Sunday, February 23, 2014

La guerra civil o la cohabitación son las opciones ante la crisis

"La guerra civil o la cohabitación son las opciones ante la crisis"
"La solución está en el centro político con la neutralización de los
radicales y de las fuerzas externas" "¿Por qué Maduro y Capriles no
pueden hablar, si esto es más fácil que el diálogo Santos -FARC?",
sostiene el sociólogo Dieterich.

Di que el destino del Gobierno depende de su capacidad para adecuar el
modelo político
ROBERTO GIUSTI , HEINZ DIETERICH , SOCIÓLOGO | EL UNIVERSAL
domingo 23 de febrero de 2014 12:00 AM
Heinz Dieterich es mucho más que un teórico fiel a sus propias ideas.
Considerado como el padre del "Socialismo del Siglo XXI, que nunca se
pudo imponer en Venezuela, como él mismo reconoció ("Hugo Chávez
desaprovechó la oportunidad de hacer posible una sociedad
poscapitalista"), a esa condición, si se quiere contemplativa, se unen
dos atributos que podrían parecer excluyentes: una es su militancia
indeclinable en el anticapitalismo, y la otra una notable capacidad
pragmática que se evidencia en su tesis de aplicar a la crisis
venezolana una "estrategia de salvación nacional" con la participación,
incluso, de Henrique Capriles. Dieterich respondió a un cuestionario,
vía email y por tanto no hubo la posibilidad de formular repreguntas.

-Usted afirma que "el último decisor en regímenes burgueses es la Fuerza
Armada", pero advierte, también, que el "sistema se desintegra por la
incapacidad del gobierno para comprender el proceso y controlarlo". De
acuerdo con esos argumentos, ¿Cuál cree que será el destino del gobierno
de Nicolás Maduro?

-El destino del Gobierno depende de su capacidad de adecuar el modelo
político-económico heredado del Presidente Chávez a las condiciones
actuales de Venezuela y América. Podemos precisar esas condiciones en
tres: La primera, el fin del modelo económico que Hugo Chávez desarrolló
a partir del año 2003 y que hoy día es disfuncional para el propio
Chavismo. Segunda, una nueva polarización de la sociedad venezolana,
resultado de los conflictos callejeros de la última semana y de la
reaparición de grupos de choque violentos. Y tercera el nuevo
intervencionismo internacional de Washington. El equipo de Obama ha
llegado a la conclusión que Estados Unidos salió triunfante de la crisis
capitalista mundial. De ahí, que con renovada autoconfianza reclama el
derecho de ordenar y dominar el sistema mundial. No sólo lo expresaron
Kerry y Hagel abiertamente en la 50 Conferencia de Seguridad de
Muenchen, sino también se manifiesta en las nuevas amenazas bélicas de
Obama contra Siria y su política en Ucrania. En otras palabras, la Casa
Blanca ha decidido retomar la "Plaza Venezuela" y esta decisión presagia
un violento futuro para Venezuela.

-Pese a la presión política, en demanda de un cambio, que se manifiesta
en la protesta y la agitación popular, hasta ahora y lejos de
desmarcarse del gobierno, las Fuerzas Armadas se han convertido, junto
con los denominados "colectivos", en su más importante factor de
sustentación, con la aplicación de fuertes dosis de represión y la
consiguiente violación de los derechos humanos. El costo, hasta ahora,
es de nueve vidas y el encarcelamiento de un dirigente de oposición
(Leopoldo López) quien, según Maduro, propiciaba un golpe de estado. En
esas circunstancias, ¿No es ya irreversible ese compromiso entre
gobierno y militares?

-El plan de López de tumbar por la violencia y la calle al gobierno
democráticamente constituido de Maduro es una quimera. Mientras que la
Fuerza Armada, la mitad de la población y los gobiernos progresistas de
América Latina están firmemente detrás del gobierno, ese plan de López
es utópico, ilegal, ilegítimo e imposible. Sí la idea es "ablandar" a
mediano plazo a la Fuerza Armada para una asonada interna o lograr un
dictado internacional como en Ucrania a través de la OTAN y la Unión
Europea, ese plan fracasará en la medida en que el gobierno haga las
reformas necesarias. La pregunta decisiva, por lo tanto, es si el
gobierno de Maduro tiene la capacidad de innovar el sistema heredado, o
no. Ahí se decide su destino.

-Usted ha señalado que en Venezuela hay un conflicto entre
"neo-liberales pro-imperialistas (Capriles y López) y socialdemócratas
(Maduro y Cabello)". Pero, ¿no se trata, en realidad, de una
confrontación entre quienes postulan un modelo democrático y quienes
ejercen uno que no lo es? ¿No están los venezolanos, además,
debatiéndose entre una propuesta civilista y otra militarista, entre la
amplitud de un sistema de libertades y la estrechez de un gobierno que
no se concibe cohabitando con quien considera como "el enemigo"?

-La idea de que un gobierno encabezado por Leopoldo López, Henrique
Capriles, Ledezma y Corina Machado pueda ser más democrático que el
gobierno actual, me parece irreal. Las actuaciones de López y Capriles
durante el golpe de Estado del 2002, están bien documentadas. La
responsabilidad de los muertos poselectorales de diciembre 2013 es, sin
duda alguna, de Capriles y Henry Falcón, que convocaron a protestar
contra unas elecciones que ellos sabían, habían sido límpias. Venezuela,
Costa Rica y Uruguay, son hoy día los países más democráticos de América
Latina. Y la aplicación de programas neoliberales de los opositores
encendería el país. Es decir, un gobierno de esta oposición no garantiza
más democracia, sino menos.

-Existiendo diferencias insalvables entre dos concepciones
contrapuestas, ¿Cómo puede usted, entonces, proponer un gobierno de
salvación nacional?

-En política, cuando una de las dos fuerzas no puede resolver los
problemas del país, solo queda la guerra civil o un acuerdo consensuado,
una cohabitación como dicen los franceses. En Alemania hay una gran
coalición entre la socialdemocracia y la democracia cristiana, en Suiza
hablan los opositores de la guerra civil de Siria, en La Habana hablan
Santos y las FARC, ¿por qué entonces Maduro y Capriles no pueden hablar?
Lo único que los separa, fuera de los discursos ideológicos y mentirosos
de ambas partes, son las cuotas de redistribución de la renta petrolera,
entre la oligarquía, el pueblo y las transnacionales. Esto es mucho más
fácil de resolver que las negociaciones entre las FARC y Santos en Cuba.

-Ha afirmado usted que el gran aporte de Hugo Chávez fue la creación de
un gran centro político que se financió con la renta petrolera, pero
agrega que "ese sistema de cooptación ya no resulta costeable".
Entonces, aun juntándose el agua y el aceite, ¿no sería impracticable
ese experimento por razones financieras?

-El ajuste y la reestructuración del sistema económico, conforme a las
condiciones objetivas actuales, es un imperativo para cualquier fuerza
política que se quede en el gobierno. No es una cuestión de querer, sino
de tener que hacerlo. Y lo único que se debe negociar entre ambas
fuerzas es, quién paga los costos sociales de la crisis. Es decir, qué
clases y sectores sociales perderán en el ajuste. Este es el único
problema y objeto de negociación real en Venezuela. Lo demás son humos
ideológicos e intereses inconfesables.

-¿No aparece, en ese punto, su tesis de las Fuerzas Armadas, las élites
y las masas como los factores decisivos "cuando las modernas sociedades
de clase entran en crisis sistémica"?

-Efectivamente. Esas fuerzas decisivas tienen que estar involucradas en
la solución de un gobierno nacional y sus intereses tienen que tomarse
en cuenta, para que el acuerdo sea viable y duradero.

-¿No naufraga su sueño del socialismo del siglo XXI en esa propuesta de
pacto de salvación nacional propio de las clases dirigentes burguesas
que usted seguramente debe rechazar precisamente por eso?

-No, de ninguna manera. Yo soy científico y la ciencia parte de los
hechos comprobables de la realidad. Y los hechos de la realidad
venezolana indican que la solución está en el centro político del
espectro venezolano, con neutralización de sectores radicales y fuerzas
externas. Ningún gobierno progresista en América Latina ha hecho un
esfuerzo serio para transitar hacia una nueva civilización que
trascienda la economía de mercado y el Estado burgués. Por eso, yo no
estoy frustrado. Lo que pasa no afecta en nada la validez del paradigma
científico del Socialismo del Siglo XXI.

@rgiustia

http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/140223/la-guerra-civil-o-la-cohabitacion-son-las-opciones-ante-la-crisis

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