26 de julio de 2011 • 04:41 PM
La deuda de Petróleos de Venezuela (PDVSA) con sus proveedores subió un
55 por ciento el año pasado, situación que entorpece sus esfuerzos para
acelerar la producción ante la resistencia de algunas firmas a seguir
prestando servicios si no se saldan los pasivos acumulados.
PDVSA, el motor financiero del proyecto socialista del presidente Hugo
Chávez, reportó el martes que las cuentas a pagar a proveedores
crecieron a 10.902 millones de dólares.
Sin embargo, el presidente de la petrolera estatal, Rafael Ramírez,
aseguró a periodistas que la situación "ha mejorado" en lo que va del
año, sin dar detalles.
Venezuela, el país con las mayores reservas mundiales de crudo, lucha
por revertir el estancamiento de su bombeo mientras la petrolera estatal
lidia con crecientes pasivos, que se triplicaron desde el 2006, en medio
de crecientes aportes al Gobierno para financiar planes sociales.
"Tenemos flexibilidad para ajustarnos a la situación del entorno. Lo que
nunca hemos afectado es el aporte fiscal y no lo vamos a hacer porque
antes que nuestro plan de inversión está nuestro compromiso con el fisco
y con el Estado", dijo Ramírez a periodistas tras la conferencia de prensa.
PDVSA confirmó que sus ingresos ascendieron a 94.929 millones de dólares
en el 2010, con una ganancia neta de 3.164 millones de dólares y que su
deuda financiera totalizó casi 25.000 millones de dólares.
Mientras el aporte fiscal y social de PDVSA al Gobierno subió
notoriamente en el 2010, el alza de los precios del crudo no fue
suficiente para reimpulsar las inversiones y las ganancias de la
empresa, que continúa su política de endeudamiento.
Tras emitir casi 8.000 millones de dólares este año y acordar créditos
por miles de millones adicionales, Ramírez dijo que PDVSA firmará en
breve con Pekín un nuevo financiamiento por 4.000 millones de dólares
para proyectos conjuntos en la Faja .
También aseguró que no ve problemas para financiar su participación en
la refinería de Pernambuco, con la petrolera brasileña Petrobras, donde
espera avances en el corto plazo.
CONFIANZA EN LA FAJA
El Gobierno ha apostado al desarrollo de los ingentes depósitos de crudo
pesado de la Faja del Orinoco, donde impulsa ambiciosos proyectos con
socias como la estadounidense Chevron, la española Repsol, la italiana
Eni y la rusa Rosneft.
Caracas espera que estos proyectos agreguen 2,1 millones de bpd a la
producción y atraigan inversiones por unos 80.000 millones de dólares,
pero para tener los primeros barriles a tiempo, PDVSA declaró este mes a
la Faja en emergencia para acelerar la contratacion de bienes y servicios.
"Son 145.900 bpd (de producción extra) para este año", dijo Ramírez, con
lo que la extracción total de la Faja superaría el millón de bpd en
diciembre .
La extracción local bajó el año pasado a 2,97 millones de barriles por
día (bpd) desde los 3,01 millones de bpd del 2009, mientras que el costo
de producción cayó a 5,5 dólares por barril desde los 6,33 dólares, dice
el reporte de resultados.
En tanto, las exportaciones de crudo y derivados cayeron un 10 por
ciento, a 2,41 millones de bpd en el 2010.
Las autoridades venezolanas llevan años publicando cifras de producción
mayores a las calculadas por organismos internacionales, quienes afirman
que PDVSA nunca se recuperó totalmente del feroz paro que sacudió al
país en 2002-2003.
Para levantar el estancado bombeo, la estatal dijo que acometerá un plan
extraordinario de inversiones por 142.300 millones de dólares entre 2011
y 2015, tras desembolsar 13.307 millones de dólares en 2010.
PDVSA también reflejó en su reporte una provisión de 1.458 millones de
dólares para eventuales pagos por arbitrajes y litigios, luego de que
las masivas estatizaciones ordenadas por Chávez generaran una oleada de
demandas internacionales a partir de 2007, entre ellas de Exxon Mobil y
ConocoPhillips.
"Esperamos pronto uno de los laudos. Siempre que sea un monto razonable,
estamos dispuestos a llegar a un acuerdo con Exxon, con Conoco, con
quien sea", dijo Ramírez, quien en marzo aseguró a Reuters que esperan
pagar menos de 2.500 millones de dólares a ambas empresas.
(Por Marianna Párraga, editado por Enrique Andrés Pretel/Juan Lagorio)
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