Carlos Armando Figueredo
Lunes, 19 de septiembre de 2011
Pregona el presidente que la "Corte no vale nada, es un cero a la
izquierda". Debe tener cuidado cuando su gobierno tiene muchos ceros a
la izquierda. En la escala de notas sobre gestión en seguridad, a lo
sumo 0,5; en las notas de institucionalidad y administración de
justicia, a lo sumo 0,01
La prensa del domingo 18 de septiembre de 2011 reproduce declaraciones
de Hugo Chávez durante la visita de su hijo putativo, Evo Morales, al
Palacio de Miraflores, justo antes de partir para La Habana, con objeto
de someterse a una cuarta sesión de quimioterapia —ojalá tenga buen efecto.
Como otra prueba más de su pensamiento y expresión pendular, dijo en
primer lugar que no le correspondía comentar la decisión de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el caso de Leopoldo
López pero, de seguidas añadió que, según él, la instancia hemisférica
no posee ningún valor para su Gobierno. Expresó igualmente que la Corte
IDH formaba parte de las instituciones que sirven y obedecen al imperio.
Analicemos esas declaraciones. Cuando dijo que no lo correspondía
comentar la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, tal
vez estaba pensando que no tenía conocimientos suficientes del organismo
interamericano de garantía y protección de los derechos humanos ni de
sus sentencias —tal vez no había estado allí para explicarle su
mandatario, el procurador Carlos Escarrá, el gran jurista del régimen,
el Justiniano de la quinta república. Pero, como reiterado orador de
plaza pública, no pudo medir sus palabras y reiteró, cual ave canora,
que la Corte Interamericana de Derechos Humanos era parte de las
instituciones que sirven y obedecen al imperio. Otra de sus mentiras que
a pesar de repetirse mil veces nunca se van a convertir en verdades —ni
que lo afirme el maestro Goebbels. ¿Acaso no se sabe que los Estados
Unidos no están representados en la Corte de San José? ¿Acaso no se sabe
que los Estados Unidos no han ratificado la Convención Americana?
Debería saber el comandante que a pesar de esa falta de ratificación,
los Estados Unidos han sido objeto de numerosas denuncias ante la
Comisión, no por violación de la Convención Americana que no han
ratificado, sino por violación de la Declaración Americana de los
Derechos del Hombre, que sí ratificaron. Los Estados Unidos si tuvieron
un ciudadano suyo como Presidente de la Corte Interamericana, el Juez
Thomas Buergenthal, ese gran defensor de los derechos humanos que nunca
representó los intereses de los Estados Unidos.
Fue tajante al declarar: "Debemos seguir pariendo nuestra nueva
institucionalidad -reflexionó Chávez- Unasur debe tener una Corte de
Derechos Humanos, como debe tener una Corte Electoral, un Consejo de
Defensa y el Banco del Sur". ¿Se imaginan ustedes una Corte de Derechos
Humanos integrada por jueces provenientes de Cuba, Nicaragua, Bolivia,
Ecuador e pequeños Estados del Caribe? Sería electos como los jueces del
Tribunal Supremo de Venezuela, bajo órdenes del jefe supremo. ¿Se
imaginan una Corte Electoral como la que propone encargada de asegurar
la elección de los candidatos del Alba? ¿Se imaginan ustedes un Banco
del Sur administrado por quienes han fracasado en la administración de
los bancos del Estado? ¿Se imaginan ustedes un Consejo de Defensa
integrado por comandantes de milicias del pueblo?
Chávez recordó que su gobierno aún espera el pronunciamiento de "esa
triste Corte con relación al Golpe de Estado del año 2002". ¡!Qué
ignorancia! No se ha llevado ese caso al conocimiento de la Corte. Tal
vez quiso referirse a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a
la que acusa de haber reconocido al gobierno de Pedro Carmona, cosa que
es absolutamente falsa. Lo que sí hizo la Comisión, en abril de 2002 fue
emitir una medida cautelar ante el arresto ilegal de un funcionario del
gobierno de Chávez.
Pregona el presidente que la "Corte no vale nada, es un cero a la
izquierda". Debe tener cuidado cuando su gobierno tiene muchos ceros a
la izquierda. En la escala de notas sobre gestión en seguridad, a lo
sumo 0,5; en las notas de institucionalidad y administración de
justicia, a lo sumo 0,01.
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