VENEZUELA, CUESTA ARRIBA
Pedro Corzo
5 de diciembre de 2015
Miami, Cuba – www.PayoLibre.com – La democracia venezolana agoniza. La
legalidad es precaria, las reglas electorales favorecen al gobierno,
quien a su vez controla los medios, mientras cuenta con la capacidad de
inventarse electores al operar arbitrariamente todos los poderes públicos.
Los sicarios oficiales, entre los que hay generales, doctores y
millonarios fabricados a la sombra del gobierno, están dispuesto a
ejecutar lo que demanden las circunstancias por tal de no desaprovechar
privilegios y bienes.
La violencia es parte importante del arsenal de cualquier régimen
represivo para controlar a los activistas, por su parte, la
intimidación, es una herramienta muy útil para neutralizar a quienes no
están dispuestos a correr riesgos por defender sus derechos.
A pesar de todos estos factores negativos la oposición ha aceptado una
vez más el reto de competir en el marco de la precaria legalidad
chavista, con la certeza de que triunfará, porque el pueblo ha
demostrado estar harto de un modelo de gobierno ineficiente, corrupto y
abusivo.
La oposición, más allá de cualquier otra consideración, ha mantenido
viva la causa democrática. Ha luchado intensamente por mantener la
esperanza de que la victoria es posible.
Sobrevivir como sistema y clase gobernante ha obligado a la nomenclatura
venezolana a obviar las diferencias entre sus caudillos. Están
consciente de la necesidad de presentarse en bloque. Saben que esta es
la única oportunidad que les resta para seguir simulando que gobiernan
democráticamente.
Hace muchos años que en Venezuela desapareció el estado de derecho y las
prácticas democráticas se encuentran en cuidados intensivos como diría
el doctor Santiago Cárdenas, con independencia de los numerosos
esfuerzos de los demócratas del país por restaurarla.
La oposición, dirigentes, militantes y simples ciudadanos se han visto
obligado a actuar en un marco legal particularmente frágil. El régimen
cuenta con la capacidad de criminalizar una conducta, que el día
anterior habían reconocido como legitima.
Este seis de diciembre la libertad de los venezolanos entra en fase
terminal. Si triunfa el despotismo chavista, con independencia de cómo
alcance la victoria, no habrá recuperación posible, al menos, en la
forma que la oposición se ha esforzado por rescatarla desde hace quince
años.
La continuidad gubernamental de Maduro-Cabello, siempre inspirados en
las propuestas de Hugo Chávez, significará la agudización de la
represión, aumento de la corrupción, una amplia política de confiscación
de bienes y el cese de las libertades de expresión e información.
Políticamente el régimen buscará cómo eliminar la oposición legal.
Eliminará el pluralismo político e ilegalizará la gestión pública de las
personalidades más notables que le adversen. Las parodias de democracia
llegarán a su fin, porque gestarán una oposición que se ajuste a sus
conveniencias.
Para evitar lo que sería una tragedia mayor para la nación, la
participación en los comicios debe ser masiva. Las frustraciones y
desesperanzas deben ser vencidas, porque ésta es la última oportunidad
para recuperar los derechos conculcados. El régimen ha escamoteado en
más de una ocasión la voluntad de los electores y en base a esa
experiencia todos deben convertirse en guardianes de su dictamen.
La vigilancia es tan importante como el voto. Los electores y candidatos
deben velar celosamente que en los conteos su opinión sea respetada, a
la vez que envían un mensaje a las Fuerzas Armadas de que están
comprometidas a respetar en primer lugar la Constitución y en segundo,
la voluntad popular.
Hay que convencer al elector de que cada voto cuenta, persuadir a todos,
incluso a los que no creen en la vía electoral, que esta es una ocasión
que no se puede perder, porque no habrá otra oportunidad.
Los errores del régimen han superado con creces los tropezones de la
oposición. La población en las encuestas más recientes se ha expresado
mayoritariamente en contra del gobierno, y un amplio sector de la
opinión pública mundial no gubernamental, en declaraciones sin
precedentes, ha criticado severamente las acciones de Caracas.
Si la victoria de Mauricio Macri en Argentina, ha generado esperanzas de
que la corriente populista en el hemisferio está llegando a su final, la
derrota del chavismo en las elecciones parlamentaria venezolanas podría
significar mucho más.
El triunfo masivo de los parlamentarios demócratas en Venezuela sin
tener que recurrir a propuestas populistas, sería muy útil a los líderes
del hemisferio que por tal de ganar apoyo popular prometen soluciones
imposibles.
También sería beneficiosa a los electores que tienden a creer en
redentores que aseguran estar en capacidad de resolver todos los
problemas, en particular los de las clases más desposeídas, recurriendo
a fórmulas que han demostrado fehacientemente que solo sirven para
generalizar la pobreza e incrementar las injusticias.
Source: PayoLibre.com - Cuba - -
http://payolibre.com/articulos/articulos2.php?id=6327
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