin Fronteras, en un extenso
reportaje publicado por El País.
El diario español cita el caso del doctor Janoi González, que cuando
aterrizó en el aeropuerto internacional Simón Bolívar, de Venezuela, se
sintió como si no hubiera salido de Cuba.
"No había un solo venezolano, la estructura estaba dirigida por
cubanos", afirmó refiriéndose a una parte de la zona bajo control
militar conocida como Rampa 4, de exclusivo uso oficial.
El experto en radiodiagnóstico, natural de Pinar del Río, entró al país
un mediodía de diciembre de 2012 sin que sus documentos fueran revisados
por autoridad venezolana alguna. "No hay chequeo de migración. Unos
funcionarios cubanos te dan unas palabras de bienvenida, vivas a Chávez
y a la revolución, y te ponen un cuño [sello] en el pasaporte". Ese
sello dice: "Válido solo Cuba Venezuela".
Janoi González es uno de los miles de cooperantes enviados por La Habana
a Venezuela y, como muchos de ellos, se vio sometido a unas pésimas
condiciones de trabajo y a una vigilancia aún más estrecha que la que
normalmente sufre en su país natal.
"Se cobraba una basura: 1.200 bolívares [entonces 200 euros, según el
cambio oficial y 50 en el mercado negro]". Carecía de libertad de
movimientos y vivía hacinado. Al principio tuvo que compartir con seis
personas una habitación de 20 metros cuadrados en un motel de Guanare,
la capital agrícola de Venezuela. Luego, en la cercana Acarigua, eran
"17 en cinco habitaciones, con un solo baño", detalla por teléfono desde
Estados Unidos, adonde escapó en 2013.
La ONG estadounidense Solidaridad Sin Fronteras afirma que "desde 2006,
unos 8.000 muchachos han llegado a Estados Unidos, la gran mayoría
vienen desde Venezuela. Solamente entre finales de 2012 y 2013 salieron
de allá unos 3.000 desertores".
Intercambio desigual
En 2010, Venezuela pagó unos 3.950 millones de euros en servicios
profesionales, de acuerdo con un informe del economista Carmelo
Mesa-Lago, profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh, "un
promedio de casi 100.000 euros anuales por profesional, 27 veces el
salario promedio de un médico venezolano". Es decir, 8.225 euros
mensuales por cooperante.
En 2011, Venezuela pagó aún más: 9.745 euros mensuales por cada
cooperante de salud, según se desprende del Acuerdo de Compensación de
Deudas suscrito entre la petrolera estatal PDVSA y el Banco Nacional de
Cuba.
El documento precisó que la factura de la Misión Médica Cubana por los
servicios prestados en el último trimestre de ese año sumó más de 925
millones de euros. Pero solo una ínfima parte llega a los bolsillos de
los trabajadores enviados por el Gobierno cubano.
Según Solidaridad Sin Fronteras, cada médico recibe alrededor de 180
euros mensuales. Un cooperante de una de las misiones en Caracas, que
pide anonimato para evitar represalias, asegura que actualmente el
Gobierno venezolano le da un estipendio de 3.000 bolívares al mes (unos
180 euros en la tasa oficial y unos 26 en el mercado negro) y el
Gobierno cubano le deposita en una cuenta en la isla 225 pesos
convertibles (CUC), equivalentes a 225 dólares (163 euros).
El margen de ganancia para el Gobierno de los Castro en este envío de
trabajadores lo convierte en un negocio redondo y es considerado por
Mesa Lago como un "subsidio encubierto".
En el caso de los técnicos de salud, a quienes Cuba paga al mes 125 CUC
(90 euros), el margen de ganancia es todavía mayor.
Penetración en todos los sectores
El general retirado Antonio Rivero, excolaborador de Chávez, asegura que
actualmente en el país hay más de 100.000 cubanos, entre ellos 3.700
funcionarios de su servicio de inteligencia, el G2. "Nada más en
seguridad y defensa, estimamos que puede haber unas 5.600 personas".
Y afirma que hay cubanos en las bases militares más importantes del
país. "En la Fuerza Armada hay unos 500 militares activos cubanos que
cumplen funciones de asesoría en áreas estratégicas: inteligencia,
armamento, comunicaciones e ingeniería militar. También en el área
operativa y en el despacho del ministro de la Defensa, que cuenta con un
asesor cubano permanente con el grado de general".
Según el oficial, que trabajó como jefe de telecomunicaciones de la
presidencia y fue director nacional de Protección Civil, la presencia de
La Habana se remonta a 1997, cuando 29 agentes cubanos encubiertos se
establecieron en Margarita y en 1998 ayudaron a Chávez en la campaña
electoral en tareas de inteligencia, seguridad e informática.
Los funcionarios que dirigen a los cooperantes en Venezuela son de alto
nivel. El jefe de la Oficina de las Misiones Sociales Cubanas en
Venezuela, Víctor Gaute López, ocupa el lugar 16º en el Comité Central
del Partido Comunista, integrado por 118 miembros. El embajador cubano
en Venezuela, Rogelio Díaz Polanco, es el último de esa lista.
Los cubanos manejan el sistema de identificación de los venezolanos, sus
cédulas de identidad y pasaportes; sus registros mercantiles y notarías
públicas. Saben qué propiedades tienen y qué transacciones hacen.
También codirigen sus puertos y tienen presencia en aeropuertos y puntos
de control migratorio, donde actúan a sus anchas.
La firma cubana Albet, SA, de la Universidad de Ciencias Informáticas
(UCI), que maneja los sistemas del Servicio Administrativo de
Identificación, Migración y Extranjería (SAIME), tiene tanto poder que
no permite el acceso de venezolanos al último piso de la sede central
del servicio en Caracas.
También son cubanos los sistemas informáticos de la presidencia,
ministerios, programas sociales, servicios policiales y de la petrolera
estatal, PDVSA, mediante la empresa mixta Guardián del Alba.
http://www.diariodecuba.com/cuba/1396185869_7887.html
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