Monday, October 21, 2013

El ALBA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos

El ALBA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
[21-10-2013]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor

(www.miscelaneasdecuba.net).- Aunque Venezuela se retiró recientemente
del CIDH hay que reconocer que el dirigente político que más ha pugnado
con esa entidad hemisférica, exigiendo su reforma y traslado a otro
país, ha sido el mandatario ecuatoriano Rafael Correa.
Correa, en representación de todos los gobiernos integrantes de la
Alianza Bolivariana de Las Américas encabeza desde hace cerca de dos
años una campaña contra la CIDH, entidad autónoma de la Organización de
Estados Americanos.

Correa y sus pares de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia, junto a las
presidentas de Brasil y Argentina entre otros gobernantes, han sido los
principales promotores de una reforma de la entidad, en la confianza de
que los abusos en que incurren contra sus ciudadanos, no sean
rechazados por el organismo.

Durante la 42 Asamblea General de la OEA, Correa atacó a la CIDH y
afirmo que "La Comisión Interamericana de Derechos Humanos está
totalmente influenciada por países hegemónicos, por el oenegeísmo (ONG)
y por los intereses del gran capital".

Nicolás Maduro, que como presidente de Venezuela hizo efectiva la
voluntad de Hugo Chávez de separar el país del CIDH, declaró en un
encuentro internacional, era canciller entonces, en nombre de los
países del ALBA, que el Sistema Interamericano se había degradado al
igual que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Paradójicamente el propio secretario General de la OEA, José Miguel
Insulza, un aliado de quienes piden limitar la autoridad de la CIDH,
declaró que su intención es "darle certeza al sistema, en ningún caso
debilitarlo y abogó por fomentar una Comisión mucho más flexible", por
lo que cabe preguntarle a Insulza, si la flexibilidad implica no
irritar a los autócratas aun cuando lo ofenden, como cuando el
desaparecido Hugo Chávez manifestó que ignoraba al Secretario General y
calificó sus declaraciones de necias.

En consecuencia en la 42 Asamblea de la OEA, se aprobó realizar
cambios en el CIDH, decisión que se concretó por unanimidad, tras un
fuerte debate con los países del ALBA en otra Asamblea, fallo que por
suerte no afectó la capacidad de imponer las medidas cautelares o de
protección que emite el organismo, el propósito principal de los que
procuraban la reforma.

La realidad es que los gobiernos que buscan limitar la actuación de la
CIDH, es porque temen investigaciones independientes que demuestren las
violaciones a los derechos humanos en las que incurren y que se dicten
medidas cautelares que les impidan continuar con sus abusos.

Una de las secciones más atacada fue la Relatoría Especial de Libertad
de Expresión, que cuenta con más fondos para trabajar, porque acepta
donaciones externas, condición a la que Venezuela, Bolivia, Ecuador y
Nicaragua se oponen, lo que conduciría a su desaparición. La relatoría
ha sido muy criticada por los países del ALBA.

La intención de limitar los ingresos del CIDH a las fuentes internas,
los estados miembros solo provee el 55 %, implicaría según Tirza Florez,
de la Asociación de Jueces por la Democracia de la República de Honduras
"que el CIDH perderían cerca del 45% de su financiamiento, el cual
proviene de fuentes externas".

Instituciones como el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional,
en una carta suscrita por más de 400 organizaciones no gubernamentales,
señaló que "no se puede atropellar los principios en función de
coyunturas de corto plazo", Human Rights Watch, denunció que algunos
gobiernos quieren cercenar a la CIDH y algunas de sus relatorías, como
la de libertad de expresión.

Renzo Pomi, de Amnistía Internacional dijo, "Si los estados intentaran
imponer reglas y límites a una institución que crearon independiente, la
estarían condenando a la irrelevancia y negando a los habitantes de las
Américas la justicia que buscan, agrego que el sistema continental de
derechos humanos es "el orgullo de las Américas".

Luz Estela Castro del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres dijo que
"El doble discurso de los estados es lo que está debilitando nuestro
sistema".

Otra declarante Viviana Krsticevic, del Centro por la Justicia y el
Derecho Internacional, señaló que "Algunas de las propuestas puestas
sobre la mesa suponen un retroceso y responden a los intereses de los
gobiernos pensados como litigantes, y no como defensores de los derechos
en una democracia" y apunto "Esta coyuntura es una de las más serias y
graves que ha vivido el sistema interamericano en términos del
cuestionamiento a su legitimidad".

Pero todas estas declaraciones y muchas más que han sido omitidas por
razones de espacio, no ejercerán ninguna influencia si los gobiernos
genuinamente democráticos del continente no enfrentan a los despóticos,
pero todavía será peor si cada ciudadano de América calla ante la
amenaza que pende sobre los derechos de todos.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5264fc363a682e09983a6e28

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