Friday, September 16, 2011

¡Ahora le toca el turno a los shamanes!

¡Ahora le toca el turno a los shamanes!
JOSÉ MAYORA | EL UNIVERSAL
viernes 16 de septiembre de 2011 12:19 PM

Desde los tres centros neurálgicos del poder revolucionario, Miraflores,
la AN y el PSUV han emanados discursos destemplados y arengas sin
emoción, dedicados a cuestionar a la sociedad democrática que viene
haciendo, sin prisa pero sin pausa, un trabajo de articulación de
voluntades para lograr la tan ansiada unidad. Tal esfuerzo y sus
resultados visibles, no parecen ser del agrado oficial ya que la
constante descalificación por los logros obtenidos es un indicador de
cuanta preocupación le provoca al oficialismo el consenso de la sociedad
democrática.

Para contrarrestar la importancia de estos logros, los dirigentes del
oficialismo se ufanan de contar con un partido, unas fuerzas armadas y
un pueblo unidos, un proyecto de país, un liderazgo monolítico, lo que
contrasta con, Chávez dixit, el saco de alacranes en que se ha
convertido la oposición apátrida y farisaica que no cuenta con proyecto
y que ofrece gobernar con justicia y equidad.

Sin lugar a dudas, la unidad tiene dos lecturas: por una parte se
encuentra la que se propala mediáticamente desde el centro de poder
revolucionario y la que se logra calladamente y con compromiso firme.

De cara a las elecciones de octubre del 2012, la sociedad democrática
decidió escoger su candidato a través de una consulta popular a cuyo
efecto se han ido postulando una serie de nombres que se consideran
aptos para ejercer la primera magistratura. Unos jóvenes y otros menos
jóvenes; donde el género no es una limitación y menos la no pertenencia
a un partido político; algunos con experiencia de gobierno local o
regional, otros con experiencia en actividades de la sociedad civil
organizada, con un denominador común, todos trabajan por la unidad nacional.

Mientras los voceros oficiales están convertidos en estaciones
repetidoras del discurso del comandante, los precandidatos democráticos
andan recorriendo el país con voces distintas pero con un mensaje
similar. La amarga verdad del oficialismo es que no tiene como recorrer
el país con voces diferentes y autónomas, al contrario de la sociedad
democrática la que se da el lujo de tener simultáneamente en diferentes
lugares de la geografía nacional, a diversos hombres y mujeres que
aspiran representarla. El oficialismo cuenta con una sola voz, un tanto
disminuida por cierto, para tan titánica tarea, con el agravante que no
tiene pasado contra el cual dirigir sus baterías pues ese espacio
temporal lo representa el mismo: ¡ya no hay a quien culpar como no sea a
la incompetencia de los burócratas que el mismo líder ha designado!

Las carencias que el oficialismo le endilga a la oposición parecieran
ser una proyección de su propia y triste realidad: ¡el discurso oficial
se quedó sin contenido! Este discurso no puede esconder los atributos
que hoy día unen al pueblo: la escasez, la inseguridad, la incertidumbre
del futuro, el odio hacia los que no profesan el credo revolucionario.

Dicen que las oportunidades las pintan calvas y la sociedad venezolana
le dio su oportunidad a quien no la supo aprovechar. Después de 13 años,
carecemos de articulación, de estructuración, de argamasa para construir
tejido social. Ya es tarde para ofrecer viviendas, que no se
construirán, hospitales, que no se dotarán, contratos, que no se
discutirán, luces, que no se encenderán.

Frente a la ausencia de una burocracia profesional a Chávez aún le queda
el sorprendente recurso de los "shamanes" para recomponer al país.

mayora.j@gmail.com

http://www.eluniversal.com/2011/09/16/ahora-le-toca-el-turno-a-los-shamanes.shtml

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