Publicado el lunes, 02.17.14
La "democracia dictatorial"
J. EDUARDO PONCE VIVANCO
La CELAC –Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños– ha
traicionado a la democracia en la reciente Cumbre de La Habana, donde
todos los mandatarios concurrentes decidieron apoyar al castro-chavismo.
La primera frase de su Declaración Final es una reivindicación que, por
arte de magia, convierte en democracias a Cuba, Venezuela y sus
satélites del ALBA. Amparándose en el "pluralismo ideológico" de la
política exterior de Velasco Alvarado, los presidentes de la región
reconocieron "el derecho soberano de cada uno de nuestros pueblos para
escoger su forma de organización política y económica". Una frase cínica
con la que se ignora, por ejemplo, que hace más de medio siglo el pueblo
cubano no ejerce su derecho a elegir y ser elegido.
Castro y Maduro han logrado que nuestros presidentes convaliden los
excesos de cualquier autócrata que utilice el poder para coartar "el
derecho soberano" del pueblo a la libertad, a la democracia y al Estado
de Derecho. Invocando la unidad regional, arrancaron una Declaración que
condona atrocidades como las que ocurren en las calles de Venezuela,
donde los paramilitares del gobierno tienen licencia para silenciar a
balazos la protesta de los venezolanos, que son los verdaderos titulares
de la soberanía nacional. Es un pueblo que se levanta para protestar por
las tropelías del "gobierno de calle", esa invención extravagante del
demagogo populista que ejerce la presidencia gracias a un sistema
electoral fraudulento y al asesoramiento del aparato de inteligencia
cubana. A los venezolanos les sobran los motivos para protestar contra
un gobierno que reprime las libertades, elimina a la prensa y los
medios, multiplica la inseguridad ciudadana con el crimen oficial,
empobrece al país, regala sus recursos al extranjero, envilece su
moneda, dicta precios "justos", estrangula a productores y comerciantes,
promueve el saqueo, expropia lo que quiere, tilda de fascistas a los
manifestantes y encarcela a políticos opositores.
Las dictaduras creen haber logrado el objetivo de enterrar la Carta
Democrática Interamericana, cuyo Artículo 2 establece que "El ejercicio
efectivo de la democracia representativa es la base del Estado de
Derecho y los regímenes constitucionales de los Estados Miembros de la
Organización de los Estados Americanos". Es una obligación jurídica que,
salvo Cuba, todos los países latinoamericanos y caribeños contrajeron
solemnemente en Lima, el 11 de septiembre del 2001. Es extraordinario
cómo el comunismo castrista ha instrumentado a la minoría
antidemocrática del ALBA para crear un foro –la CELAC– que pretende
decretar la defunción de un acuerdo interamericano de tanta importancia
histórica y política.
Es un retroceso inédito y condenable que los gobiernos auténticamente
democráticos de la región tienen la perentoria obligación de corregir,
aclarando que su actuación en la CELAC no desconoce las obligaciones que
les impone la Carta Democrática Interamericana. Una forma convincente de
demostrarlo sería que condenen enérgicamente los abusos antidemocráticos
del gobierno ilegítimo de Maduro.
Embajador peruano.
http://www.elnuevoherald.com/2014/02/17/1682824/j-eduardo-ponce-vivanco-la-democracia.html
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