Venezuela de nuevo en la encrucijada
Las consecuencias de esta nueva espiral en la confrontación en la
dividida sociedad venezolana son impredecibles por el momento
viernes, febrero 28, 2014 | Miguel Saludes
MIAMI, Florida, febrero -Las protestas que conmocionan a Venezuela desde
mediados de febrero han provocado episodios preocupantes de muerte y
violencia. Imágenes represivas de las fuerzas del orden y de grupos
paramilitares chavistas contrastan con la acción cívica de estudiantes
que marchan portando pancartas de reclamos sociales, políticos y
económicos. Los actos se propiciaron con el cierre de casi la totalidad
de la prensa escrita el pasado 10 de febrero ante la imposibilidad de
adquirir papel por parte de esos medios. Casualmente todos críticos con
el gobierno o de perfil abierto en sus informaciones. En Táchira la
chispa fue provocada por la violación de una joven.
El llamado de la oposición, en particular por María Corina Machado y
Leopoldo López, en apoyo a la protesta pública en las calles venezolanas
fue encausado de manera inmediata por Maduro como la puesta en marcha de
un golpe desestabilizador para derrocar su gobierno. Las acusaciones
pasaron las fronteras del país alcanzando a la vecina Colombia, Estados
Unidos y Panamá.
Las consecuencias de esta nueva espiral en la confrontación en la
dividida sociedad venezolana son impredecibles por el momento. Más allá
de la cuota que pueda cobrar en vidas, el cauce de este río arrollador
puede conducir a dos vertientes. La primera al final de la estancia de
Nicolás Maduro en el poder y con él la supervivencia del llamado
socialismo del Siglo XXI. La segunda posibilidad al enrumbe hacia la
radicalización del proyecto chavista terminando con aquellas parcelas
democráticas que todavía existen en el estado actual.
La manipulación se hace evidente. Desde Miraflores mediante los
dispositivos que con tiempo se han ido implementando para cuando la
situación fuera propicia. El control de la información ha sido el paso
fundamental. Las formas y el lenguaje se hacen muy familiar para los que
han vivido esta historia en otros sitios y momentos. Queda claro con la
declaración de la defensora del Pueblo de Venezuela, Gabriela Ramírez
al decir que no existen evidencias de torturas cuando "no se tienen
denuncias de estas". Una declaración que merecería ser destacada con
signos de admiración.
¿Acaso es fácil denunciar violaciones cuando los militares disparan sin
consideración apoyados por motociclistas anónimos que actúan en total
impunidad? Y para echar por tierra cualquier señalamiento hacia un
uniformado golpeando con la culata de su fusil la espalda de un
adolescente y después asestándole una brutal patada en el rostro, dicen
que son cuadros tomados de otros escenarios. Siria, Grecia, Egipto,
Chile y hasta España argumentan. Pero omiten Brasil. Un detalle y una
duda: el calificativo de fascistas que ahora se aplica contra los
manifestantes venezolanos, ¿acaso sería adecuado usar el término en el
caso de los estudiantes y agentes sociales que protagonizaron las
violentas manifestaciones en fechas recientes contra las políticas del
gobierno que preside Dilma Rousseff?
El peligro real de descabezamiento opositor ya comenzó con la detención
y posible enjuiciamiento de López. Ahora anuncian la de otros, María
Corina entre ellos. ¿Qué vendría a continuación? El aniquilamiento de
los opositores más combativos. Estos serían en primer lugar los
estudiantes. La represión y la desprotección ante las leyes o la
inmunidad para los adeptos al sistema, conforman herramientas eficaces
para modificar el curso de los acontecimientos. El exilio quedaría como
vía expedita para muchos de ellos.
En el caso venezolano queda mucho para comentar. Tomando el ejemplo
brasileño, donde la respuesta represiva resultó igual de brutal
provocando centenares de heridos, no existen garantías de que las
simples protestas logren modificar la gestión del gobierno que resiste
el embate social. El tiempo es poco. El espacio en que se deben decir
las cosas también. Se destaca que su explosiva irrupción coincide con el
clímax del conflicto social en Ucrania, donde Europa y Estados Unidos
mantienen atentas sus miradas. Concordancia oportuna que evita a Caracas
convertirse en único foco de atención.
Subrayar si sirve de algo la posición de aquellos que apoyan
incondicionalmente la represión si esta se produce contra el
estudiantado de una nación donde gobierna un sistema afín. Es el caso de
la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba o la Red de Intelectuales,
Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad. Valga
aclarar que esa organización es la autora de una carta atribuida a
Silvio Rodríguez por algunos medios en Miami. La firma de apoyo del
trovador cubano a la declaración aparece precedida por ochenta firmas
encabezadas por el dramaturgo y ensayista vasco Alfonso Sastre. Le
siguen Atilio Borón, Sociólogo Profesor de la UNAM, el cineasta
brasileño Orlando Senna y los conocidos teólogos Leonardo Boff y Frai
Betto entre otros intelectuales de la izquierda internacional. Una larga
lista de una declaración donde se reconoce que las manifestaciones
estudiantiles, chavistas y opositoras, eran pacíficas antes de
evolucionar a lo que ellos llaman violencia fascista.
Finalmente destacar la imagen en la que Leopoldo López anuncia su
entrega a las autoridades a la sombra de la estatua martiana, alma
democrática de América. El símbolo de una lucha que no necesariamente
tiene que concluir en nuevo triunfo para los que desean el poder
totalitario bajo cualquier pretexto y que es un peligro inminente en la
denunciada intentona golpista en la que Maduro busca reeditar el
episodio similar que dio a Chávez la posibilidad de impulsar sus fueros
bolivarianos.
http://www.cubanet.org/colaboradores/venezuela-de-nuevo-en-la-encrucijada/
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