Tuesday, May 15, 2012

Socialismo y totalitarismo

Socialismo y totalitarismo
SAUL GODOY GÓMEZ | EL UNIVERSAL
martes 15 de mayo de 2012 03:13 PM

Dada la experiencia del socialismo en el mundo ¿podemos establecer una
relación directa entre socialismo y totalitarismo?, ¿debemos pensar que
dentro de la ideología socialista está el germen del totalitarismo? En
nombre del socialismo se han cometido demasiados crímenes para dejar
pasar la pregunta por alto, y menos ahora que hay socialista llamados
demócratas que tratan de hacerse pasar por una cepa benigna de esa
enfermedad mental.

Uno de mis gentiles lectores, en un artículo pasado sobre el socialismo,
me pedía hiciera diferencias entre los distintos tipos de socialismo,
señalándome las bondades de los nuevos socialismos europeos en
contraposición al socialismo del siglo XXI que propugna Chávez. Le
respondí- y esto debió parecerle pueril- que esos socialismos "a la
europea" no son socialismos, son capitalismos mixtos, en ellos se
respeta los principios del libre mercado y la competitividad, la
propiedad privada y la iniciativa individual, pero el Estado "socializa"
la manera de gastar los ingresos producto de los impuestos, es decir
aplican los principios de una justicia redistributiva al gasto público y
al presupuesto nacional.

Todo esos países exitosos y "socialistas" se distinguen por medios de
producción capitalistas y un Estado benefactor grande e ineficiente,
conforman un nuevo capitalismo de esos que llaman "humanista", que por
cierto, se encuentran dentro de las causas de la crisis europea.

El hecho de que hayan sido los partidos socialistas los encargados de
aplicar esta fórmula cuando toman el Gobierno, hace que la denominación
del sistema sea socialista, aunque en realidad no lo sea. Pero volviendo
a nuestro tema, coincido con Edgar Morín cuando dice: "el proyecto
socialista nacido para desarrollar la democracia y generar derechos para
los desposeídos de la sociedad, se convirtió en pretexto ideológico de
brutales dictaduras totalitarias que negaban los derechos de las gentes
y establecieron relaciones de dominación en todos los ámbitos de la vida
social". La Rusia estalinista, la China de Mao, el nazismo en Alemania,
el régimen de Pol Pot en Cambodia, la Cuba de Fidel, el Partido
Socialista Serbio de Milosevic, el socialismo del siglo XXI de Chávez
son solo ejemplos de esta extraña... ¿coincidencia? ¿Anomalías
históricas?, lo cierto es que, no son los trabajadores quienes imponen
el socialismo, sino las Fuerzas Armadas.

Tengo la sospecha que detrás de las buenas intenciones postuladas por el
socialismo, se esconde, como inevitable resultado de un falso humanismo,
el rostro terrible de proyectos de dominación y asimilación totales de
la sociedad. Veamos algunos argumentos: es un punto de honor para los
socialistas que la estatización y la planificación forma parte esencial
del credo socialista, y como resultado de esto, se deriva una
burocratización exacerbada, un gigantismo del Estado que da paso a un
aparato controlador de la sociedad, Jean-Francois Revel alega: "ya no es
posible continuar justificando la supresión de la libertad apelando a
los imperativos de una disciplina de la producción, precisamente donde
impera la corrupción y la falta de productividad".

Los socialistas creen en la revolución como principio para los cambios
necesarios de la sociedad, para la construcción de un nuevo orden, y
asumen como necesarios que surjan en el proceso, situaciones
cuestionables desde el punto de vista moral, de derecho y de vida,
producto de la destrucción del viejo orden para la instauración del
nuevo, con tal de alcanzar sus fines. Las revoluciones que fracasan en
crear justicia, eficacia en la gestión, en distribuir el poder y la
cultura y en otorgarle más libertad a los individuos, tal y como ha
fracasado la revolución bolivariana, no merece llamarse revolución.

Se aprovechan de la burocracia estatal, de los miembros del partido
único y de una base clientelar para iniciar procesos de movilización
social, incluso la creación de nuevas elites, como premio a la
dedicación y lealtad al ideario socialista, creando a su vez un
"apartheid" con los opositores ideológicos, es decir, la división de la
sociedad y la persecución del oponente se hacen necesarios.

El socialismo busca la jerarquización de las organizaciones sociales
tales como sindicatos, gremios, cooperativas, organizaciones
comunitarias dentro del aparato de gobierno y como agentes del cambio
social, instrumentándolas como instituciones de dominación y control
social, convirtiendo a sus integrantes en funcionarios públicos y
dependientes de la nomina estatal.

El socialismo pretende que el principio de propiedad gire en torno al
colectivo y al Estado, desplazando a los individuos en su derecho de ser
dueños de recursos, sobre todo de la tierra. El socialismo se establece
como una necesidad histórica. Es común encontrar la prédica de la
solidaridad, los principios morales cristianos y el bien común dentro de
un Estado donde la corrupción, la acumulación de capitales de dudoso
origen y los vicios más exacerbados es la práctica cotidiana por parte
de altos funcionarios que, hipócritamente, les exigen a los ciudadanos
el sacrificio por lo demás.

Basta con hacer un "reality check" de estas observaciones para
comprender que el socialismo es el puente necesario para el
totalitarismo. A estas alturas de la historia, es difícil creer en
socialistas inocentes, y creo, que es una irresponsabilidad de la
izquierda tratar de minimizar esta propensión y suprimir toda crítica a
este respecto.

percival367@yahoo.com

http://www.eluniversal.com/opinion/120515/socialismo-y-totalitarismo

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