Saturday, October 19, 2013

Cómo conseguimos 1 kilo de leche en Venezuela

Cómo conseguimos 1 kilo de leche en Venezuela
octubre 18, 2013
Yordanka Caridad


Conseguir productos básicos como la leche en Venezuleza es una verdadera
dolor de cabeza.

HAVANA TIMES — A estas alturas ya deja de tener importancia de quien es
la culpa primera, la culpa segunda y las terceras culpas.

O sea, a estas alturas poco importa si el primer culpable es el gobierno
con su política económica (incluyendo los funcionarios que desvían
toneladas de comida hacia Colombia de manera ilegal), o de algunos
comerciantes que esconden ciertos productos para luego ofrecerlos al
triple del precio establecido, o los "bachaqueros" que se dedican a
esperar a que saquen a la venta la leche o la harina – por ejemplo –
para comprar la mayor cantidad posible y luego venderla (al triple de su
precio) en el mercado informal.

Ya nada de esto tiene tanta importancia cuando de encontrar harina,
leche y papel sanitario se trata.

La harina pan, por supuesto, no la uso como el resto de los venezolanos,
el papel sanitario mucho menos, y la leche – sobre todo la leche en
polvo – ya tanta gente en el mundo desconfía de sus "beneficios" que
bien podría ir desapareciendo poco a poco de la dieta diaria; pero
todavía muchas personas la utilizamos, y la mayoría para sus hijos.

Yo diría, bueno, en Cuba la pasamos sin ella y no hemos muerto…..pero no
estamos en Cuba…

El asunto es que, hoy por hoy, conseguir un poco de leche puede resultar
una odisea en cualquier parte de Venezuela. He viajado en los últimos
meses por varios estados y en todos ellos pude ver largas y calurosas
colas para adquirirla – cuando la ofertan en los mercados estatales o
privados.

La semana pasada íbamos caminando cerca de un Bicentenario – grandes
mercados del gobierno donde algunos productos tienen un precio razonable
o "solidario" – y vimos varias personas con latas de leche.

Oye, miraaaaa… me dijo mi pareja, que siempre anda a la viva como si
ella fuese la cubana y no yo.

Pero cuando entramos al Bicentenario nos decepcionamos, ya en los
estantes no quedaba ni una sola lata de leche, a pesar de estar
reguladas a una por persona.

Alguien nos dijo: quédense cerca de las cajas de pago, porque cuando
alguna persona insiste en llevar dos latas le retiran una y puedes
tomarla tú.

Como el trabajo en equipo siempre es mejor, me quedé en la cola con algo
para comprar y mi pareja se fue de Caza, o sea, se fue a las cajas a ver
si algún desafortunado se veía obligado a desprenderse de su segunda
lata de leche.

Por casi dos horas estuve en la cola para llegar a la caja, y tuve
oportunidad de ver y escuchar de todo un poco.

Delante de mí un señor, que vivía muy lejos de ese mercado, ya había
salido en la mañana a hacer algunas compras en el otro extremo de
Caracas, pero como le faltaba la leche tuvo que recorrer un gran
trayecto para encontrarla, el motivo: su pequeña nieta. (El padre de la
niña no podía hacer el periplo, pues estaba en cama tratando de
recuperarse de un balazo).

Otra señora nos mostró los beneficios de la cebada, y algunas recetas de
cómo prepararla.



Y mientras, llegó un señor, metió la mano en un estante lleno de bolsas
de pan y "encontró" una lata de leche, salió con ella bien rapidito, en
dirección a la caja.

Enseguida los de la cola se pusieron alerta, ¿estantes de pan llenos de
leche?

Como en el Oeste, pero sin disparos, cada cual se sumergió en la
búsqueda del preciado oro blanco, y así fue que casi todos los de la
cola encontraron misteriosas latas de leche escondidas tras otros productos.

Alguien me regaló una de las que encontró y dijo que la gente las
esconde para volver a hacer la cola y poder llevarse más de una o dos.

Pero también las esconden los que las usan para vender…o quizá hasta los
que trabajan allí…qué más da.

Unos dijeron, qué hijos de mala madre…otros dijeron que cada cual tiene
derecho a comprar la cantidad de productos que quiera, del modo en que
ha sido siempre.

A esas alturas ya tenía una lata de leche en las manos, y un dolor
prematuro en los pies, cuando se aparece, victoriosa, mi novia con otra
lata de leche. ¿El método?

El que le habían dicho: junto a la caja.

Pero como ella no era la única que estaba "en la caza", el señor que
tenía la lata de leche "de más" le propuso que, para darle la lata
"extra", debía ayudarlo a "pasar por la caja" algunos kilos de arroz y
un paquete de papel sanitario que, también, están regulados.

Así lo hizo ella y fue de este modo en que no salimos derrotadas de la
pequeña batalla en el Bicentenario.

A otra gente le ha ido con menos suerte, la cajera nos contó que el día
anterior un hombre rompió la cabeza a otro con esas laticas…quizá deban
seguir ofertando la leche en bolsas de nylon (plástico) para que esto no
ocurra…sí… no es una idea mía, imagino que esa pueda ser la solución que
ofrezca algún burócrata encargado del asunto.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=91295

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