Saturday, February 22, 2014

La economía cubana sin Venezuela

La economía cubana sin Venezuela
El comercio de bienes representa el 40% del intercambio total de la
isla, por encima del segundo, China, con 12,5%
PAVEL VIDAL ALEJANDRO 21 FEB 2014 - 15:52 CET29

Desde inicios de la década pasada la economía cubana ha incrementado sus
relaciones con Venezuela. Actualmente el comercio de bienes representa
el 40% del intercambio total de la isla, muy por encima del segundo
lugar ocupado por China con 12,5%. En este porcentaje pesa sobre todo la
importación de petróleo venezolano, el cual se paga el 50% dentro de los
primeros 90 días y el restante 50% se acumula en una deuda a 25 años con
un tipo de interés del 1%.

Por el lado de las exportaciones cubanas la relación entre los dos
países también ha crecido significativa mediante la comercialización de
servicios profesionales, en particular mediante los servicios médicos.
Las relaciones entre las dos naciones también incluyen inversiones y
diferentes tipos de financiamientos.

Tras la enfermedad y posterior muerte del presidente Hugo Chávez, los
riesgos de sufrir las consecuencias del colapso de las relaciones se
pusieron sobre el tapete. Muchas han sido las hipótesis que se han
esgrimido sobre las consecuencias que puede tener sobre la economía
cubana un cambio de gobierno en Venezuela. Parece existir un consenso en
concluir que las consecuencias serían fatales. Los problemas económicos
actuales en Venezuela y las inestabilidades y tensiones políticas bajo
el gobierno de Nicolás Maduro, vuelven a colocar en primera línea el
tema de la vulnerabilidad de la economía cubana en relación a sus
vínculos con Venezuela.

Pero, realmente, ¿cuán fatales podrían ser esas consecuencias medidas en
términos macroeconómicos? ¿Cuánto depende realmente Cuba de Venezuela?
¿Es mayor o menor que la dependencia que existía con la extinta Unión
Soviética (URSS)?

La estimación del "shock venezolano"

Para poder predecir los efectos de un posible "shock venezolano" en la
economía cubana tenemos que buscar información histórica. Cuba ya
presentó un tipo de relación similar en el pasado con la URSS y sufrió
un shock similar en los años noventa. La ocurrencia anterior de dicho
evento es lo que permite construir una proyección de lo que sucedería
tras un rompimiento de los vínculos con Venezuela, aunque atemperada y
acomodada a los datos presentes y a las relaciones macroeconómicas actuales.

En 1980 el intercambio comercial con la URSS llegó al 39,3% del PIB.
Antes de la debacle, en 1990, las relaciones comerciales con la URSS
representaban el 28,2% del PIB mientras que actualmente con Venezuela el
porcentaje es de 18,3%, es decir, 10 puntos menos.

Considerando un grupo de relaciones macroeconómicas claves, se simuló un
escenario en el cual los vínculos con Venezuela desaparecen siguiendo el
mismo patrón que con la URSS. Ello también aporta información sobre lo
que podría ocurrir si los vínculos se desmantelan de manera más o menos
acelerada.

Bajo este escenario las proyecciones indican que tras el "shock
venezolano" la economía cubana acumularía una caída de 7,7% durante
cuatro años. Se trataría de un decrecimiento de la economía mucho menor
que el acontecido tras la desaparición de la URSS, donde se acumuló un
-35% entre 1990-1993. Sería una recesión, no tan marcada como en los
años noventa, pero igual de extendida en el tiempo, y que obviamente
generaría grandes tensiones para la economía, los ciudadanos y el propio
gobierno.

Otras variables macroeconómicas también mostraron en el escenario su
vulnerabilidad al "shock venezolano". Se proyecta que las inversiones
caerían un 32%, los términos de intercambio un 20% y los gastos fiscales
un 15%, medidos a precios constante.

El complicado ajuste

Si bien las estimaciones indican que las consecuencias del "shock
venezolano" serían menores que las del "shock soviético", faltaría
valorar si el país está en condiciones de soportar una nueva recesión y
un nuevo ajuste de los gastos, sin haberse recuperado completamente de
la crisis de los años noventa y en momentos en que se avanza en un
proceso de reformas que todavía no da frutos.

En los noventa el costo del ajuste se distribuyó entre los asalariados y
pensionados estatales mediante un impuesto inflacionario, es decir,
mediante la reducción del poder adquisitivo de sus ingresos. El problema
hoy en día es que, veinte años después, los ingresos reales del sector
estatal no han logrado recuperarse, el poder adquisitivo de los salarios
estatales es apenas un 27% del existente en 1989. El Estado con
dificultades puede actualmente cumplir con los servicios de la deuda
externa, y los bancos apenas salen de una crisis de liquidez que comenzó
en 2008. El presupuesto de los servicios sociales se ha tenido que
contraer y el país no tiene acceso a un prestamista internacional de
última instancia. Por tanto, se abre la interrogante: ¿Cómo se pagará el
costo de una nueva crisis económica?

Tal vez lo más difícil en un escenario como este sería el manejo
político de una nueva crisis. Debe tomarse en consideración que sería un
hecho similar que se repetiría por segunda vez en apenas veinte años,
que el contexto socio-político cubano ha variado sustancialmente, en
especial por el aumento de las estratificación social y que existe un
cambio en las claves del liderazgo político. Es indudable que el
acumulado de problemas no resueltos pesaría enormemente y complicaría el
manejo político de la crisis.

Los acontecimientos actuales en Venezuela se suman a la lista de razones
que tiene el gobierno cubano para profundizar las reformas, de manera
tal que se avance en la diversificación y en la búsqueda de mayores
fuerzas internas de crecimiento. En este primer semestre de 2014 se dará
un paso fundamental con la aprobación de una nueva ley para la inversión
extranjera.

Este texto es un resumen del documento publicado en Desde la Isla #24
del Cuba Study Group

Pavel Vidal Alejandro actualmente se desempeña como profesor de economía
en la Pontificia Universidad Javeriana en Colombia. De 2000 a 2006
trabajó en el Banco Central de Cuba y de 2006 a 2012 en la Universidad
de La Habana

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/02/21/actualidad/1392994332_935499.html

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