El fascismo que crece

El fascismo que crece, editorial 313
JUEVES, 27 DE FEBRERO DE 2014 14:42 ESCRITO POR PRIMAVERA DIGITAL

El crimen sin nombre del holocausto con que el nazismo enlodó en su
momento al mundo, palidece en comparación con los crímenes del también
rebasado socialismo real. Los seis millones de judíos sacrificados por
los nazis o los siete millones de ucranianos sacrificados por los
comunistas rusos, marcaron la pauta de lo que no se repetirá.

La curva totalitaria vuelve sobre sus fueros y estamos en la fase
inicial del fascismo renovado que crece. Este fascismo totalitario se
basa en la ausencia de libertades básicas, derechos fundamentales,
ausencia de sindicatos libres y un control absoluto de la sociedad a
partir de la actuación de policías especializadas del corte de la
Gestapo nazi y el NKVD de tiempos de Stalin.

La militarización que Nicolás Maduro lleva adelante en la sociedad
venezolana quizás sea el paso previo al control absoluto de la sociedad
venezolana. Eso es algo que tendremos oportunidad de ver en su momento.
Por lo pronto, el fascismo crece en el mundo y específicamente en
América Latina.

El fascismo ascendente en la actualidad tiene entre sus especificidades
las reelecciones y los cambios constitucionales que posibiliten el
empoderamiento y el enquistamiento de élites inamovibles en las
estructuras de poder.

Del destino de Venezuela, cuya juventud disputa a los fascistas las
calles, dependerá el destino del resto de América Latina. Los grandes
problemas y disparates en el terreno económico a que la torpeza de
Nicolás Maduro y la 'asesoría' castrista que lo inspira han llevado a
Venezuela, quizás traigan aparejados otros problemas –felizmente
insolubles- a la economía mundial y al equilibrio de las importaciones y
exportaciones petroleras.

Frente al fascismo en ciernes que crece, una respuesta popular impensada
en Cuba luego de tantas décadas de control social absoluto, toma cuerpo
y sustancia en Venezuela. Esperemos que no se le permita a los fascistas
castro-chavistas completar el ciclo que consolide los amarres
totalitarios completados en Cuba.

Apoyemos a la oposición democrática venezolana. Es el momento de exigir
la liberación incondicional de Leopoldo López, de solidarizarnos con
María Corina Machado y con cada uno de los resistentes democráticos en
las calles venezolanas.

Ni Lavrenti Beria ni Henrich Himmler lograron salvar al estalinismo y al
nazismo. No lo hicieron en aquella Rusia de sombras ni en la Alemania de
capotes pardos de entonces. Tampoco lo logrará su contrapartida
verdeolivo en funciones para Cuba y quizás hasta para Venezuela.

Esperemos que la falta de liderazgo que se resiente en el mundo libre,
no allane el camino al fascismo emergente.

Por variar la fábula bíblica, para nosotros habrá más de diez justos y
quizás algunas que otras estatuas de sal.

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