Tuesday, September 27, 2011

Necesitamos un árbitro

Necesitamos un árbitro
Manuel Corao
Martes, 27 de septiembre de 2011

Los artículos 294 y 296 de la Constitución de la República de Venezuela
establecen como requisitos indispensables para ser rectores del Consejo
Nacional Electoral no tener vinculación política para garantizar la
igualdad, confiabilidad, imparcialidad, transparencia y eficiencia de
los procesos electorales

En las diferentes causas de escogencia de directores por parte de la
Asamblea Nacional, incluyendo la del 2008, la organización Súmate hizo
notar en la comisión de postulaciones que cuatro de los cinco rectores
principales a designar, Tibisay Lucena, Sandra Oblitas, Socorro
Hernández y Tania D'Amelio provenían de las filas del oficialismo, lo
cual los inhabilita para tales funciones.

Hay otros aspectos que considerar además de la parcialidad de la
directiva; esto es, el número de inscritos en el padrón electoral y la
falta de saneamiento de la data en concordancia con los factores
participantes en la justa aspirante. El dirigente Robert Alonso, hoy en
el destierro, afirma: "Hay cinco millones de inscritos fantasmas. La
información real asciende a casi 13 millones de participantes y no
17.776.774 millones como indica el Consejo".

Alonso cita como fuente la facultad de sociología de la Universidad
Central de Venezuela y su manifiesto del 2006. Para R. Alonso es
imposible que la oposición supere tal fraudulenta cantidad.

Antonio Ledesma, alcalde metropolitano, aseguró a este columnista: "La
depuración del registro electoral permanente es necesaria y esta base
deber ser transparente. Es un derecho de los venezolanos y no un favor
que nos hacen los rectores. Hay que evitar y pedir se corrijan las
migraciones. Todo eso tiene que realizarse antes de las elecciones
presidenciales".

Otra vista que no podemos dejar de lado es la participación del gobierno
cubano en los comicios venezolanos. El poder ejecutivo, de manera
ilegal, ante la indiferencia y complicidad de los otros poderes,
permitió acceder a los archivos de identificación de la ciudadanía y la
extranjería a una nación extraña en una suerte de cesión de soberanía.

A pesar de todos estos procederes y de la falta de los más elementales
servicios básicos en Venezuela, lo cual demuestra un clarísimo
desgobierno, hay quienes consideran que Hugo Chávez está por encima de
su mal gobierno y que la reactivación de las misiones le permitiría
reverdecer las preferencias del 2006 en las elecciones del 2012. El
analista de opinión pública Luis Vicente León nos expresa: "Todo depende
de cuán fuerte es la decisión de la gente de participar, de votar, de
estar. Ahí. Aun cuando el sistema es inadecuado, es ahí en el voto, la
diferencia en este proceso. Sin duda este sistema no es equilibrado en
materia de respeto, dinero, etc. Es la gente quien permitirá o no que
ese sistema de concentración de poder se consolide".

El tema de las autoridades electorales angustia a muchos y ocupa a otros.

Estamos ante algunos funcionarios que piensan desvirtuar la voluntad
popular si la premisa del pueblo les es adversa. Renunciar a participar
por la parcialidad del árbitro es volver a repetir los errores del
pasado y más cuando no iremos a la clandestinidad. Debemos ver los
escenarios parecidos de recientes sucesos en regiones cercanas y
proceder en consecuencia.

Si analizamos el pedido a reconocimiento del árbitro y su providencia
plasmada por Lucena, a destiempo, nos damos cuenta que estos requieren
con premura del visto bueno de sus procederes para postreras
aspiraciones y ejemplo internacional.

Ya que los poderes internos intentan mediante la impunidad ponernos una
camisa de fuerza, apoyemos nuestras iniciativas en las organizaciones y
personalidades externas, las genuinas, esas que están comprometidas con
la democracia real y son baluartes del pluralismo ideológico, las
libertades y la claridad de los procesos de escogencia. Si no hay pureza
en la causa, no debe existir indulgencia y mucho menos a priori. Los
pueblos del mundo identificados con la alternabilidad del mandato están
con la oposición y la Mesa de la Unidad Democrática, no con este
gobierno extraño a nuestro gentilicio y hermanada confraternidad.

Ha llegado el momento de tomar partido por la unidad. Aquellos que se
mantengan anquilosados en las actuaciones del pasado cual patente de
corso sufrirán el rechazo por sus desubicadas acciones. A este violador
de la Constitución podemos proporcionarle el descalabro anhelado, solo
con la unidad, y quien no milite activamente con intrínseco
convencimiento vivirá la amargura de saberse cómplice, aun sin querer,
de un régimen protervo.

manuelcorao@yahoo.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/7965519.asp

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