Thursday, December 10, 2015

¡Que viva la chamocracia!

DANIEL MORCATE: ¡Que viva la chamocracia!

El pueblo de Venezuela se ha devuelto la esperanza democrática
No será fácil el camino a recorrer para consolidar el cambio democrático
El chavismo mantiene un control férreo sobre la presidencia y todos los
poderes del Estado
DANIEL MORCATE

Es algo tan sencillo como abrumador a la vez. El pueblo de Venezuela se
ha devuelto a sí mismo y a todos los latinoamericanos la esperanza
democrática. ¡Que viva la chamocracia! Con la histórica votación del
pasado domingo, los venezolanos no solo han dado un paso extraordinario
hacia la posible recuperación de su democracia. También han restaurado
la fe maltrecha en ella y en la posibilidad de que las libertades
individuales, a pesar de todo, terminen abriéndose camino y afianzándose
en una región infestada de populismo y caudillismo, donde los
providenciales hombres fuertes –y una mujer, la argentina Cristina
Kirchner– se habían creído en el derecho a gobernar indefinidamente,
apabullando a cualquier oposición política, suprimiendo o recortando las
libertades de los ciudadanos y adueñándose de todos los mecanismos del
gobierno mientras nadaban en la corrupción. Los venezolanos, por fin,
mayoritariamente, le han dicho no a todo eso. Pero no les ha resultado
nada fácil. Ni tampoco lo será el camino a recorrer para consolidar el
cambio democrático por el que están apostando.

No fue fácil el 12/6 porque, como ha sucedido en todas las elecciones
que convocó, el régimen chavista marcó todo lo que pudo las cartas del
juego electoral. Usó, ilegalmente, los recursos del estado para promover
a sus candidatos. Impidió el acceso adecuado de los opositores a los
medios a los que controla o amordaza. Recurrió a la intimidación verbal
y física, sugiriendo por boca de sus principales voceros, presidente
Nicolás Maduro incluido, que no aceptaría una victoria de la
"contrarrevolución" y encarcelando o asesinando a prominentes líderes de
la oposición. Prohibió el trabajo de decenas de periodistas extranjeros
durante las elecciones. Y el ingreso de muchos observadores
internacionales independientes.

Todos los demócratas latinoamericanos, seamos de izquierdas o de
derechas, liberales o conservadores, tenemos hoy sobrados motivos para
celebrar en grande la esperanza democrática en Venezuela. Pero solo la
esperanza. Por ahora. Al fin y al cabo, el chavismo no ha mostrado la
más mínima vocación democrática y mantiene un control férreo sobre la
presidencia y todos los poderes del estado venezolano. Aunque su derrota
electoral es síntoma evidente de su bancarrota política y moral, hará
todo lo posible por boicotear el triunfo de la oposición. Para ello se
servirá de sus vastos tentáculos, sus aliados antidemocráticos, como
Cuba, y la fragilidad de la sociedad civil venezolana, a la que año tras
año debilitó a propósito. Una táctica probable será la de estimular la
división entre los opositores, quienes inusitadamente lograron una unión
estratégica que resultó fundamental para conseguir el triunfo en los
comicios del 12/6.

Con su cívica demostración del pasado domingo, el pueblo venezolano y
los emergentes líderes de oposición se merecen todo el mérito de la
victoria. Pero es importante destacar los oportunos gestos de apoyo que
recibieron de organizaciones internacionales de derechos humanos, ex
presidentes latinoamericanos e intelectuales de América y Europa que
alzaron sus voces para exigir respeto a la voluntad popular en Venezuela
y el cese de la intimidación por parte del aparato estatal chavista.
Esos reclamos probablemente disuadieron a Maduro y sus secuaces de
perpetrar un fraude todavía mayor. Y son un ejemplo de la extraordinaria
importancia que tiene la solidaridad democrática en nuestro continente,
donde la mayoría de los pueblos aún luchan por consolidar la democracia
y donde los enemigos de la libertad se apañan y conspiran juntos en su
contra.

Una vez que se atempere la natural euforia por el triunfo legislativo,
los líderes opositores venezolanos enfrentarán otra tarea difícil: la de
prepararse para una nueva lucha por el poder que pudiera resultar
desgastadora. Maduro, después de todo, será el presidente constitucional
de Venezuela hasta 2019. La derrota legislativa lo desmoralizará y
socavará su poder. Pero es improbable que renuncie a él o que lo
entregue mediante un referendo, como plantea la oposición. En el medio
de esa lucha continuará balanceándose precariamente el pueblo
venezolano, chavistas y antichavistas, quienes han votado por un cambio
porque anhelan vivir en un país al que regresen la seguridad y la
prosperidad económica, dos condiciones que aún pudieran eludir a
Venezuela por mucho tiempo.

Siga a Daniel Morcate en Twitter: @dmorca

Source: DANIEL MORCATE: ¡Que viva la chamocracia! | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/daniel-morcate/article48819670.html

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