Friday, September 16, 2011

Salario mínimo y mercado 2011

Salario mínimo y mercado 2011
Froilan A. Barrios Nieves
Viernes, 16 de septiembre de 2011

Si observamos los desempleados cuantificados aproximadamente en
1.400.000 desempleados, éstos no perciben subsidio alguno, aún cuando
existe el régimen prestacional de empleo, al cual se cotiza cuando se
está incorporado al sector formal y al ser despedido no hay subsidio de
ninguna naturaleza

En un país donde sólo un 10% de su población económica activa discute
contratación colectiva, el salario mínimo genera excesivas expectativas
que rondan entre la realidad y el mito. Esta desigual relación es
producida por una caída permanente de las negociaciones colectivas,
derivada de una política del Gobierno Nacional extendida a los
diferentes niveles de las estructuras del Estado.

Efectivamente existe una creencia que al emitirse el decreto de aumento
salarial presidencial se benefician todos los trabajadores, nada mas
falso. De plano están excluidos los ubicados en la economía informal
cuantificados en 5.800.000 trabajadores, quienes devengan en un 90%
ingresos inferiores al salario mínimo y de paso excluidos de la
seguridad social y de la LOT.

Si observamos los desempleados cuantificados aproximadamente en
1.400.000 desempleados, éstos no perciben subsidio alguno, aún cuando
existe el régimen prestacional de empleo, al cual se cotiza cuando se
está incorporado al sector formal y al ser despedido no hay subsidio de
ninguna naturaleza.

Siendo el sector formal unos 6.000.000 de trabajadores a quienes impacta
el decreto de salario mínimo, ingreso que debiendo ser para un pequeño
porcentaje se convierte en el salario promedio, al caer la negociación
colectiva y convertirse el patrón promedio de la remuneración en el
sector público y privado.

Para muestra observen las remuneraciones en el sector público luego del
decreto presidencial de mayo pasado, los obreros se ubican en 1.800 bs.
y los empleados entre este tope y 2.200 bs., niveles alcanzados en
algunos ministerios, entre tanto en alcaldías y gobernaciones son
pagados a los trabajadores si llega el situado constitucional. De allí
se observa que es común encontrar ingresos por debajo del mínimo ante
los déficits presupuestarios.

Si vamos al sector privado surge la vana ilusión de grandes salarios,
sólo una élite lo devenga de 4.000.000 de trabajadores sólo 500.000
logran negociar sus contratos colectivos, a niveles que provocarían la
envidia de profesionales y de profesores universitarios, quienes ni
laborando 30 años para ser titulares, alcanzarían la mitad del salario
que logra justamente un obrero de la manufactura o la bebida.

De esta manera la intención del Ejecutivo Nacional de presentar exitosas
políticas salariales inexistentes, se esfuman cuando el trabajador va al
mercado y se enfrenta con la cruel inflación que devora el esmirriado
poder adquisitivo. Y es que en Venezuela los trabajadores llevamos desde
1983 luego del viernes negro un calvario camino del Gólgota, no superado
en ninguna gestión presidencial.

Siendo la raíz de tantos enfrentamientos sociales que vivimos por la
creciente miseria que padecen millones, aún cuando el torrente petrolero
no ha sido traducido en prosperidad, trabajo digno y salario suficiente
como reza la CRBV, solo destinados a la sentencia del inefable Jorge
Tuero "y es que en Venezuela los gobiernos pasan y el hambre queda".

http://www.analitica.com/va/economia/opinion/2025349.asp

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