Tuesday, May 8, 2012

Las 7 categorías chavistas

Las 7 categorías chavistas
Andrés Simón Moreno Arreche
Martes, 8 de mayo de 2012

Así como se considera al Socialismo del Siglo XXI un concepto
inextricable, hay otro concepto robo-lucionario que sí está claro,
entendido y aceptado por propios y extraños. Esa conceptualización es el
Chavismo.

El Chavismo, como cualquier 'ismo' asociado a un liderazgo personal
significa, para la Real Academia de la Lengua Española, una doctrina que
se desprende del ejemplo, un sistema o método para implantar el régimen
de una idea o conjunto de estas, un modo de actuación apegado a las
maneras y cualidades del líder cuyo talante reproduce el colectivo como
condición para pertenecer a ese ismo, e incluso se reconoce como partido
político pero en su acepción bárbara: Partido para obtener provechos
personales, ventajas, beneficios y lucro.

Como doctrina que se desprende del ejemplo un buen chavista debe ser,
ante cualquier circunstancia y situación, un falsario capacitado para
esconder su castro-comunismo desde el inicio de cualquier relación. Ese
sofismo le es útil para falsificar la realidad y la historia, para
engañar con imposturas, para simular una presunta convicción
revolucionaria mientras disimuladamente exagera los eventos con
artificiosos argumentos y prepara el golpe artero a todo aquello que le
oponga argumentos en contra.

Como sistema o método para implantar un régimen, el chavista debe estar
preparado para dividir y romper con todo aquello que obture la
instauración del régimen. Para dividir a un país en dos bandos
antagónicos (patriotas y escuálidos... chavistas y majunches...)
apelando a los más bajos instintos sociales: el apartheid, el racismo, y
las clasificaciones. Para romper con las tradiciones y la cultura, al
aceptar al líder máximo como alfa y omega de la historia.

Como un modo de actuación apegado a las maneras y cualidades del líder,
el buen chavista debe poseer un verbo incendiario, sin medida ni recato;
debe agredir en vez de dialogar; tiene que utilizar los giros verbales
del líder aun cuando estos sean un galimatías incomprensible, y además
de todo lo anterior, debe estar convenientemente entrenado para
desdecirse (de lo mismo que se desdiga su líder), para derramar profusas
lágrimas falsas. Y para ejecutar con excelencia estos modos, deberá
portar siempre y en todo momento, una camisa roja, un librito de la
Constitución, un rosario con crucifijo, el CD de la Lista Tascón y una
banderita de Venezuela con el escudo del 'caballito volteao' y las 8
estrellas.

Aún con esta doctrina, sistema y modos en correcta ejecución, no es
posible comprender al chavismo sí no se conocen sus 7 categorías. Son 7
clases, cada una con sus propias condiciones y cualidades de chavistas
que determinan sutiles aunque profundas distinciones y los agrupan en
siete géneros, cada uno de ellos con similares calañas, pelajes y
castas, como suele suceder en las jaurías salvajes.

1.- Los chavistas que no saben.

Integran una facción numerosa y constituyen la base electoral de Chávez,
una base tan importante como los millones de votantes fantasmas que
tiene el líder oculto en los intersticios virtuales de la inextricable e
inauditable data del Registro Electoral Permanente del ministerio para
las elecciones, que es en lo que se ha convertido el Poder Moral en este
ex-país a través de las felonías y obsecuencias de los mal llamados
Rectores de su Consejo Nacional Electoral. Esta categoría de chavistas
'no saben' ni eso ni nada. Ni siquiera saben que son chavistas aun
cuando pertenecen a la categoría. Se trata de ex- ciudadanos que dejaron
de serlo al subsumirse voluntariamente al oprobioso canje de las
limosnas misioneras. Ex-ciudadanos avenidos en habitantes de un
territorio arrasado por el castro comunismo y en el que el Estado,
omnipotente y tetra millonario, reparte migajas que los de esta
categoría de chavista 'no saben' que son eso, migajas, pero que las
aceptan por aquel decir castizo que retrata su profunda mediocridad:
"Algo es algo, porque peor es nada"

2.- Los chavistas que no quieren saber.

Este clúster de chavistas está todavía muy alejado del epicentro donde
se bate el chocolate espeso y recaliente de los grandes negociados con
el poder, pero están un paso más cerca del líder y del proceso que los
de la categoría anterior. Son los llamados chavistas de a pie que poco a
poco caen en cuenta de las atrocidades y del latrocinio que se produce
dentro del proceso mesmo, pero cierran ojos y oídos (la boca también)
como aquellos tres monitos y en silencio se dicen a sí mismos: "Esto es
mentira... Chávez no sabe nada... Esto no está ocurriendo".

En estos chavistas que no quieren saber se observan los mayores índices
de agresividad contra los ciudadanos. Un ejemplo de esta categoría de
chavistas la encontramos en los inicios del chavismo ( Los 'círculos
bolivarianos') y más recientemente en 'colectivos' armados y violentos,
como el 'Colectivo La Piedrita' del Comandante Valentín, que hace vida
política y militar en la Parroquia 23 de Enero de Caracas. (Hay otros
colectivos más violentos y peligrosos, como el Fuerzas Revolucionarias
Bolivarianas, pero este es el más popular).

Es en este segmento donde también está la mayor fuente de votantes que
se pliegan al abstencionismo, pues aun cuando una gran cantidad de estos
miembros alcanzan altas cotas de decepción con el proceso
robo-lucionario, siguen fieles a Chávez, es decir siguen siendo
chavistas 'que no quieren saber' de elecciones, bien por decepción, bien
por desconfianza en que el CNE (el mismo del Poder Moral) a última hora
le 'robe' votos a 'micomandantepresidentemesmo'. Es increíble que
piensen así, pero sí existen... Son los que no quieren saber de votos
pero siguen creyendo en Chávez.

3.- Los chavistas que odian saber.

Los chavistas que odian saber están literalmente 'adentro' aunque
convenientemente próximos a la periferia; Son aquellos que no piden nada
específico a Chávez; tan solo que los ponga 'donde-hay' pero no muy
lejos de las puertas de escape. Ellos provienen del 'saber' que
obtuvieron en los centros de enseñanza y Universidades antes de que
Chávez insurgiera con su golpe fallido al Gobierno constitucional y
democrático de Venezuela, allá en el lejanísimo pero muy próximo 1992.
Este segmento lo integran profesionales universitarios, técnicos y
empresarios de distinto cuño y valencia política que acompañaron a
Chávez desde su re-inicio público por la vía democrática, mismos
personajes que se han lucrado a más no poder con las facilidades y el
pragmatismo que encontraron en el proceso robo-lucionario. Odian saber,
pero saben que ese odio es el precio ético a pagar por los favores
recibidos. Usted puede identificarlos fácilmente cuando les ve, de hace
unos meses a estas fechas, de aquí para allá buscando cómo zafarse de
las ligazones económicas, financieras y personales con todo aquello que
los ate al régimen y sus burócratas. Son muy fácil de identificar porque
se les ve cazando testaferros en las elegantes barras de los no menos
elegantes restaurantes de Venezuela. Lo más reciente que odian saber
está relacionado con la salud y los pronósticos de vida del
'coma-andante'. Odian eso tanto como el saber que muchos saben que
ellos, elegantísimos chavistas de cuello blanco, odian saber lo que
saben pero ¡Como les da provecho!

4.- Los chavistas que sufren por no saber

A diferencia del primer clúster (los chavistas que no saben que son
chavistas), estos sí lo saben. Lo aceptan. Es más, saben que saben pero
no saben por qué ni para qué, entonces sufren los rigores que impone la
ignorancia del pragmatismo chavista. Es como una relación
amor-sufrimiento. Una relación masoquista que necesita de un sádico para
que los flagele inmisericordemente. Con interminables cadenas de
televisión y radio. Un enfermo que los someta a la participación
obligada en giras, caminatas, concentraciones humanas, aun a costa de
sus trabajos y de su salud. Son los chavistas que sufren por no saber
cuándo les darán su casa asignada y malviven en la letrina de un
campamento, a la espera de una dádiva de Chávez. Sufren por no saber sí
habrá energía eléctrica en el campamento de refugiados. Sufren por no
saber sí aquel soldado que les vigila de día es o no es el mismo que
vestido de civil, les viola de noche a sus hijas. Sufren por no saber sí
micomandantepresidentemesmo está o no enfermo de cáncer, pues en la
vorágine de su ignorancia, instigada y acrecentada por las campañas de
desinformación que urden los pillines del G2, han llegado a aceptar que
el cáncer de Chávez es zodiacal y que sí muere de cáncer no importa:
Como Jesús, también Chávez resucitará al tercer día. Y por no saber nada
de nada, son los chavistas que más sufren.

5.- Los chavistas que aparentan que saben:

En esta categoría de chavistas se manifiestan dos subgrupos: Los que
desde adentro del chavismo aparentan que saben parcialmente qué sucede,
pero sucede que lo saben todo y están conscientes de lo que pasa, y aún
así aparentan que saben poco o casi nada, y los que no liban las mieles
del proceso, los chavistas que por variadas razones y circunstancias
están del 'lao-de-afuera' pero que algo saben (mucho o poco) y que se
consideran afectos a Chávez. Como aquellos otros, aparentan que saben
aunque desconocen lo que sucede en sus detalles. Ambos grupos hacen de
la apariencia del saber una fórmula para captar incautos, hacer
'negociados' y servir de 'enlace' entre los regentes titulares del poder
chavista y los que desean 'bañarse en ese charquito' pero no encuentran
la oportunidad ni el contacto. Cada uno de estos subgrupos tiene una
razón de ser y de existir dentro de un Chavismo entendido como
estructura de poder. Cada uno cumple una función específica en el
aparataje persuasivo de la desinformación y fungen de guías para el
tránsito de lisonjas y coimas dentro de los recovecos burocráticos para
que los de afuera puedan acceder al contacto y los jerarcas de las
diferentes vertientes del chavismo l negociado de licencias, favores y
prebendas, exquisitamente rociadas con escocés de 18 años con las que se
riegan sólidas y convenientes transacciones bancarias electrónicas.

6.- Los chavistas que triunfan sin saber:

A este grupo pertenecen los 'enchufados', y como el anterior, también se
divide en dos subgrupos: Los burócratas venezolanos de comprobada y
ratificada fidelidad perruna a Chávez, que rotan groseramente de
Ministerio en Ministerio, sin saber ni conocer de qué se trata ni para
qué existe esa cartera ministerial, y los burócratas cubanos, de
ratificada y perruna fidelidad a Fidel, que están colocados ahí, donde
Fidel los necesita para 'marcar' muy de cerca a Chávez y sus burócratas,
y que como aquellos triunfan sin saber; nomás por el simple acto físico
de salir de Cuba, para encontrarse acá como pequeños capos di tutti
capi, viviendo el sueño de todo cubano castrista que se precie de tal, y
que no es otro sueño que el de mandar a otro sin saber de 'ná ni ná'
¡Cosa más grande, hermano!

El primer subgrupo (los burócratas venezolanos de comprobada y
ratificada fidelidad perruna a Chávez,) es un club exclusivo, casi una
cofradía sacramental, pero notoria, muy notoria. Casi cualquier
habitante en Venezuela conoce sus nombres porque son los mismos que se
manosean, de aquí para allá, como Ministros, Directores Generales,
Presidentes de Institutos autónomos, Gobernadores, Alcaldes, Diputados,
otra vez Ministro, nombres que se repiten porque han completado 'la
ronda' de cargos unas tres veces cada uno. También se les conoce sus
rostros, aunque con el tiempo (y la buena comida, y los trajes, y las
joyas) se hayan modificado con implantes, liftings, ceras, colágenos,
ampollas, peluquines y dos decenas más de artilugios y potingues.
También se les conocen sus gustos y hasta sus más íntimas debilidades.
No son más de 50 chavistas privilegiados pero todos, sin excepción
alguna, triunfan sin saber que esos triunfos serán, tarde o temprano el
más pesado fardo con el que cargarán el día que enfrenten a la verdadera
señora ciega de la balanza justa.

7.­ Los chavistas que viven gracias a que los demás no saben:

Más que una categoría, vivir gracias a que los demás no saben es una
condición esencial para cualquier chavista; sin embargo, como clúster se
trata de una categoría supremamente elitista. Un petit comité de
notabilísimos integrantes, entre los que se encuentra -encabezándolo- el
mismísimo teniente coronel. Ellos comprendieron, desde el fallido y
sangriento golpe al Estado de 1992, que para tomar el poder era y sigue
siendo imprescindible que los demás no sepamos, ni sus planes ni sus
objetivos. Esa y no otra es la razón para que hayan desarrollado una
mitología política falsaria y estrambótica (el árbol de las tres
raíces... El delirio del teniente coronel en su Chimborazo carcelario),
una mitología pretendidamente fantástica y única en la que han combinado
en una mescolanza rimbombante, a Simón Bolívar con Marx y Jesús... A
Ezequiel Zamora con Simón Rodríguez... A la 'Tercera Vía' de Blair con
el bolivarianismo avenido en Socialismo del Siglo XXI... Y todos esos
ingredientes incompatibles entre sí, fueron sazonados con el más rancio
populismo y el fuego atizado con inimaginadas cantidades de
petrodólares, y ofrecieron ese brebaje a sus conciudadanos votantes como
sopa macabra cocida en el oscuro caldero de la ignorancia colectiva.

Ahora ya sabes, estimado lector, que el chavismo SÍ existe y solo te
resta ubicar a los chavistas que conozcas en cualquiera de estas siete
categorías. Pero ten presente que de acuerdo a la experiencia, más de un
chavista puede ser ubicado en más de una categoría, lo cual hará más
amena e interesante tu pesquisa, una indagación que también te puede
conducir a la sorprendente 8ª categoría: Los conchupantes, también
conocidos como 'demo-chavistas'. Se trata de oposicionistas ultrosos (de
la boca para afuera) y algunos militares que medran en el amniótico gel
de los que se oponen a Chávez pero sin convicción.

Son aquellos que se disfrazan de demócratas, pero que le hacen el juego
al totalitarismo, proponiendo como solución las mismas misiones
castro-chavistas. Son quienes te invitan a votar sin las debidas
garantías del secreto de tu voto... ¡A votar! gritan, sin mediar una
auditoría confiable de la data del CNE... ¡Al 7 de Octubre!, incitan...
pero lo hacen prometiendo las mismas ofertas engañosas y populistas
'Esteban' en sus buenos tiempos. Como sí se tratara del Octavo Infierno
de Dante, esta categoría también está full... ¡Y ya tú sabes quiénes son!

andresmorenoarreche@gmail.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/8194054.asp

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