Juan Carlos Zapata
Jueves, 22 de septiembre de 2011
Elías Jaua encarna lo radical, Diosdado Cabello, lo militar y Rafael
Ramírez, los recursos y el dinero. El poder distribuido. El
equilibrio, ante tanta discordia, se supone lo encarna la familia
Chávez. A la cabeza, Adán, el hermano mayor
Entre los altos cargos del Estado, cunde una preocupación. ¿Quién podrá
ayudarnos? O lo que es lo mismo: ¿Con quién estás tú camarada? Esos
funcionarios se enteran de que el Presidente ha terminado la cuarta
sesión de quimioterapia y repiten con Chávez: ojala y no sea necesaria
otra más.
Es que la duda está al rojo. Al rojo vivo. Y el cargo. El puesto. La
jerarquía, preocupa. Son esos altos cargos los encargados de confirmar
que hay tres tendencias internas en el chavismo disputándose el poder. Y
claman, que los nudos no se desaten pues corren más peligro en medio de
una l ucha interna que inclusive en un futuro gobierno de la oposición.
Elías Jaua encarna lo radical. Diosdado Cabello, lo militar.
Y Rafael Ramírez, los recursos y el dinero. El poder distribuido. El
equilibrio, ante tanta discordia, se supone lo encarna la familia
Chávez. A la cabeza, Adán, el hermano mayor. ¿Hacia dónde se inclinará
Adán? Las semanas que vienen. Los meses que vienen, lucen decisivos. Eso
lo saben los jerarcas, y los altos funcionaros.
De allí que cada vez hablen más. Y en cada frase se les note la
preocupación.
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