ENTREVISTA JULIO BORGES, COORDINADOR NACIONAL DE PRIMERO JUSTICIA
"El país no puede soportar más meses con Maduro en el poder"
"Venezuela es un volcán en proceso de erupción ante el cual apostamos
por una salida democrática" "Venezuela no puede, ni debe, ni tiene que
esperar cinco años para que haya un cambio"
ROBERTO GIUSTI | EL UNIVERSAL
lunes 14 de octubre de 2013 12:00 AM
Las diferencias que existen en la oposición venezolana, a veces
ideológicas y más frecuentemente estratégicas, no están impidiendo la
existencia de una coincidencia total en torno a un punto crucial: el
desalojo pronto, por parte de Nicolás Maduro, del Palacio de Miraflores.
Más aún, también hay unanimidad, en el método constitucional, para
lograrlo. Julio Borges no sólo lo confirma sino que también aduce
razones para fundamentar la posición: "Si no salimos democráticamente de
Maduro este gobierno va a significar, y ya está ocurriendo, el caos y la
destrucción del país.
-Detrás del debate sobre la ley Habilitante, ¿no está planteada,
entonces, la suspensión de las elecciones, aun cuando la presidenta del
CNE lo negara?
-No creo que nosotros podamos plantearnos, discutir o asomar la
posibilidad de la suspensión de las elecciones. Debemos, más bien,
presionar para que se cumpla el cronograma. Como dice el refrán, "ni
tigres ni culebras se invocan en el monte". El 8 de diciembre habrá unas
elecciones que debemos ganar, sí o sí.
-¿No te llama la atención que durante un discurso de casi tres horas
Maduro no se haya referido, de ninguna forma, a las elecciones?
-Quizás quienes le escribieron el discurso, Pérez Arcay y (Jorge)
Giordani, no se pasearon por el tema. Lo que sí está claro es que el
Gobierno tiene interés en que estas elecciones se asuman como un mero
trámite y no se caliente el país, tal y como suele ocurrir con este tipo
de eventos. Pero una de las cosas que he recogido en mis viajes al
interior es que el país espera el 8 de diciembre como un día en el cual
podrá evaluar el país que quiere versus el país que muestra Maduro. Ese
será el gran dilema del votante, por encima de la intención
gubernamental de obviar una fecha tan importante como esa.
-Pareciera evidente que el objetivo de la ley Habilitante va más allá
del propósito declarado. Si eso es así, ¿cuál es el fin que se persigue
con la provisión de más y mayores poderes a la figura presidencial, si
consideramos que en sus intervenciones Maduro le ha pedido al país se
prepare sicológicamente para lo que, con reminiscencias maoístas él
denomina "el gran salto"?
-Maduro es un hombre atrapado por la tutela de La Habana, desde donde se
quiere dominar a Venezuela como si esta fuera la Cuba de los años 60 o
70. Ellos piensan que tratando de tapar y modificar la realidad, a
través del miedo, podrán someternos. Se equivocan. El país está
absolutamente volcado hacia la libertad y no permitirá que le apliquen
más controles, como la nueva oficina creada para censurar las
informaciones, la reacción absurda de Maduro ante un titular del 2001 o
los intentos por cooptar o comprar medios de comunicación. Esa manera
que tiene Maduro de enfrentar la peor crisis vivida por el país en su
historia reciente es la peor y la más equivocada. Por eso está condenado
al fracaso y se le va revertir. Tendría que convocar al país entero,
plantear una apertura política, económica y democrática, pero el
secuestro cubano se lo impide.
-¿Cuáles serían las consecuencias de mantenerse en sus trece?
-Todas las medidas tomadas hasta ahora están dirigidas a cavar su propia
tumba. La esperanza de la aplicación de políticas sanas, encarnadas en
Nelson Merentes, se ha ido borrando en la medida en que un personaje tan
Trucutú como Giordani vuelve a ser el protagonista. Lo mismo ocurre con
Rafael Ramírez, cuestionado éticamente y arquitecto de todos los regalos
al exterior, que pasa a ser unos de los capitanes de la economía.
-¿Cuáles son las implicaciones de esa rectificación?
-Más controles, más burocracia, más estatismo y parálisis económica.
Pereciera que el gobierno está dando todos los pasos para enfrentar, de
la peor manera, la crisis planteada y eso lo pone en una cuenta
regresiva muy peligrosa.
-¿Lo pone en situación de reprimir y de cerrar los espacios democráticos
que aún sobreviven?
-Totalmente. Esas historias se han repetido en América Latina y Europa
Oriental. La buena noticia es que todas fracasan y ésta también va a
fracasar. Y aunque va ser un proceso duro el que le viene a Venezuela en
los próximos tiempos, estos son los coletazos finales de un régimen y un
sistema en total decadencia. Lo que nos toca es tener mucha resistencia
y vencer el principal enemigo de las sociedad: el miedo.
-Hay dos factores que, parece, van a converger el 8 de diciembre. Unos
resultados electorales que deben serle adversos al gobierno y la
radicalización del proceso, tal y como los has descrito. ¿Cómo se puede
superar una situación que, concatenando estos dos hechos, sugiere el
estallido de un conflicto?
-Venezuela, hoy por hoy, es un volcán que está en proceso de erupción y
la apuesta nuestra consiste en una salida sensata y democrática. Cuando
Maduro fue a la Asamblea el pasado martes y nos tocó saludarlo le dije,
al darle la mano: "Nicolás, nosotros apostamos a una salida sensata a la
crisis". El me respondió: "Yo también". Y se fue rápidamente. ¿Por qué
te lo cuento? Porque debemos lograr una victoria clara en términos de
tener, bajo el gobierno de la unidad democrática, a la mayoría de los
venezolanos, a la mayoría de las capitales de estado y, lo más
importante, a la mayoría del voto popular.
-¿No distorsiona eso el fin primario de las elecciones?
-La gente sabe que esta no es sólo una elección de alcaldes y
concejales, sino que se pronunciará por el país que quiere, que sueña,
versus el que Maduro nos quiere imponer: un país radical, paralizado,
decadente.
-Suponiendo que la oposición logre un resultado que le permita proclamar
la victoria, ¿qué viene después, si no se trata de un simple relevo de
concejales y alcaldes?
-Te lo puedo describir como una película: nos despertamos el 9 de
diciembre y los resultados indican que ganamos en voto popular, tenemos
la mayoría de las capitales de estado y el 70% de los venezolanos
gobernados por la Unidad Democrática. Inmediatamente, como un proceso
que se desarrolla automáticamente, Maduro quedaría como un paria, como
un leproso, anulado como cabeza de este proceso y se desataría en el
gobierno la guerra para determinar quién es el verdadero heredero porque
éste botó el capital político de su padre.
-Eso en cuanto al oficialismo, pero, ¿qué haría la Unidad Democrática?
-Con la fuerza de la victoria, la legitimidad y la demostración de que
somos mayoría, tendríamos el peso político para frenar la locura
radical, tocar cualquiera de las puertas constitucionales y continuar
así saliendo, democráticamente, de la crisis.
-¿Cuáles son esas puertas?
-Son varias y estarían por discutirse. Desde las más intensas, como una
Constituyente, hasta otras como una enmienda para adelantar las
elecciones parlamentarias.
-Para algunos dirigentes la crisis es tan grave que la salida debe ser
inmediata.
-Yo le diría a quienes están desesperados por salir del Gobierno ya, que
su mejor ticket para adelantar el proceso es votar el 8 de diciembre.
Eso es lo que nos revestiría de la fuerza necesaria para adelantar
cualquier salida constitucional.
-Ganar las municipales no implica que la Unidad Democrática tenga tanto
poder como para incidir en el chavismo, al punto de llevarlo a
cualquiera de esas salidas.
-La historia de Venezuela está marcada por lo municipal. El 19 de abril
nació de una rebelión de los municipios. La independencia de Argentina
también. La caída del Muro de Berlín comenzó con unas elecciones
municipales y la gente salió a la calle. Las elecciones municipales
lucen tan micro que la gente olvida cómo pueden cambiarle la vida.
Incluso, a veces, en mayor medida que las elecciones nacionales.
-¿Existe un criterio unificado en cuanto a la estrategia pos 8 de
diciembre, considerando que hablas de varias puertas?
-En nombre de al toda la Unidad puedo decir estamos de acuerdo en que
Venezuela no debe, no puede, ni tiene que esperar cinco años para que
haya un cambio. El país no puede aguantar más tiempo (meses) con Maduro
en el poder. La diferencia está en que apostamos a una salida
constitucional y democrática. ¿Cuál ruta elegiremos? Debemos acordarnos.
Hay diferentes opciones y todas son válidas y respetables. Trabajamos
para no equivocarnos y lograr el objetivo: un cambio intenso, radical y
democrático.
http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/131014/el-pais-no-puede-soportar-mas-meses-con-maduro-en-el-poder
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