Venezuela: los últimos lances del chavismo
[24-03-2014 10:57:25]
Jorge Hernández Fonseca
(www.miscelaneasdecuba.net).- Después de los sucesos recientes en la OEA
donde por votación mayoritaria, primero se acordó hacer secreta una
sesión convocada para el análisis de la deteriorada situación venezolana
y posteriormente se acordó no darle la palabra a la diputada opositora
venezolana María Corina Machado, ha quedado cada vez más clara ante la
comunidad internacional la línea beligerante del gobierno venezolano
(Venezuela insistía que la violencia era de los manifestantes) a pesar
de los sucesivos llamados al diálogo de la UNASUR y la comunidad
latinoamericana.
Hay algo que llama la atención. Después del acuerdo en el seno de la
UNASUR para enviar a Venezuela una "delegación de paz" con vistas a
intermediar un diálogo entre las partes en pugna, ha habido un cambio
cualitativo de las relaciones entre los detentores del poder dentro del
gobierno venezolano; es precisamente en ese punto en el que debemos
detenernos. En apariencias, hay una disputa entre la oposición y el
gobierno. Son conocidas sin embargo ciertas discrepancias de estrategia
dentro de la oposición en esta fase de la lucha callejera, pero no había
sido hasta ahora que afloraran diferencias serias en el seno del gobierno.
Como se sabe, el gobierno de Venezuela tiene tres polos de poder
claramente identificables: el poder que concentra Diosdado Cabello,
presidente del Parlamento unicameral venezolano, resentido además por no
haber sido designado por Chávez como su sustituto al frente del
gobierno; el poder de Nicolás Maduro, presidente "a dedo", pero sin el
más mínimo carisma ni arraigo popular; y el poder de los cubanos
(critican al "imperialismo norteamericano", pero una vez que dominan
otro país, "imperan" como reyes, como ya lo hicieron antes en Granada).
Es sabido que Maduro es "el hombre de la Habana", que obedece ciegamente
las órdenes de los "procónsules" cubanos en Caracas, mientras Cabello
vendría siendo el caudillo "revolucionario" y nacionalista (participante
del grupo golpista de Chávez) que sin dejar de querer "construir el
socialismo del siglo XXI" en su país, detesta a Maduro y en consecuencia
tendría algunas discrepancias circunstanciales con la Habana, sus
órdenes y "procónsules".
En paralelo con la crisis venezolana, hay una gestión del ex presidente
brasileño Lula da Silva ante los hermanos Castro, para apoyarlos frente
a EUA en una transición a la economía de mercado primero, y a la
"democracia socialista" después, en un sistema bastante parecido al
chavista, que controlaría los tres poderes del estado y por eso podría
hacer hasta elecciones.
Lula da Silva ahora "entró en campo" en Venezuela con una reciente carta
a Maduro, donde le pedía "un diálogo con los 'demócratas' venezolanos"
(en el texto de la carta Lula llama demócratas a una buena parte de la
oposición venezolana) hasta el momento llamada "fascista" por la
propaganda gubernamental venezolana. Maduro habló muy elogiosamente de
la carta de Lula (por primera vez Maduro se expresaba de manera
diferente sobre la crisis, a como lo venía haciendo). Además, el
resultado de la reunión de Cancilleres de UNASUR corroboró tal línea.
En ese momento sin embargo, es que se comienzan a descarrilar los
esfuerzos creíbles de una reunión entre venezolanos chavistas y
opositores, para tratar la problemática que ha instalado la crisis en el
país. ¿Quién, entre los tres factores identificables del poder
venezolano gubernamental estaría interesado en dinamitar el camino
recomendado por Lula y UNASUR? ¿Maduro, Cabello o Cuba? Veamos: Sí
Maduro --como creemos-- es el hombre de Cuba en Venezuela, muy
probablemente las acciones del presidente venezolano durante la crisis
han estado en fase con las órdenes de los procónsules cubanos en
Caracas. En ese caso, si Lula da Silva convenció a la Habana para
encaminar una solución con EUA (como prometió) de los problemas de la
sucesión raulista dentro de Cuba, también es muy probable que Cuba haya
recomendado a Maduro una tregua, siguiendo las recomendaciones de Lula y
UNASUR.
Además, aceptar conversaciones entre el gobierno y la oposición
venezolana intermediada por UNASUR, daría una sobrevida al gobierno de
Maduro para reponerse de la debacle actual, garantizando adicionalmente
los intereses de la Habana en Caracas, incluyendo el subsidio petrolero,
que le permitirían una posición más sólida y coherente a Cuba en las
negociaciones que se avecinan con la UE y EUA, donde no estaría
totalmente a merced de ambas potencias.
Si el razonamiento anterior fuera correcto, es Diosdado Cabello el
interesado en sabotear los esfuerzos de pacificación. El razonamiento de
UNASUR es de indudable beneficio para la sobrevida de Nicolás Maduro al
frente del gobierno venezolano. Una reunión abierta y sincera con la
oposición lo sometería a un revés momentáneo, pero le garantizaría una
sobrevida a corto y medio plazo aunque se viera obligado a abrir campos
cerrados para la economía hoy y ceder parte de su poder casi absoluto,
pero garantizaría su mandato y así, la ayuda a Cuba.
Cabello sin embargo ve esa solución con los ojos de quien se alejaría
cada vez más del poder. Eso ha implicado la maniobra dentro de su
espacio de poder en el gobierno para mandar a detener alcaldes,
juzgarlos en procesos sumarios, tirar la inmunidad parlamentaria de
María Corina Machado y comenzar a jugar un papel cada vez más destacado
en los medios masivos de comunicación venezolanos, cosa que antes no
había acontecido. Como que el poder de Cabello se centra en el estamento
militar, podríamos estar muy cerca de "un golpe" (que externamente
podría parecer un autogolpe, pero que realmente sería un golpe contra
Maduro) para Cabello sustituir a Maduro, por estar "la patria" en
peligro de ser tomada por el "fascismo".
Este escenario, analizado seguramente de manera amplia y extensa por
Cabello y sus hombres --donde la ambición de poder nublaría el
entendimiento de razones obvias-- cuenta sin embargo con algunos
elementos a su favor que probablemente Cabello y su grupo han
magnificado. Primero, Cabello es un ex militar y cuenta dentro de los
cuerpos armados con un arraigo que lo haría proclive a comandar un golpe
con razonables posibilidades de éxito, que ni Maduro ni la propia Cuba
podrían hacer de forma exitosa. En segundo lugar, Cabello podría manejar
el rechazo a las imposiciones desde la Habana (como la imposición del
propio Maduro) entre los militares, para ganar adeptos adicionales
incentivando en nacionalismo bolivariano.
Una posibilidad --aparentemente el plan en curso-- es sabotear los
caminos de entendimiento entre Maduro y la oposición, creando una crisis
de ingobernabilidad de Maduro a corto y medio plazo en la dirección
máxima del país, de manera a forzar un "consenso" dentro el chavismo (y
los militares) de la incapacidad de este continuar en la presidencia, en
cuyo caso, por orden constitucional, sería el presidente del Parlamento
venezolano (Diosdado Cabello) quien tomaría las riendas de la
presidencia de la República con menos rechazos nacionales e internacionales.
A los hermanos Castro en realidad podemos acusarlos de cualquier "cosa
malintencionada", pero nunca de tontos. Claro que deben estar
preparando, junto con Maduro, una respuesta a la altura de los
acontecimientos, lo que torna la situación venezolana cada vez más
compleja y difícil de mantener. Si ya la lucha del pueblo venezolano
contra el gobierno post Chávez está resultando cada vez más difícil para
Cuba, para Maduro y sus paramilitares, ahora, con las conspiraciones de
Cabello la hacen muy peligrosa y prácticamente insustentable a corto plazo.
A todo lo anterior debemos agregar el peligro real de una decisión de
EUA (humillado de manera terminante por Venezuela y el castro-chavismo
en el seno de la OEA) de entrar de lleno en el conflicto de su principal
abastecedor de petróleo –decisión estratégica si se analiza el contexto
de lo ocurrido en Crimea por otra superpotencia aliada de Venezuela-- y
que se tornaría necesaria en el caso de que la lucha interna por el
poder llegara al terreno militar. Según ha dicho el Secretario de
Estado, John Kerry, EUA podría enarbolar la Carta Interamericana, a la
que también hizo referencia María Corina Machado después de su desaire
en la la OEA, para ser aplicada en Venezuela como una posible solución
del conflicto interno.
A estas alturas debe haber entrado en campo algún enviado de los cubanos
a negociar con Cabello, de manera a garantizar la adecuación de sus
intereses a la necesidad de la manutención del poder en manos
"socialistas", con algún plan que implique mayor participación de
Cabello en el comando del país (cosa difícil, de no ser él presidente).
Como que ya la presente situación se ha tornado insustentable por la
lucha no sólo contra la oposición, sino dentro del chavismo (la
escaramuza de la OEA no puede repetirse) y con la UNASUR llegando al
país para intermediar, hay tres escenarios posibles: Cabello cede y se
resigna a la insignificancia; la ambición de poder de Cabello decide el
triunfo opositor; o el conflicto interno llega a las armas y EUA se ve
"obligado" a intervenir militarmente.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/533001853a682e1b90acb8c8#.UzAP0vldUx4
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