La destrucción de Venezuela
RAFAEL DÍAZ CASANOVA | EL UNIVERSAL
viernes 11 de octubre de 2013 12:00 AM
Nuestro país está sometido a un proceso inaceptable. En diciembre de
1998 se sucedieron las elecciones más tristes de su historia. Ante un
terrible desconcierto de los partidos que funcionaban en el país, se
eligió como presidente de la nación a un militar que seis años antes
había atentado contra la democracia que tenía cuarenta y cuatro años de
fluido desempeño en Venezuela.
Ni Acción Democrática, ni Copei, ni los otros partidos que concurrían en
la política nacional supieron interpretar y mucho menos escoger a los
hombres que como candidatos, podían despertar el interés de los
ciudadanos y mucho menos sus votos.
Fidel Castro desde los años sesenta le tenía ganas a Venezuela
(recordemos el "Porteñazo" 2-6-62), con el fin de ponerle la mano al
petróleo de los venezolanos para que nuestra riqueza se transformara en
la hucha de los cubanos.
Para ello, desde 1990 y con el patronazgo del Partido de los
Trabajadores de Brasil y con la dirección de Luis Inacio Lula da Silva,
se constituyó el Foro de Sao Paulo que se puso como objetivo la
comunización de Latinoamérica.
Este foro tuvo y tiene la asesoría de organizaciones comunistas
españolas. Entendemos que un señor de apellido Monedero es el enlace
fundamental, el cordón umbilical entre la Madre Patria y el Foro de Sao
Paulo y en consecuencia con Venezuela.
Debemos recordar que en 1995, Fidel Castro le brindó un recibimiento
apoteósico al militar golpista luego de que recibió un amañado indulto
de parte de Rafael Caldera. La Universidad de La Habana fungió como
escenario y consagración de aquella adopción.
Apenas no juró su nombramiento a un asustado Congreso, el militar
comenzó a pulsear la situación nacional. Cambió los símbolos patrios,
cambió el nombre del país. Llevó adelante una Asamblea Constituyente que
a todas luces contrariaba lo dispuesto en la precedente, pero tuvo la
aquiescencia de una Corte Suprema de Justicia que ni era suprema ni era
de justicia y lo de corte le quedaba grande. Sus sucesores son peores.
Solo habían pasado dos años más cuando una huelga sui géneris fue
aprovechada para culpar y despedir a veinte mil trabajadores de la
empresa insignia de la nación y con un pitico se consagró no solo el
despido sino el robo de sus prestaciones y el despilfarro de veinte mil
ciudadanos venezolanos que representaban trescientos mil años de
experiencia, educación integral y muchísimas carreras profesionales y
técnicas que fueron pagadas con dineros de los venezolanos. Hoy, la gran
mayoría de esos profesionales y técnicos despedidos, trabajan en muchos
países que le compiten a Venezuela sus capacidades como productor y
exportador de petróleo.
A pesar de que en 2007 el Gobierno resultó derrotado en unas elecciones
que fueron "coprocalificadas" por el aspirante a dictador; pocos meses,
quizás semanas transcurrieron cuando se hizo aprobar leyes habilitantes
que le permitieron adelantar y consagrar, con un manto de dudosa o
incierta legalidad, las propuestas derrotadas en la elección popular.
Ahorrando espacio vamos a saltar hasta nuestros días, cuando mediante
una designación hereditaria y violaciones continuadas a la constitución,
han llevado de manera cuestionada a un civil que fue designado por Fidel
Castro y su hermano Raúl, a imagen y semejanza de lo que le conviene a Cuba.
No podemos dejar de recordar que con el transcurso de los años se le
cargaron los hombros de Pdvsa con responsabilidades ajenas a su objeto y
de paso se le convirtió en fuente de los mayores ejemplos de corrupción.
Ahora, mientras desapareció el militar golpista y un régimen absurdo
cuenta con la desgraciada complicidad de todos los poderes públicos,
después de diseñar un sistema amañado para lograr una mayoría en la
asamblea legislativa pese a obtener votos minoritarios, se preparan para
asaltar la legalidad y aprobar para el heredero, una Ley Habilitante
cuyo objetivo teórico no tendrá nada que ver con los resultados.
La ciudadanía se asombra ante una espera de los cinco años que le quedan
al régimen que nos destruye. Tiene que utilizar todos los mecanismos que
dentro de las provisiones constitucionales están permitidas y aceptadas.
Tenemos que luchar por la Libertad, la Justicia y la Paz en Venezuela
con los instrumentos y las vías que la Constitución nos otorga.
rafael862@yahoo.com
@rafael862
http://www.eluniversal.com/opinion/131011/la-destruccion-de-venezuela
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