Sunday, April 8, 2012

Chávez y la tiranía lumpenproletaria

Chávez y la tiranía lumpenproletaria
Thays Peñalver
Domingo, 8 de abril de 2012

Daré pues mi explicación de la izquierda, desde la izquierda, diciendo
que me da un poco de cosa, cuando algunos, de forma simplista sostienen
que la idea del "Socialismo del Siglo XXI" no es otra que la del
"Comunismo del siglo XX". Y es que el proyecto chavista es un insulto al
comunismo.

Un joven lector me pregunta si pienso que vamos o estamos en el
comunismo. Aprovecho las vacaciones de Semana Santa para responder
pensando en los arqueólogos que estudiarán las ruinas que dejará el
chavismo. Veamos, en este país hay 200 mil revolucionarios marxistas que
votan por acto de fe, al único partido que los representa (el PCV) pero
de pronto aparecieron 7 millones de nuevos revolucionarios
"comprometidos", esto ya nos podría dar una idea del tufillo
lumpenproletario del proyecto. Por eso es por lo que es muy difícil
encontrar a un chavista que lejos del insulto o la descalificación
vacía, se atreva a debatir sobre el tema.

Daré pues mi explicación de la izquierda, desde la izquierda, diciendo
que me da un poco de cosa, cuando algunos, de forma simplista sostienen
que la idea del "Socialismo del Siglo XXI" no es otra que la del
"Comunismo del siglo XX". Y es que el proyecto chavista es un insulto al
comunismo. Crecí rodeada de verdaderos revolucionarios de la talla de un
Gustavo Machado en un hogar demócrata, y pude darme el lujo de aprender
de primera mano el significado de muchas ideas desde diferentes puntos
de vista. En una de las tantas discusiones que se llevaron en casa,
surgió la crítica sobre como Acción Democrática pretendía sostener el
Lumpenproletariado creado por las clases burguesas del siglo XIX, con la
misma intención de sostenerse en el poder que estas.

Lo más importante fue ver a líderes democráticos de una talla increíble,
que a diferencia del chavismo, asentían sobre tamaña verdad. Ninguno se
sintió insultado o abrumado, sino más bien preocupados ante esa
inminente realidad. El adeco Lumpenproletario fue creado entonces a
imagen y semejanza de los anteriores y profundizado aún más en la medida
que competían con los copeyanos.

¿Qué quería decir Machado con aquello? Lo mismo que sospechan muchos
venezolanos. Una de las quejas más recurrentes sobre los 40 años de
democracia fue aquel presagio de Machado. Sembrar la mala costumbre de
mantener a la gente con regalitos, comida, organizarlos en comunas
improductivas, colchones y misiones para que pueda gobernar el de turno.
El más crítico de ese modelito fue Marx, quien definió muy bien la
creación de la "sociedad de beneficencia" para sostener a los reyes y a
los tiranos, una "subclase social" llena de "gente arruinada",
"desempleada", "funcionariado público", "licenciados de tropa" y un
montón de aprovechados y vagos", "con equívocos medios de vida y de
equívoca procedencia", "la cual se beneficiaba a costa de la nación
proletaria" (K. Marx dixit).

¿Qué querían decir Marx y Machado? Que aumentar la nómina pública para
dar cabida a burócratas que solo piensan en cestatickets, aumentar las
nóminas empresariales gubernamentales para dar cabida a gentes
improductivas, crear círculos o comunas no productivas, concertar
sociedades de beneficencia para repartir los dineros públicos en dádivas
sin contraprestación productiva, eran el principal medio
"contrarrevolucionario" y más odiado que el capitalismo. Y si a ver
vamos, Lenin y Mao fueron los más críticos al respecto, porque más
lumpenproletarios cayeron en los campos de concentración y de trabajo
forzado, que enemigos de la revolución.

En palabras sencillas, Marx y Machado sostenían que en la revolución
todo lo que se alejara de la producción y la conformación de un
proletariado productivo debe ser atacado con mayor ferocidad que el
capitalismo en sí. Tarde entendieron los adecos la prédica de Machado y
comenzaron a cambiar el modelo que, como a Napoleón, le costó nada menos
que su extinción.

Pero de pronto llegó el desconcierto a lomos de una tanqueta, abrumada
por aquellos cambios, e institucionalizó ya sin tapujos que el
lumpenproletariado es nada menos que el modelo del "nuevo socialismo del
siglo XXI" y claro ya no quedan machados ni nadie con quien discutir,
porque ellos no leyeron jamás el Capital de Marx.

Desde la teoría política ¿Vamos o estamos en el comunismo? No, la
transición al comunismo es la dictadura del proletariado, donde se
invierte el 70% de los recursos en la industrialización y el proyecto
bolivariano, es un inmenso despelote, financiado por el boom petrolero y
las importaciones, cuyo único norte es sostenerse en el poder
indefinidamente, apoyado en una tiranía lumpenproletaria.

@thayspenalver

tpenalver@me.com


http://www.analitica.com/va/politica/opinion/8550674.asp

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