La siniestra mano de La Habana en Venezuela
Letal, pero no tan grosera como dicen algunos en Miami
Eugenio Yáñez, Miami | 20/02/2014 6:49 pm
No resulta fácil creer que la asesoría cubana sea tan torpe de
recomendar que militares uniformados golpeen manifestantes en Venezuela,
y hasta les disparen. Después de tantos años utilizando al "pueblo
enardecido" para reprimir cubanos en la Isla, no sería inteligente que
sugieran utilizar militares de uniforme para romper huesos o masacrar
estudiantes en cualquier ciudad venezolana.
Cubanos y venezolanos exiliados se apasionan demasiado. Hay quienes
creen que el enviado a Venezuela para organizar la represión fue el
Comandante Ramiro Valdés, como si en Cuba no hubiera otros "discípulos"
aventajados. Algunos ven asesores de seguridad del régimen cubano en las
calles de Venezuela dirigiendo "tupamaros" de los "colectivos" para que
hagan lo que saben hacer: intimidar, amenazar, golpear, reprimir,
asesinar. Porque son el "brazo armado de la revolución bolivariana",
para eso los creó, armó y fortaleció Hugo Chávez, con el beneplácito de
Fidel Castro. Sin embargo, los segurosos cubanos no tienen necesidad ni
interés en aparecer públicamente realizando trabajo sucio, con tantos
facinerosos venezolanos para llevarlos a cabo.
Nicolás Maduro y su pandilla, secuaces del fallido golpe de Estado de
Chávez en 1992, utilizan esas turbas para enfrentar a "la derecha
fascista" venezolana, acusada de intentar un golpe de Estado dirigido y
financiado por Estados Unidos y enemigos externos. En realidad son
jóvenes estudiantes manifestándose y pidiendo pacíficamente que acaben
la inseguridad y el desorden en el país: mucho menos que lo que pedían
Camila Vallejo y sus comunistas en las calles de Chile hace poco, a
quienes Fidel Castro recibió y felicitó, mientras ahora la prensa y las
"organizaciones de masas" en Cuba acusan a estudiantes y opositores
venezolanos de cuanta maldad exista.
La siniestra mano de La Habana no hay que buscarla directamente entre
los que golpean o disparan a manifestantes en calles venezolanas, sino
en sutilezas desde Miraflores o Fuerte Tiuna, que claramente superan el
coeficiente intelectual de la mafia gobernante, y van dirigidas contra
el mismo corazón de la oposición democrática. Cualquier parecido con la
forma en que se reprime en Cuba no es casualidad.
Caracas acusó al líder opositor Leopoldo López (quien con su carisma y
acción rebasó al indeciso Henrique Capriles), de infinidad de delitos,
desde terrorismo hasta sedición, y dictó orden de búsqueda y captura
contra él. Simultáneamente, en La Habana un repugnante mercenario
canadiense, que vive en Cuba y escribe en Granma como si fuera
periodista, acusaba a López con los epítetos que utiliza siempre, únicos
que conoce: mercenario, fascista, agente de la CIA, mafioso, golpista. Y
el resto de la prensa cubana, escrita, radial y televisiva, toda
oficialista, repite la cantaleta, secundada por la jubilosa
incorporación instantánea de ciber esbirros en el exterior al servicio
del régimen.
Con una sutileza que Maduro no posee y que sin duda le fue susurrada al
oído por sus asesores, adivinen de qué país, el presidente venezolano
dijo que al detener a Leopoldo López le protegían la vida, porque "la
ultraderecha de Miami" intentaría asesinarlo para acusar a la revolución
bolivariana del crimen. ¡Tan buenos los chavistas y tan mala la
ultraderecha! Aunque con las acusaciones que Maduro había lanzado desde
meses antes contra López es difícil creer que algo peor pudiera hacerse
por esa "ultraderecha".
Los energúmenos "bolivarianos", gobernantes o de a pie, repiten como
tarados que "el imperialismo" desea el petróleo venezolano. Los ciber
esbirros que responden a La Habana los corean. Ignoran que Estados
Unidos ya es casi autosuficiente en materia energética y no necesita el
petróleo de Venezuela. ¿Para qué, entonces, apoderarse de él?
Se repite demasiadas veces que en La Habana hay mucho miedo porque
depende de Caracas, como si Caracas no dependiera de La Habana. El
régimen cubano está atento y ocupado, no asustado: los militares no
suelen asustarse en situaciones difíciles, sino concentrarse buscando
soluciones. Y en el Palacio de la Revolución no hay dudas: no se puede
desmoronar el régimen venezolano. Si el "trabajo político" no basta,
como ocurre en estos momentos, se pasará a acciones más directas,
intimidatorias y represivas, pero sin "quemar" cubanos en público, a
pesar de que en Miami se asegure lo contrario.
¿Cómo actuará el gobierno venezolano para capear esta crisis? Apostando
a que con la represión y el inicio de los carnavales las cosas se calmen
y pierdan intensidad, porque según Maduro, ya se ha logrado "contener al
ataque y garantizar la paz" ante "la convocatoria del fascismo". Los
altos oficiales venezolanos son leales a "la revolución" y están bajo
control de la contrainteligencia cubana: esperar una intervención de
ellos para forzar las cosas a favor del pueblo parece ilusorio. Por su
parte, muchos gobernantes latinoamericanos y del Caribe recomiendan la
no intromisión en los asuntos internos venezolanos, tesis predilecta del
castrismo.
Es de esperar que el líder opositor Leopoldo López, que arriesgó mucho
al entregarse a la Guardia Nacional venezolana, no quede en libertad
rápida ni fácilmente. María Corina Machado goza de inmunidad
parlamentaria como diputada y no puede ser detenida, pero continuará
recibiendo presiones y amenazas para intimidarla, pues descuella por su
liderazgo. Henrique Capriles probablemente no sea detenido: si no cambia
radicalmente sus posiciones, sería el "líder" opositor ideal para Maduro
y Castro, porque certifica el carácter "democrático" de la revolución
bolivariana sin hacer peligrar el poder dictatorial.
Con estos planes en las mentes "revolucionarias", no sería sensato
recomendar a la dirigencia bolivariana utilizar uniformados para
reprimir cuando malandros vestidos de civil pueden hacerlo. Y si de algo
saben en La Habana es de represión.
Hay diferencias entre el Departamento de Seguridad del Estado cubano y
un servicio de inteligencia militar tercermundista, acábese de entender.
Digan lo que digan en Miami, no veremos segurosos cubanos asesorando
públicamente a represores en Venezuela. Aunque lo hagan todo el tiempo
en privado.
¡Todo sea por la dictadura del proletariado, el castrismo y la
revolución bolivariana!
http://www.cubaencuentro.com/internacional/articulos/la-siniestra-mano-de-la-habana-en-venezuela-316972
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