Julio Boges
Martes, 20 de septiembre de 2011
Durante más de 12 años este Gobierno se ha llenado la boca diciendo que
es "obrerista" pero la realidad que viven todos los días los empleados
del sector público es que tienen el peor patrono del país
En primer lugar recordemos la promesa electoral de 1998 de revertir la
reforma de la Ley Orgánica del Trabajo. Hoy, luego de más de 12 años de
Gobierno, ese tema ha quedado en el olvido, y año tras año escuchamos la
cantaleta de una nueva reforma laboral que nunca termina de discutirse y
mucho menos concretarse
Cuando se instaló la primera Asamblea Nacional en el 2000, la promesas
era reformar todo el Sistema de Seguridad Social que había sido de los
mayores fracasos de Gobiernos anteriores. Casi 11 años después, los
venezolanos seguimos sin Seguridad Social digna, y el único logro que
reconoce la población es lo referente al pago de las pensiones de los
jubilados.
En cuanto a las contrataciones colectivas y a la relación con los
sindicatos, el Gobierno tiene entre 3 y 5 años sin firmar contratos
colectivos que están vencidos desde 2003. Pareciera que el jefe del
Estado sólo espera que los trabajadores sincatos le obedezcan y le
aplaudan cuando los obligan a asistir a eventos y marchas uniformados de
rojo rojito de pies a cabeza.
Tomando el Índice de Remuneraciones de los asalariados del Sector
Público que reporta el Banco Central de Venezuela en el 2010 se registro
un aumento de apenas un 10% mientras la inflación casi llego a 30%.
Por último, tenemos la inmensa deuda pendiente de los pasivos laborales
de todos los trabajadores públicos que se estima pudiera ubicarse entre
unos 15 a 20 mil millones de dólares y que el Gobierno sigue dándole
largas sin buscarle una salida, mientras que en Nicaragua los
trabajadores reciben un aumento de 23 a 34 dólares mensuales de un "bono
salarial", gracias a fondos que reciben desde Venezuela.
Justicia para los Trabajadores
Estamos convencidos que hay un camino mejor, donde existan oportunidades
de progreso para todos por igual. Por eso, le hacemos una propuesta muy
concreta al Presidente como señal que si le preocupan sus trabajadores.
Que destine parte de los ingresos extraordinarios por los altos precios
del petróleo que ya superan los 110 dólares por barril para pagar los
pasivos laborales del sector público. Es cuestión de justicia, no siga
con la regaladera y el despilfarro y atienda a los trabajadores
venezolanos que merecen respeto y mejorar su calidad de vida.
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