Publicado el domingo, 03.16.14
Un espejo empañado para Miraflores
RAÚL RIVERO
Madrid – El primer mandamiento de la dictadura cubana, que reafirma la
necesidad de la represión implacable para garantizar la permanencia en
el poder, es la lección más importante que recibe Nicolás Maduro de sus
viejos maestros en esta hora de rebeldía y coraje de los venezolanos.
Es en esa muestra de tenacidad, disciplina y precisión en el uso de la
fuerza y la violencia contra los opositores donde el heredero de Hugo
Chávez, y su diversa tropa de amigos y cómplices, encuentran los
fundamentos de una guía para mantenerse en el Palacio de Miraflores.
Allá, en aquel espejo caribeño, se pueden ver en el porvenir como seres
superiores marcados por la eternidad, a pesar de las zonas empañadas por
las imágenes siniestras que hacen crecer la cifra de muertos y heridos
en las calles, desbordan los calabozos de presos políticos y denuncian
que decenas de hombres y mujeres son torturados o reciben tratos crueles
y degradantes en dependencias oficiales.
Es cierto que la asesoría y la presencia de gorilas cubanos en
territorio venezolano es denigrante y puede hacer más eficaz la
persecución y el acoso a los grandes sectores populares que se
manifiestan, desde hace más de un mes, en contra de un gobierno que se
inició con resortes trampeados de la democracia, y marcha, por la vía
del hambre y de los tanques, hacia un modelo totalitario.
Sin embargo, ese sistema, aún en estado de desarrollo, produce esbirros
criollos, fanáticos y paramilitares silvestres que garantizan la
intensidad a los enfrentamientos.
Lo dicho. Lo más grave para Venezuela es el ejemplo del uso de la fuerza
para la supervivencia de la dictadura cubana, que ha entrado ahora en
una etapa de reconocimiento pleno o apenas disimulado por las viejas
democracias de la Unión Europea. Y se hace más cálido y sustancioso el
abrazo con Rusia, China, Brasil y otros países.
El expediente represivo de un gobierno que dura más de medio siglo no
importa. Ni los presos políticos, las golpizas a las Damas de Blanco y a
otros opositores, ni los centenares de arrestos arbitrarios que se
producen cada mes. El canciller Bruno Rodríguez viajó a París a
entrevistarse con su colega francés Laurent Fabius a negociar la
propuesta de UE para un acuerdo bilateral de diálogo político y
cooperación con La Habana.
El anfitrión del mensajero de Raúl Castro tiene que haber cambiado
mucho. El veterano líder socialista escribió en el año 2003 un artículo
en un diario francés donde expresaba su solidaridad con los 75 presos de
la llamada Primavera Negra de esta manera: "Hay que decir las cosas como
son: Fidel Castro, que busca un renovado reconocimiento de la comunidad
internacional, es sencillamente un dictador".
Sí, el hombre ha cambiado mucho y está forzado por la política a tener
mala memoria. Y el grupo de poder en Cuba a seguir su culto a la
represión y a iluminar con ese fervor a sus amigos.
http://www.elnuevoherald.com/2014/03/16/1702099/raul-rivero-un-espejo-empanado.html
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