Tuesday, September 20, 2011

El oro bajo el colchón

El oro bajo el colchón
Juan Fernández
Martes, 20 de septiembre de 2011

Guardar el oro del Estado venezolano en unas bóvedas de la Avenida
Urdaneta de Caracas, es una extraña medida que identifica aún más a
Chávez con Gadafi, el dictador que antes de fugarse vendió el oro de
Libia y se quedó con los reales.

El gobernador del Banco Central de Libia, Qasem Azzuz, ha informado que
en mayo pasado Gadafi vendió 29 toneladas de oro de las reservas de la
nación, obteniendo por ello mil millones de dólares. Los compradores
fueron comerciantes locales, ahora escondidos o fugitivos.

Durante 42 años en el poder, Gadafi manejó los recursos del país como su
patrimonio particular, con participación y disfrute de sus cercanos
colaboradores. La chequera del Estado libio la cargaba Gadafi en el
bolsillo, por así decirlo. Analistas señalan que gracias a esa
facilidad, a través de las cuentas de Libia se trasegaron recursos de
otras naciones, como Cuba, Venezuela y Nicaragua.

La información sobre la venta del oro libio por Gadafi se conoció días
después que el gobierno venezolano anunció el traslado a las bóvedas del
Banco Central en Caracas de las reservas de oro de la nación, las cuales
se guardan en los sitios más seguros fuera del país. Hasta el momento se
habían o se han guardado en los bancos especializados, como hacen todas
las naciones serias del planeta. Este movimiento del oro venezolano
hacia unas bóvedas en la Avenida Urdaneta de Caracas se explica por la
preocupación de que esas reservas puedan ser tomadas por la comunidad
internacional, como le ocurrió a Libia. Parece que en el alto Gobierno
venezolano hay razones para temer que el presidente Chávez pueda verse
en una situación como la de Gadafi.

Desde la creación del BCV las reservas en oro forman parte del
instituto, pues el artículo 87 de la creación del mismo estableció que
la emisión de monedas y billetes correspondería a esa institución, y
esas emisiones estarían respaldadas por oro. En consecuencia, un primer
factor para justificar las reservas de oro es respaldar la moneda, darle
a ésta un valor de cambio seguro. Para 1940 el BCV contaba con reservas
internacionales totales de 31 millones de dólares, de los cuales 29
millones eran oro, equivalentes a 59.78 toneladas entre barras y oro
amonedado. Hoy Venezuela tiene sólo 18.3 mil millones de dólares en oro,
de los cuales 11 mil millones se encuentran en el exterior distribuidos
en tres países: Inglaterra con 83% del total en el exterior, EE.UU. con
9%, Suiza con 5% y Canadá con 3%. En custodia del BCV hay 7.3 mil
millones de dólares en oro, para un total de 365 toneladas de oro.

Además de respaldar la emisión de moneda y billetes, el oro de la Nación
permite diseñar un portafolio de reservas diversificado, aplicando una
gerencia del riesgo. También es un factor de seguridad, pues valor del
oro no se afecta por los efectos inflacionarios, al contrario es
"inmune" a la inflación y se revaloriza con ella.

El oro, que en los últimos tiempos se ha convertido en una inversión de
las llamadas "refugio", también genera un rendimiento para sus
tenedores, gracias a su apreciación, que este año ha sido muy superior
al 50% -por eso, el BCV debe ser muy cauteloso cuando lo valora, pues su
precio cambia día a día. Por último, la posesión de oro genera confianza
entre los ciudadanos y los inversionistas, fortaleciendo el crédito del
país.

De manera que la movida de las reservas de oro es algo importante y
delicado, con gran efecto en nuestra economía. Sobre todo hoy, cuando
Venezuela es calificada al nivel de Grecia, un país técnicamente quebrado.

El traslado de las reservas, que además costará millones de dólares para
llevarlas al BCV, genera preocupación por la falta de transparencia en
su manejo. Cualquiera puede temer que con ellas pase lo que con las de
Libia, que cualquier día un gobernante las saca, las vende y escapa con
los reales. Por otra parte, la comunidad internacional observa que esta
medida del gobierno venezolano surge como una forma de retaliación ante
la comunidad internacional por las medidas tomadas con Libia y Siria, y
como una manera de eludir fallos que parece serán adversos en los
juicios de arbitraje que hay contra Venezuela en instancias internacionales.

Con todo esto crece la percepción negativa del "riesgo país", eso de que
en Venezuela y su gobierno nadie puede confiar.

juanafernandezg@msn.com

http://www.analitica.com/va/economia/opinion/1139178.asp

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