Publicado el viernes, 02.28.14
La protesta es un derecho y no un delito
HIRAM GONZÁLEZ
En la hermana república de Venezuela se está librando una lucha heroica
para impedir que el modelo comunista cubano se implante en el país de la
única forma posible que no es otra que saliendo a la calle para ejercer
el derecho democrático de protestar y que debe estar acompañada con la
desobediencia civil o no cooperación, que es un arma silenciosa pero muy
efectiva, para disminuir o destruir la capacidad del régimen de
funcionar que se facilita grandemente, porque todavía existe en el país,
aunque acosados constantemente, una sociedad civil, una economía privada
y medios de comunicación independientes que desparecerán totalmente en
poco tiempo si se continúa copiando el modelo totalitario cubano,
experto en miseria y en represión.
Los cubanos nunca alcanzaremos la libertad quejándonos de nuestros
dolores y atropellos, ni pidiéndole al opresor que nos libere y mucho
menos con la violencia del pasado o la complacencia e indiferencia de
muchos en el exilio, que el tiempo y las comodidades que ofrece una
libertad prestada, los han convertido en apátridas o indolentes ante los
dolores patrios.
Es necesario que los cubanos comprendan la importancia que tiene la
aplicación de la lucha cívica sin violencia y la desobediencia civil en
la batalla que libramos por rescatar la libertad y los derechos que nos
robaron hace más de medio siglo, después que han fracasado todos los
intentos, violentos, legales y conciliatorios de lograrlo.
Las demostraciones que se tornan violentas y que el régimen alienta con
su represión, atemorizan a la población e impiden que se unan a ella,
por lo tanto hay que evitarlo a toda costa, principalmente separando a
todos aquellos que, sospechosamente, no siguen las instrucciones
recibidas e incitan a utilizar la violencia. Además de reportar al
exterior los datos personales de cada hombre o mujer, civiles o
militares que se dedican a ofender, golpear y perseguir a los que
ejercen el derecho a protestar.
Reconocemos que la lucha cívica no violenta requiere mucho control y
disciplina, por lo tanto a continuación repetiremos algunos de los
consejos de Gene Sharp y de otros expertos en la materia, que la
Fundación Frank País está dando a conocer dentro de Cuba:
En las manifestaciones no se deben usar palabras ofensivas, ni discutir
con la policía, ni con los grupos paramilitares o de respuesta rápida, y
que en vez de correr cuando traten de romper la manifestación deben
sentarse en el suelo con los brazos cruzados en el pecho, y que cuando
los arresten griten su nombre para que los demás lo sepan y puedan
realizar gestiones para que los liberen.
Se recomienda llevar agua y algunos medicamentos de emergencia en caso
de que alguien resultara lesionado, no usar ropa muy suelta,
preferiblemente t-shirts (camisetas) y las mujeres con el pelo recogido
y pantalones y todo el tiempo repitiendo el slogan aprobado que puede
ser de índole social, político o patriótico.
Se debe avisar a algún corresponsal extranjero de confianza para que
reporte el evento, así como mantener algunos compañeros fuera de la
manifestación con cámaras y grabadoras con el mismo objetivo.
Es muy conveniente marchar con las manos atadas, una tira negra en el
brazo o cualquier símbolo que llame la atención.
Las protestas públicas deben estar acompañadas por una desobediencia
civil espontánea, como no asistir a las reuniones que cita el régimen,
cometer errores en tareas productivas y administrativas, desaparecer
documentos y registros, apagar las luces un día específico, quedarse en
la casa con cualquier excusa para no ir al trabajo, pararse en cualquier
fila y protestar por la falta de alimentos, ir a una parada de ómnibus y
no tomar ninguno, tocar cazuelas, tirar volantes, popularizar canciones
protesta, hacer velorios ficticios donde el difunto sea la libertad,
utilizar los servicios religiosos en las iglesias como una oportunidad
para denunciar los atropellos del régimen. Es decir, anular o entorpecer
su habilidad de gobernar.
Para ayudar en ese empeño, las organizaciones del exilio deben hacer una
campaña vigorosa para que los exiliados no hagan viajes turísticos a
Cuba y reduzcan sus remesas a lo más imprescindible.
Si tomamos ese camino con decisión y constancia el régimen se
desplomará, pero si la oposición democrática continua confiando en la
comunidad internacional y en la creencia de que el régimen aceptará
voluntariamente abandonar el poder , o por reformas constitucionales que
nunca se plasmarán, estamos perdiendo el tiempo y dando la impresión al
mundo libre de que los cubanos aceptamos con resignación y silencio
vivir encadenados y llegarán a la conclusión de que si el pueblo cubano
no protesta, por qué lo harán ellos por nosotros.
Coordinador general.
www.FundaciónFrankPaís.org
http://www.elnuevoherald.com/2014/02/28/1690067/hiram-gonzalez-la-protesta-es.html
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