Luis Vicente León
Lunes, 5 de septiembre de 2011
¿Las fortalezas y debilidades de cada candidato? ¿Los eventos y alianzas
que se pueden esperar? ¿Los escenarios electorales de las primarias? ¿La
fuerza de cada uno de los candidatos frente a Chávez? ¿La elección
presidencial? ¡¡hey!! ¿Ustedes creen que cuando por fin el gran tema es
"la oposición y sus posibilidades concretas" lo voy a quemar así, en un
solo domingo? No, no, no. De esto hablaremos muchas semanas más. Por
cierto, qué sabroso estar de nuevo con ustedes.
A seis meses de las primarias es difícil proyectar con certidumbre el
resultado de la misma. El proceso está vivo. Se están produciendo
noticias que pueden mover el tablero. La respuesta entonces a la
pregunta más común de los últimos días: ¿quién será el candidato de la
oposición? No tiene aún una respuesta contundente.
Pero el trabajo de analista me impide zafarme fácilmente de esta
inquietud de clientes, alumnos, lectores y amigos. Esperan que asuma el
reto de adelantar un nombre, aunque sepan que el nivel de error de esa
proyección podría ser elevado. Pero llegar a un nombre concreto sería
más fácil con una visión basada en las constelaciones y los astros que
en evidencias duras del entorno actual y no lo haré. Prefiero por ahora
dibujar más grueso e iremos afinando en la medida en que se desarrolle
plenamente la campaña.
La foto del arranque nos muestra muchos más aspirantes que aspirados.
Debo aclarar que esto no es una crítica. En mi opinión, las primarias
son precisamente para dirimir el disenso en la oposición (propio de la
democracia) y crear una unidad estratégica (inducida) para enfrentar en
mejores condiciones a su verdadero adversario. Dado que hay múltiples
visiones internas, hay muchos candidatos. Es normal. No puedes llamar a
una elección para escoger candidato unitario y después criticar que
muchos quieran participar. Todos deben ser bienvenidos. Pero una vez que
muchos se presentan, la tendencia natural de la política es a la
decantación. Después de todo, lo más probable es que en breve el mercado
esté polarizado entre dos candidatos o cuando mucho tres, mientras el
resto se habrá retirado (con suerte debido a una alianza) o simplemente
desinflado al ceder involuntariamente su escaso soporte a alguno de los
que tienen opción.
Hoy, el mercado está compuesto por:
1) Un candidato que lideriza las encuestas, Henrique Capriles, quien se
mantuvo durante muchos meses solo en la primera posición y que para el
mes de agosto se ubicaba en 40% de disposición de voto entre quienes
están seguros a participar en las primarias, lo que lo convierte, por
ahora, en la cabeza de lista (aunque no significa blindado ni seguro).
2) un retador, que el día de su lanzamiento tenía 13% de disposición de
voto, compartiendo el segundo lugar de preferencias con su compañero de
partido, Manuel Rosales, quien tenía otro 13%. El retiro de Rosales hace
presumir que una parte relevante de su soporte migrará hacia Pérez, lo
cual parece consolidarlo en la segunda posición y convirtiéndolo en un
probable contendor en la polarización final, aunque todavía con retos
para alcanzar al primero.
3) Un aspirante que podría cambiar de estatus por una decisión legal
pendiente, Leopoldo López, que pese a contar actualmente con 8% de
disposición de voto, podría capitalizar una decisión que le favorezca en
términos de su habilitación política y genere un efecto de atracción
hacia él.
4) El resto de los candidatos que, con apoyos menores, deben dar un palo
a la lámpara (cosa que ha ocurrido en el pasado) para crecer o rezar
para que algún evento inesperado los lleve a una posición relevante por
retruque, antes de que la realidad pulverice sus aspiraciones.
¿Las fortalezas y debilidades de cada candidato? ¿Los eventos y alianzas
que se pueden esperar? ¿Los escenarios electorales de las primarias? ¿La
fuerza de cada uno de los candidatos frente a Chávez? ¿La elección
presidencial? ¡¡hey!! ¿Ustedes creen que cuando por fin el gran tema es
"la oposición y sus posibilidades concretas" lo voy a quemar así, en un
solo domingo? No, no, no. De esto hablaremos muchas semanas más. Por
cierto, qué sabroso estar de nuevo con ustedes.
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