Thursday, September 22, 2011

La Transición no se propone

Capitalismo Lunar

La Transición no se propone…
Alexei Guerra Sotillo
Jueves, 22 de septiembre de 2011

Si algo debe reconocérsele a la MUD, y a su sabio secretario ejecutivo nuestro respetado Ramón Guillermo Aveledo, es un buen manejo de la estrategia comunicacional del variado bloque opositor, en cada una de las observaciones, críticas y propuestas formuladas

Imbuidos paulatinamente en el furor de una campaña electoral (que, en realidad serán varias, las de la oposición, ya en marcha hasta febrero de 2012 y luego la decisiva) presenciamos las acciones, declaraciones y silencios de todos los actores involucrados en el tablero político y, obviamente, en el mantenimiento o en la captura del poder.

Si algo debe reconocérsele a la MUD, y a su sabio secretario ejecutivo nuestro respetado Ramón Guillermo Aveledo, es un buen manejo de la estrategia comunicacional del variado bloque opositor, en cada una de las observaciones, críticas y propuestas formuladas, en las cuales se percibe coherencia y unidad, aspectos que destacan por haber sido precisamente puntos débiles y no muy bien asumidos en tiempos pretéritos por la oposición.

En esa línea que reconoce aciertos pero que debe apuntar también a identificar debilidades, en una pre-campaña unitaria que se ha ya despejado con la presencia oficial de los pre-candidatos y aspirantes, la MUD ha lanzado como propuesta una Ley de Transición, al dar casi por descontado un triunfo de la oposición en Octubre de 2012, sea cual sea el candidato que enfrente al Presidente Chávez.

Dejando a un lado euforias desatadas y esperanzas ciertamente reacias a languidecer, cabe mencionar no obstante el terrible peligro que tan tempranos triunfalismos pueden generar en las filas de la Alternativa Democrática, que no pueden ignorar ni cruzarse de brazos ante los usuales artilugios, presiones y ventajismos descarados que el Presidente Chávez y un aparato institucional bajo su control, pueden generar de aquí al 7 de Octubre de 2012, si las circunstancias de la política o de la salud presidencial así lo impusieran.

Nos aclara nuestro amigo John Magdaleno, experto en temas electorales y de opinión pública, que detrás de la referida Ley de Transición mencionada por la MUD (así como seguramente de otras declaraciones del Jefe del Estado y adláteres) podría estar lo que él denomina "administración de expectativas de triunfo", es decir, una gestión planificada de la comunicación que busca crear en el electorado y la población en general la idea o percepción de que el triunfo de la oposición es casi un hecho el año entrante.

La inquietud en el oficialismo, además de la evolución de la salud presidencial, y de un gobierno que luce desbordado por la magnitud de problemas no resueltos en más de 12 años, con un penetrante olor a fracaso, radica justamente en la existencia de un conjunto de variables que, evidentes en la realidad concreta y tangible del país y en la esfera de la percepción y subjetividad, a diferencia quizá de años anteriores, hacen que esa expectativa de triunfo opositor luzca hoy mucho más posible y alcanzable.

En todo caso (y aunque suene a lugar común) muchas cosas pueden ocurrir, y seguramente ocurrirán no sólo de aquí al 12 de febrero del año próximo, sino del 13 de febrero a Octubre del 2012, en un proceso electoral en el que se juega el hundimiento definitivo del país en el abismo del fracaso comunista, o la posibilidad de iniciar un cambio imperativo que impida la destrucción de lo que va quedando de nación.

El peor error en que pueden incurrir quienes aspiran a la salida democrática del actual gobierno, a pesar de tener el viento a favor, es el caer en triunfalismos y certezas acomodaticias sobre la victoria. Bastante agua ha pasado debajo de los puentes para olvidar que en Venezuela, las lógicas y los objetivos no se construyen en oficinas aisladas sino en el calor de la calle, el trabajo sin descanso y el despliegue sin temor ni vacilación de la voluntad y las convicción democrática.

Llegado el momento y alcanzada efectivamente el triunfo de la oposición, aunque no sea así, de repente el mundo se acabe para el chavismo, pero le tocará al candidato ganador defenderlo y hacerlo realidad formal. En otras palabras, la transición no se propone, la transición del poder se impone con la fría contundencia de los votos y de la victoria. Punto.


alexeiguerra@yahoo.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/3795809.asp

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