"Clínicas quebrarán en 6 meses si se aplican precios oficiales"
"No nos negamos a los controles. Solo pedimos normas ajustadas a la
realidad inflacionaria del país" (...) "Casi 35% de los venezolanos
tienen acceso a las clínicas. Esto dice que somos parte de la solución",
destaca el Director Ejecutivo de la Asociación de Clínicas y Hospitales.
JAVIER MORENO SUCRE , PEDRO DEL MEDICO , DIRECTOR DE LA ASOCIACIÓN DE
CLÍNICAS. | EL UNIVERSAL
domingo 24 de julio de 2011 12:00 AM
Las cartas están echadas. Por un lado, el Ejecutivo nacional está
convencido que para afianzar el Socialismo del Siglo XXI, debe regular
los cobros de las clínicas privadas y unificar parámetros de costos. Por
el otro, los operadores de los servicios médicos consideran la medida
como la estocada final y la agonía del sector privado, alternativa real
de atención hospitalaria, ante un sistema público en muy malas condiciones.
La realidad es que para mañana lunes los recintos privados "deberían"
ejecutar el tabulador de costos desarrollados por el Ejecutivo nacional
(propuesta que no contó con la participación de clínicas) en todos los
establecimientos, so pena de ser multados, y en muchos de los casos,
cerrados.
Pedro del Medico, representante de la Asociación Venezolana de Clínicas
y Hospitales, está convencido de que el baremo (tabla de cálculos) de
precios es necesario; siempre y cuando sean consultadas todas las partes
del problema: Gobierno, clínicas, médicos, aseguradoras, gremios y
distribuidores de insumos hospitalarios.
-¿Es necesaria la ejecución forzada del tabulador?
-Lo del baremo no es nuevo, en muchos países es común. El inconveniente
es que esa tabla debe partir de una negociación, no a la fuerza. Sí
logramos un acuerdo de las partes bajo una categorización de las
clínicas, es necesario. Una consulta en una clínica que ofrece
emergencias hasta terapia intensiva de última generación, no puede
costar igual en una que apenas tenga dos cubículos. Las clínicas no
están negando el control, pero queremos un control que involucre a todos.
-¿Pero el Ejecutivo alega que especulan a mansalva?.
-Se debe partir de la premisa que la salud en el mundo entero es cara.
En lo público se gasta más, pero los ciudadanos no conocen esas cifras,
el mismo Gobierno gasta y gasta millones y no se ven los resultados. En
el campo privado un aire acondicionado no puede durar dañado ni un
minuto, se actualizan los equipos tecnológicos, se paga personal
especializado 24 horas, se pagan impuestos, se importan insumos con el
dólar a 4,3 Bs., se rompe una cama clínica que cuesta 20 mil dólares y
se debe reponer al minuto. Al día de hoy, 35% de los venezolanos tienen
acceso a los centros privados, lo que te dice claramente que en vez de
verse como un factor desequilibrante, las clínicas suplen las fallas del
sector público.
-¿Los ciudadanos perciben que un día en una clínica cuesta 'un ojo de la
cara'?
-Eso es una percepción errada en la sociedad. Lo que pasa es que en las
clínicas decimos cuanto es el precio de determinado servicio, y en lo
público se gasta y nadie sabe el valor. Si alguién necesita operarse en
el privado, se ingresa, se opera y en tres días está recuperado en su
casa y de vuelta a trabajar. En un hospital tiene que esperar un mes por
el quirófano, siete días en recuperación y después más reposo. A ese
punto se debe llegar, que el conflicto es de todos, y las clínicas son
parte de la solución.
-¿Cómo se puede llegar a un consenso de fiscalización?
-Si el sistema público funcionara a la perfección, el tema de la
fiscalización jamás se discutiría. Por ejemplo, el Rey de España y sus
familiares se atienden en los recintos públicos de ese país, no tienen
la necesidad de asistir a una clínica, porque no hay la menor queja en
los servicios. Igual pasa con los británicos y los canadienses, que
muchos nunca en años han pisado un centro privado. Sería muy bueno
preguntarle a la ministra de Salud, Eugenia Sader, cuánto dinero se
consumen los hospitales del presupuesto nacional. Se quedarían
sorprendidos los venezolanos con el monto asignado, y por supuesto con
los resultados. Nadie mejor que la ministra Sader conoce lo costoso que
es la medicina en la actualidad.
-¿Y con tantas trabas, es rentable financieramente operar un centro privado?
-Con toda certeza, entre 6 y 10% es la rentabilidad de las clínicas más
grandes del país. Lo que indica que de cada 100 Bs. máximo 10 bolívares
pudieran calificarse de ganancia, con el margen de precios actual. Si se
ejecuta el baremo, en máximo seis meses las más fuertes van a la quiebra
y serían insostenibles para los inversionistas.
-¿De aprobarse el tabulador desde el lunes 25, cuál es el panorama?.
-En la Asociación de Clínicas estamos abiertos a la ejecución de los
controles. Los estándares son necesarios, pero ajustados a la realidad.
Sin dejar por fuera que en enero el perfil cambiario era a 2,6,
bolívares por dólar y hoy en día es a 4,3. Y no queremos pensar en el
fallecimiento de la práctica privada, más bien, sería muy positivo que
recibiéramos al menos una llamada del Gobierno nacional para instalar
una mesa de trabajo. Únicamente la Superintendencia de Seguros está
trabajando mancomunadamente con las clínicas, las otras instituciones
involucradas en el sector sencillamente brillan por su ausencia.
-¿Y si el lunes le bajan las santamarías?
-En este proceso debe prevalecer el diálogo ante cualquier pretensión de
negar el derecho a la salud. Así como el Estado está facultado para
fiscalizar; los privados están en la obligación de garantizar el derecho
a la salud. Es una responsabilidad compartida. Siempre el que sale
perdiendo es el paciente, porque si la clínica no genera dividendos, no
se pueden reponer equipos, ni se cuenta con personal actualizado en la
atención del enfermo, además dejaría 200 mil puestos de trabajo directos
sin un futuro definido.
-¿Tienen pensado acudir a los tribunales competentes?.
-Eso está totalmente descartado. La función del Estado es fiscalizar el
ejercicio de la medicina, a eso no nos negamos, y esa es la función que
expresan las leyes. Tal como nos faculta a nosotros preservar el derecho
a la salud de todos. Solo exigimos que se instalen los controles, pero
mediante una mesa ampliada de negociación, no a la ligera, ni con cifras
de la inflación del 2009.
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